Bichos de muchas patas
La escena est¨¢ dominada todo el tiempo por la oscuridad y las luces rasantes, lo que dramatiza suficientemente el escenario

Recientemente un bailar¨ªn contempor¨¢neo me record¨® una frase de Bruce Lee que ven¨ªa a decir algo as¨ª como que ¡°para ser realmente creativos [en cuanto movimiento] necesitar¨ªamos cuatro brazos y cuatro piernas¡±. En alg¨²n momento de esta funci¨®n, Ant¨ªa y Marielle se desdoblan y sugieren eso: fantasmag¨®ricos bichos de muchas patas circulando por su asfixiante ambiente dom¨¦stico.
Le Pli (El futuro no era as¨ª)
Coreograf¨ªa y baile: Ant¨ªa D¨ªaz y Marielle Morales; m¨²sica: Michiel Soete; luces: Marc Lhommel; escenograf¨ªa y vestuario: Compa?¨ªa Mala hierba y Des Habits Tu¨¦s. Matadero. Hasta el 24 de julio.
Las propias creadoras atribuyen a su propuesta el adjetivo de ¡°kafkiano¡± y usan una cita de Gilles Deleuze que por una vez, s¨ª funciona esclarecedoramente hacia la obra: ¡°La profundidad solo es un pliegue de la superficie¡±. Hay referencias claras a Franz Kafka y a La metamorfosis (que se ha puesto de moda ¨²ltimamente en la escena: Mijail Barishnikov la hizo con relativo ¨¦xito en Nueva York y en Londres), y ellas se transmutan en escarabajos y usan el mobiliario como caparaz¨®n. Caminan de lado como los cangrejos, para que no se alberguen dudas de la intenci¨®n. Tambi¨¦n hay algo perdidamente coral y tan¨¢tico, casi f¨²nebre. El ritual no conduce a una salida sino a una simulaci¨®n de la posici¨®n inicial.
La escena est¨¢ dominada todo el tiempo por la oscuridad y las luces rasantes, lo que dramatiza suficientemente el escenario. Las varas con los focos han sido intencionalmente bajadas al l¨ªmite para dar una sensaci¨®n m¨¢s opresiva, lo que se consigue: teatralmente, este es de los mejores efectos. El suelo est¨¢ literalmente enharinado, es un polvo blanco y difuso que se alza con el movimiento y el calor de la luminotecnia, puede sugerir el tiempo o sus consecuencias. Eso tambi¨¦n crea un efecto, da un bono positivo al ambiente y a la idea de reiteraci¨®n, circularidad y cerraz¨®n dominantes. Todo es muy europeo, muy en tendencia (para expresarlo en el lenguaje m¨¢s actual), es decir, muy a la moda global que nos imponen las corrientes de ¨¦xito en las artes esc¨¦nicas. Tambi¨¦n est¨¢ presente un gusto regresivo por el ritmo lento, una apisonadora sobre el ¨¢nimo del espectador. No aburre la propuesta, pero satura lo suyo. Dura lo justo para no rebalsar el recipiente de la aceptaci¨®n.
Le pli comienza con un cataclismo sonoro y un oscuro total, pero enseguida se llega a otra conclusi¨®n: el cataclismo es interior. Las mujeres se acompa?an obsesivamente en imitaci¨®n, en rito animal, y evolucionan hacia una especie de catarsis o sima, de hueco. La m¨²sica es efectiva y hecha con pocos elementos, resaltando el piano y la percusi¨®n, siendo otro elemento que se suma a esa moda de la creaci¨®n con suma electroac¨²stica para soportar o sostener la acci¨®n de danza, que en este caso, aun siendo muy creativa, es limitada a una met¨¢fora, a una idea vertical. Volviendo al asunto de lo que est¨¢ de moda, habr¨ªa que rebuscar la identidad, pues la obra es original y tiene un depurado trabajo actoral y coreogr¨¢fico, lo que pasa es que la impresi¨®n va hacia la despersonalizaci¨®n del int¨¦rprete.
Como no pod¨ªa faltar, en uno de los mejores momentos en silencio, son¨® un imprudente tel¨¦fono celular que tard¨® lo suyo en callarse. Inadmisible.
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