Vidas de ¡®sin techo¡¯ de pel¨ªcula
¡®No existe una segunda oportunidad¡¯ es un cortometraje de videoarte que recoge la trayectoria vital de nueve personas empujadas a la indigencia
En el primer fotograma de la historia de su vida, Ferran Pla, un indigente de Barcelona, sube la ladera de una monta?a recogiendo hojas del suelo. A tocar de la cima, el follaje cae desde manos por un precipicio y todo se desvanece. Este ingeniero textil de 60 a?os arranca as¨ª la pel¨ªcula que narra los ¨²ltimos a?os de su vida: de c¨®mo pas¨® de vivir en el lujoso barrio de Salamanca de Madrid a subsistir en un albergue de acogida en Barcelona, sin dinero ni para pagarse los medicamentos para su enfermedad del coraz¨®n.
Junto a otros ocho sin techo de la capital catalana, Ferran ha recreado sus vivencias y su mundo interno a trav¨¦s de unos talleres de videoarte. Con la c¨¢mara en la mano, los nueve indigentes filmaron las tragedias de su vida y los motivos que los llevaron a vivir en la calle. Conflictos de pareja, drogas, alcohol y falta de trabajo son algunas de las circunstancias que marcan el tr¨¢gico desenlace de sus historias. ¡°Son 14 sesiones de trabajo, en los que ellos eligen libremente todo el proceso, desde la idea base hasta lo que graban y el guion. Queremos que utilicen el videoarte como una oportunidad para expresarse y comunicarse porque seguramente, en su d¨ªa a d¨ªa, nadie les pregunta ni qui¨¦nes son¡±, apunta el creador del taller, Ferran Gassiot.
Antes cobraba 10.000 euros a la semana y me los gastaba tranquilamente en viajes; pensaba que iba a ser siempre as¨ª" Ferran Pla
Bajo el t¨ªtulo No existe una segunda oportunidad, Ferran camina por la pel¨ªcula de su propia vida, relatando la ¨¦poca en que regentaba una inmobiliaria y viv¨ªa en un lujoso barrio de Madrid, hasta que el estallido de la crisis lo dej¨® en la ruina. ¡°Mi ¨²nico pecado fue no ser ahorrador. No estaba metido en nada de drogas ni alcohol. Mi ¨²nico vicio era viajar por el mundo¡±, confiesa. Sin un euro en el bolsillo, retorn¨® a su ciudad natal, Barcelona, donde sufri¨® un infarto. A la salida del hospital, el hombre se vio sin casa y con medicamentos recetados que ni siquiera pod¨ªa costearse. Pas¨® tres d¨ªas durmiendo en el aeropuerto de la ciudad hasta que los servicios sociales se encargaron de ¨¦l y lo trasladaron al albergue de acogida donde ahora pernocta.
El t¨ªtulo, reconoce el indigente, no es una oda al pesimismo, sino a la sinceridad: ¡°No nos enga?emos. No existe otra oportunidad porque nunca vas a poder estar a la altura que estabas. Yo antes cobraba 10.000 euros a la semana y me los gastaba tranquilamente en viajes; pensaba que iba a ser siempre as¨ª. Ahora, tengo que adaptarme a una paga que espero que me den a partir de diciembre. No existen las segundas oportunidades, tenemos que asumir nuestros errores y aceptar las consecuencias¡±, remata.
En esta segunda edici¨®n de los talleres de videoarte, impulsados por la Obra Social La Caixa, Pla ha compartido experiencias con ocho indigentes m¨¢s. Un taxista, una auxiliar de enfermer¨ªa, un ayudante de seguridad o una ama de casa son otros de los perfiles sin techo' que han intervenido en una iniciativa que, por primera vez, acogi¨® la participaci¨®n de tres mujeres. Seg¨²n los organizadores del proyecto, el ejercicio es ¡°un proceso de autoconocimiento y canalizaci¨®n de conflictos, recuerdos, y emociones¡±.
Con el video rematado, Ferran se siente animado, con ganas de volver a moverse y encontrar trabajo: "Hay que evitar vivir la vida muri¨¦ndola d¨ªa a d¨ªa", sentencia.
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