Contra la impunidad

La Asociaci¨®n contra la Corrupci¨®n en la Comunidad Valenciana est¨¢ estos d¨ªas en candelero por su ofensiva judicial contra distintos prohombres del Gobierno auton¨®mico, empezando por el mismo presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, el consejero de Gobernaci¨®n y secretario general del PP, Seraf¨ªn Castellano, y el alcalde de Castell¨®n, Alfonso Bataller. Los delitos presuntamente cometidos est¨¢n entre los habituales en el gremio gobernante: malversaci¨®n de caudales p¨²blicos, prevaricaci¨®n, tr¨¢fico de influencias, falsedad documental y etc¨¦tera. En este caso, la irregularidad m¨¢s llamativa e incluso escandalosa es la prolongada relaci¨®n del mentado consejero con una empresa ¡ªConstrucciones Taroncher¡ª que ha crecido a su vera y amparo. Un exceso de amiguismo.

De esta entidad querellante sabemos poco m¨¢s de lo que su presidente, Enrique Soriano, le ha contado a la colega Julia Ruiz en una entrevista publicada en Levante-EMV el pasado d¨ªa tres. Un grupo de amigos que al calor de sus sobremesas y vocaci¨®n c¨ªvica deciden actuar sobre uno de los problemas m¨¢s indignantes del panorama p¨²blico: la corrupci¨®n. Y ah¨ª est¨¢n, pensat i fet, aunque escaqueados tras el anonimato, como si la tarea que se proponen fuese vergonzante o de alto riesgo. Mientras no se nos revelen un d¨ªa disfrazados con capirotes, cual Ku Klux Klan perif¨¦rico, bienvenidos sean a la cruzada contra los corruptos de toda laya. En este pa¨ªs ¡ªdecimos del valenciano, pero no s¨®lo¡ª hay tajo para todos los ciudadanos honrados que quieran darle ca?a a esta lacra, ya sea por v¨ªa judicial, pol¨ªtica o medi¨¢tica. La expresidenta madrile?a Esperanza Aguirre se ha mostrado rigurosa con los chorizos, en contrapunto, por cierto, con Rita Barber¨¢, proclive a la comprensi¨®n. Ha de pensar que la sombra de Emarsa o de N¨®os es alargada y quiz¨¢ pueda ella necesitar comprensi¨®n en el pr¨®ximo futuro.

La lucha contra la corrupci¨®n en una sociedad tan propensa a practicarla ¡ªpues de otro modo no se comprende este desmadre bananero¡ª requiere tiempo, escuela y justicia, como cualquier otra dimensi¨®n de la civilidad. Pero tambi¨¦n exige reducir al m¨¢ximo el margen de la impunidad, que todav¨ªa es tan excesivo y desalentador como la lentitud de los tribunales. De ah¨ª la necesidad de denunciarla ¡ªdecimos de la impunidad¡ª all¨ª donde la percibamos. Y por poner un ejemplo ilustrativo, preguntamos: ?nadie va a pagar por el saqueo de R¨¤dio Televisi¨® Valenciana, uno de los esc¨¢ndalos en erupci¨®n? ?Hemos de asistir resignadamente a su desguace sin depurar ninguna responsabilidad ni saber siquiera qu¨¦ gentuza convirti¨® ese ente p¨²blico en una variedad de barra libre donde todo delirio o capricho encontr¨® su acomodo? ?Qui¨¦nes y c¨®mo se despilfarraron los muchos cientos de millones de euros prodigados al f¨²tbol y a los grandes fastos deportivos?

Pueden apostar que todo o casi todo saldr¨¢ a la luz del d¨ªa, pero hoy por hoy la verdad es que meter mano en el erario o malversarlo ha resultado penalmente barato. Que recordemos, en estos momentos s¨®lo chupa trullo uno de los individuos de la camarilla arracimada en torno al exconseller Rafael Blasco por el asunto de las ayudas esquilmadas al tercer mundo, y est¨¢n al caer algunos juicios con graves peticiones fiscales. Veremos en qu¨¦ quedan, pero mientras tanto hemos de seguir pugnando contra la corrupci¨®n y la impunidad, aunque sea con aliados emboscados como los arriba citados.