De Camer¨²n al mundo

Richard Bona est¨¢ muy enfadado. Los organizadores de su concierto en la localidad suiza de Riehen, le han metido en un hotel de pesadilla, desde donde conversa con EL PA?S: ¡°?Pero si es que ni siquiera quepo en la cama!¡±, brama el cantante y contrabajista. ¡°Amo la m¨²sica y nada me hace m¨¢s feliz que estar de gira tocando todas las noches, pero los promotores consiguen que termine por ser imposible. Es una ecuaci¨®n muy simple: si no duermo bien, no voy a ser capaz de rendir¡±.

El jazzista camerun¨¦s, residente en los Estados Unidos, ofrecer¨¢ esta noche su ¨²nico concierto en suelo espa?ol, con ocasi¨®n del Festival Cultura Inquieta que se desarrolla en la localidad madrile?a de Getafe.

¡°Mi madre cantaba en la Iglesia y mi abuelo era un reputado griot [equivalente al trovador en el ?frica Occidental], as¨ª que puede decirse que no tuve otra opci¨®n que la de convertirme en m¨²sico¡±, reconoce. A los 15 a?os, Richard Bona realiz¨® el descubrimiento que iba a cambiarle la vida. ¡°Ten¨ªa un amigo franc¨¦s aficionado al jazz. Un d¨ªa me puso un disco de Jaco Pastorius y me enamor¨¦ instant¨¢neamente de su forma de tocar el bajo. En ese mismo momento, decid¨ª que eso es lo que yo quer¨ªa hacer¡±, admite el m¨²sico.

Cuando me preguntan si me considero un m¨²sico de jazz, respondo que soy un m¨²sico y punto

En Par¨ªs, Richard Bona adopt¨® definitivamente su nuevo instrumento ¡ªel bajo el¨¦ctrico¡ª y el nombre por el que se le conoce, en sustituci¨®n del suyo verdadero, Bona Pinder Yayumayalolo. ¡°No tuve m¨¢s remedio, m¨¢s que nada porque nadie era capaz de pronunciarlo¡±, reconoce entre sonrisas.

En la Ciudad de la Luz, Bona conoci¨® al pianista Joe Zawinul, quien se convertir¨ªa en su fan n¨²mero 1. ¡°?l fue el culpable de todo. Una noche me vio tocando y empez¨® con que ten¨ªa que ir a Nueva York, que no dejara de hacerlo¡­ Luego, llegaron Michael Brecker y Mike Stern repitiendo la misma cantilena: ¡®tienes que ir a Nueva York¡¯. Total, que me convencieron. Si tanto empe?o tienen, ir¨¦ a ver qu¨¦ pasa¡±, se dijo.

Y lo que pas¨® fue que en una semana estaba en un estudio de grabaci¨®n con Zawinul. El padre de la world music inculc¨® en su disc¨ªpulo el ideario de una m¨²sica que no conoce de fronteras. ¡°Cuando me preguntan si me considero un m¨²sico de jazz, respondo que soy un m¨²sico y punto. La m¨²sica es hermosa m¨¢s all¨¢ de las etiquetas. Toco con cl¨¢sicos, con m¨²sicos de jazz y de pop, y no veo la diferencia. Gracias a eso, he podido compartir escenario con Herbie Hancock y Chick Corea, y con John Legend, Stevie Wonder o Lauryn Hill. Cuando te juntas con gente como esa, te olvidas de si lo que haces es jazz, o pop, o rhythm & blues. Lo ¨²nico que cuenta es el sentimiento¡±.

En el ba¨²l de los recuerdos de este ¡°ciudadano del mundo¡± descolla su dueto con el cantante Bobby McFerrin (disponible en You Tube): ¡°Bobby es un mago. Recuerdo que fui hacia ¨¦l y le pregunt¨¦: ¡®maestro, ?qu¨¦ vamos a tocar?¡¯ ¡®Ya veremos¡¯, fue su respuesta. Y ah¨ª est¨¢bamos, delante de miles de espectadores, y sin tener la menor idea de lo que ¨ªbamos a hacer. Pero ese es el mayor atributo de los grandes improvisadores: su libertad¡±.

La visita de Bona a Espa?a coincide con la edici¨®n de su nuevo disco, Bonafied, editado por Universal: ¡°La idea me vino escuchando la radio. La m¨²sica popular que se edita en estos d¨ªas est¨¢ hecha por m¨¢quinas. Los m¨²sicos son como cient¨ªficos, todo es digital, los cantantes populares ya no tocan en directo. Decid¨ª volver a mis comienzos y grabar un disco ac¨²stico mezclando todo lo que est¨¢ en mis ra¨ªces, como un griot moderno. El mensaje que intento transmitir es muy claro: no temas equivocarte. Ni el smartphone ni el iPod son la soluci¨®n¡±.

Para su concierto de esta noche, el camerun¨¦s, que lidera diversos proyectos solidarios en su pa¨ªs relacionados con la educaci¨®n infantil, promete emociones fuertes. ¡°Pese a los promotores, la gira est¨¢ resultando una bomba. Hay canciones del disco, y otras antiguas, y mucha, mucha energ¨ªa. Vais a flipar¡±.

Festival Cultura Inquieta 2013. Campus de la Universidad Carlos III (Getafe) A las 22:30. Entradas entre 14 y 17 euros