Caprichos de una voz grande
Jones sabe pasar de la sensualidad al mascullido en segundos, sonar avejentada o casi infantil, o ensimismarse con su propio murmullo
Los genios siempre ser¨¢n genios, aunque ellos mismos a veces se conviertan, a golpe de capricho, en sus peores enemigos. Rickie Lee Jones no consinti¨® este mi¨¦rcoles que le hicieran fotograf¨ªas, fue escogiendo el repertorio sobre la marcha y bajo criterios inescrutables y recogi¨® los b¨¢rtulos de forma abrupta a los 80 minutos, justo tras recordarnos con la fant¨¢stica The last chance Texacolo endiabladamente bueno que era su hom¨®nimo ¨¢lbum de debut (1979).
Tan impredecible como la enorme dama de Chicago fue la paup¨¦rrima e injusta entrada en el Price, pero los 450 espectadores reaccionaron a la ausencia de bises con 10 minutos de pac¨ªfica resistencia civil, bailando y dando palmas con ese atronador Wild night, de Van Morrison, con el que el t¨¦cnico de sonido pretend¨ªa disuadirlos. No sirvi¨® de nada: a Jones ya no le volvimos a ver la larga cabellera rubia.
Rickie Lee es as¨ª, un esp¨ªritu libre. De su reciente e inc¨®modo disco de versiones se limit¨® a interpretar The weigh (The Band) sola al piano, en una lectura casi ininteligible. Ese mismo proceso deconstructivo se lo aplic¨® ella misma con It must be love y The horses, dos melod¨ªas francas y memorables que retorci¨®, alter¨®, ralentiz¨® y rearmoniz¨® con aut¨¦ntica sa?a dylanita.
Pero tambi¨¦n suena Up from the skies, el cl¨¢sico de Hendrix que tradujo al jazz (siguiendo seguramente las ense?anzas de la excelsa Joni Mitchell), y debemos rendirnos una vez m¨¢s ante el portento de esta mujer diferente y singular¨ªsima, ¨²nica entre dos millones de voces. Justo lo mejor que cabe decir de quien canta lo que escribe.
Jones sabe pasar de la sensualidad al mascullido en segundos, sonar avejentada o casi infantil, elevar la voz o ensimismarse con su propio murmullo. Second time around evoc¨® un delicado club jazzista mientras Chuck E. 's in love exploraba unas armon¨ªas casi californianas y Danny¡¯s all-star joint era una org¨ªa de blues chirriante. Caprichosa o dulce, y aunque fuera ante cuatro gatos, Rickie Lee sigue siendo muy grande.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.