Un oto?o complicado

Manuel Chaves dej¨® la presidencia de la Junta de Andaluc¨ªa el 7 de abril de 2009 sin dar explicaciones en el Parlamento que lo hab¨ªa elegido. Eran tiempos de aparente plenitud en la regi¨®n, antes del caso de los ERE. Un mes despu¨¦s, el 8 de mayo, este peri¨®dico public¨® una noticia que no parec¨ªa guardar relaci¨®n con la ida de Chaves, a prop¨®sito de un caso de corrupci¨®n en el Ayuntamiento de Sevilla: ¡°La juez que instruye el presunto intento de cobros de comisiones a unos empresarios por parte de dos exdirectivos de Mercasevilla ha solicitado a la Consejer¨ªa de Econom¨ªa el listado de las subvenciones concedidas en los ¨²ltimos cuatro a?os¡±. La juez era Mercedes Alaya. El caso de los ERE hab¨ªa empezado. Chaves ya no estaba.

Elegir el momento de irse puede ser un arte. Todas las razones que Jos¨¦ Antonio Gri?¨¢n ha ofrecido para no repetir su candidatura a la presidencia de la Junta me parecen de peso y verdaderas, tanto las explicaciones personales como las que afectan a la estrategia o la conveniencia pol¨ªtica. A los 15 meses de las elecciones auton¨®micas de 2012, el presidente piensa en un posible adelantamiento de las de 2016. Hace una semana, el domingo pasado, le dec¨ªa a Luis Barbero en estas p¨¢ginas: ¡°Va a ser un oto?o muy complicado¡±. Dos d¨ªas despu¨¦s, la juez Alaya publicaba un auto en el que implicaba en el caso de los ERE a Magdalena ?lvarez, consejera de Econom¨ªa entre 1994 y 2004, a?o en que la sustituy¨® Grin¨¢n. El auto tiene fecha de 28 de junio de 2013. El d¨ªa 26 Gri?¨¢n hab¨ªa anunciado su despedida en el Parlamento andaluz.

Creo que Jos¨¦ Antonio Gri?¨¢n ha ejercido y ejerce su cargo de presidente con dignidad, sin las exhibiciones de paternalismo despectivo y caritativo que alguna vez fueron costumbre entre los gobernantes. Dignamente ha perdido la gracia de la mayor¨ªa absoluta y dignamente soporta los malos tiempos, funestos para su partido, en un clima de desmoralizaci¨®n e insatisfacci¨®n general, irreparablemente roto el contrato de confianza entre los ciudadanos y sus presuntos representantes pol¨ªticos. Incluso Gri?¨¢n parece compartir el des¨¢nimo ciudadano, la p¨¦sima opini¨®n sobre los modos usuales de ejercer la pol¨ªtica, y, hablando del caso de los ERE, le confesaba a Luis Barbero: ¡°Ha habido una concertaci¨®n para delinquir que va a ser sancionada por la justicia y ha habido una concertaci¨®n para calumniarme que no va a tener sanci¨®n porque la mentira se ha convertido en una pr¨¢ctica com¨²n de la pol¨ªtica¡±. Un pol¨ªtico lo dice.

Frente a la ¡°concertaci¨®n para delinquir¡± que investiga el Juzgado de Instrucci¨®n 6 de Sevilla, la juez ha cre¨ªdo ¡°llegado el momento de dar un paso cualitativo¡± y ha empezado a llamar a personalidades de la Junta de Andaluc¨ªa, tanto de la ¨¦poca Chaves como de la Gri?¨¢n, para determinar su participaci¨®n en lo que la juez denomina ¡°dispendio continuado de fondos p¨²blicos¡±. El problema principal de Gri?¨¢n, o de su partido, ha sido la impotencia para asumir responsabilidades en el manejo descontrolado, por decirlo as¨ª, del dinero p¨²blico que les tocaba administrar como gobernantes. Posponer la asunci¨®n de responsabilidad pol¨ªtica hasta el fin del proceso judicial, como defienden los socialistas, significa que, contando con sucesivos recursos y acudiendo al Tribunal Constitucional y, por qu¨¦ no, al Tribunal de Estrasburgo, su partido podr¨ªa gobernar 20 a?os m¨¢s en Andaluc¨ªa sin ninguna responsabilidad en el caso de los ERE, del que nadie tendr¨¢ memoria en 2030.

Todav¨ªa en 2013, Jos¨¦ Antonio Gri?¨¢n ha respondido con una actitud generosa y fiel a su partido: anuncia que se va de la pol¨ªtica, como si en el futuro se ofreciera a los jueces sin ninguna ventaja ni aforamiento, desprotegido de su partido y de sus cargos. A pesar de su edad, 67 a?os, si concurriera a la elecciones previstas para 2016, por lo menos se asegurar¨ªa la condici¨®n de aforado, y la juez Alaya se acerca con cuidado a los aforados, temerosa de quedarse sin caso. Me da la impresi¨®n de que el presidente Gri?¨¢n echa de menos otras formas de persuasi¨®n pol¨ªtica m¨¢s convincentes que las de ahora mismo, tan inveros¨ªmiles. No parece disponer el PSOE de mucha capacidad para romper el esp¨ªritu de rutina y se va convirtiendo en un partido anacr¨®nico, inconmovible en su estrategia de negar toda responsabilidad pol¨ªtica (o incluso penal: la pol¨ªtica es una dedicaci¨®n arriesgada). Cada iniciativa del Juzgado de Instrucci¨®n 6 abre una brecha en las defensas del PSOE, que reacciona cerr¨¢ndose.

Justo Navarro es escritor.