De levadura y reflejos
El d¨²o c¨®mico, que dar¨¢ por finalizada su gira el s¨¢bado en Pontevedra y que se prepara para volver a las tablas en septiembre, defiende la Puerta de Toledo y los parques en pendiente
1. El parque del Oeste. Nos gusta porque est¨¢ en cuesta. Hay que ser muy sabio para construir un parque tan precioso en pendiente. Si fuese plano estar¨ªa atestado de gente, pero como no es as¨ª est¨¢ bastante tranquilo. Hay un b¨²nker de la guerra civil y perros. Nosotros ya no vamos a correr en cuesta, preferimos hacerlo en plano.
2. Puerta de Toledo. Nos parece un entorno excepcional. Vamos a poner ah¨ª una aduana, nos sentaremos junto al arco y cobraremos un euro por entrar a la ciudad. Es el lugar perfecto y donde antiguamente se ejecutaba a los bandoleros que osaban pasar por la Villa. Todo el mundo habla de la Puerta de Alcal¨¢, nosotros reivindicamos la puerta de Toledo, que no tiene canci¨®n.
3. Las Vistillas. Es un parque que funciona como multiespacio y adem¨¢s tambi¨¦n est¨¢ en cuesta. Su mirador le hace la competencia al Templo de Deboh, pero nos gusta m¨¢s este porque es menos tur¨ªstico. Es muy rom¨¢ntico ver como se pone el sol desde lo alto de este cerro.
Una vida hecha de humor
Carlos Faemino (Madrid, 1960) y Javier Cansado (Madrid 1960) llevan a?os haciendo re¨ªr a su p¨²blico, que se ha convertido ya en intergeneracional. Mayores y j¨®venes los siguen desde hace m¨¢s de 20 a?os y ellos contin¨²an subi¨¦ndose a los escenarios de toda Espa?a. La semana que viene actuar¨¢n en Pontevedra dando as¨ª por finalizada su gira. Tras las vacaciones, volver¨¢n en septiembre al escenario del Galileo Galilei para hacer re¨ªr un a?o m¨¢s a sus fans.
4. Restaurante Las Ma?anitas. Es un mexicano en el que todos son mexicanos. Es lo mejor que te puede pasar. La comida es excelente y aut¨¦ntica, por no hablar de la Margarita Frozen que es magn¨ªfica. Vamos all¨ª a celebrar los fines de temporada y siempre solemos pedir nachos, que son los mejores de Madrid. Tambi¨¦n comemos pollo mole, una pasada de bueno (Fuencarral, 82).
5. Restaurante La Austriaca. Es un sitio donde sirven men¨² del d¨ªa a un precio muy razonable. Parece un poco neoyorkino porque no hay mesas, solo barras y taburetes. La comida es casera, hecha con mucho cari?o y los postres est¨¢n buen¨ªsimos, porque los compran en la pasteler¨ªa San Onofre, que est¨¢ al lado (San Onofre, 3).
6. Panader¨ªa Levadura Madre. Tienen pan de ma¨ªz, que es mucho m¨¢s sano que el de trigo y que todo el mundo deber¨ªa comer. En otras panader¨ªas ponen un porcentaje muy alto de trigo en la mezcla y es como si no comieras pan de ma¨ªz, lo que no ocurre en este negocio. Tambi¨¦n son una maravilla las madalenas integrales de canela (Alcalde Sainz de Baranda, 6).
7. Reflejos. Un bar de copas muy vintage a su pesar. Ellos no saben que lo son, no lo han decorado para parecerlo. Simplemente, no han cambiado la decoraci¨®n en los ¨²ltimos 20 a?os. Incluso sus Gin Tonics saben a retro, con su lim¨®n y sus hielos, sin pepino ni clavo ni nada de eso (Galileo, 7).
8. Mauna Loa. Es un tiki bar donde antes hab¨ªa p¨¢jaros sueltos. Los periquitos y los canarios volaban a sus anchas. Ahora ya no se puede porque lo proh¨ªbe Sanidad. Recuerdo especialmente el c¨®ctel Diablo Apasionado y el Volc¨¢n, un combinado que echaba humo y que se beb¨ªa entre varios. Es peligroso, da la sensaci¨®n de que son frutas y cuando sales te das cuenta del alcohol que te has tomado¡ (Plaza de Santa Ana, 13).
9. El barrac¨®n. Hacen cenas con actuaciones en directo. La media de edad de los espectadores es bastante alta, tanto que podr¨ªamos considerarnos j¨®venes all¨ª dentro. Es un sitio muy austero, poco lujoso y los conciertos son buen¨ªsimos. Tocan profesores del conservatorio, de la escuela M¨²sica Creativa, gente que se ha dedicado a la docencia pero que son musicazos. Es un sitio muy vital donde hay muy buen rollo (Nuestra Se?ora de Valverde, 191).
10. Galileo Galilei. Llevamos casi 30 a?os actuando en este teatro-sala de conciertos. Es un espacio multig¨¦nero en el que siempre pasan cosas. Cuando empezamos a trabajar aqu¨ª no ven¨ªa nadie a vernos. Sin embargo, al due?o le gustaba nuestro espect¨¢culo y nos dej¨® seguir hasta que, poco a poco, logramos ampliar nuestro p¨²blico. Gracias a ¨¦l y a su confianza seguimos en el Galileo.
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