Las Giraldas de EE UU
El Museo Coral Gables analiza el furor causado por la torre sevillana
A 90 metros de altura, una r¨¦plica del Giraldillo se eleva en una de las zonas m¨¢s transitadas de Miami (Estados Unidos). No aparece en las gu¨ªas de viaje y pocos saben que esta veleta tiene una hermana mayor que domina el cielo de Sevilla desde hace m¨¢s de cuatro siglos. Esculpida en cobre en 2002, corona la torre oriental de un edificio de oficinas inspirado en la Giralda que se eleva en la zona financiera de Coral Gables.
Al recrear la torre campanario de la Catedral de Sevilla, su promotor, Allen Morris, se propuso conectar con una tradici¨®n arquitect¨®nica estadounidense de principios del siglo XX. En una ¨¦poca en que se levantaban rascacielos, numerosos arquitectos estadounidenses tomaron como modelo a la Giralda. Ahora, el Coral Gables Museum dedica una sala a analizar el fen¨®meno.
Aunque algunas son versiones m¨¢s fidedignas que otras, lo cierto es que la Giralda fue ampliamente imitada. Nueva York, San Francisco, Chicago o Miami son algunas de las ciudades que la emularon. ¡°La Giralda, la torre m¨¢s bella de Europa, ser¨¢ reproducida en un hotel en Coral Gables¡± proclamaba un anuncio de 1924 en The Miami Herald publicitando la construcci¨®n de la Torre Biltmore, un hotel de lujo conocido por haber albergado a la flor y nata de los a?os veinte.
Para entender la fascinaci¨®n por la Giralda hace falta situarse en el momento que atravesaba la arquitectura estadounidense a finales del siglo XIX. Hasta entonces, los arquitectos de EE UU no eran m¨¢s que ¡°carpinteros con aires de grandeza¡±, seg¨²n han escrito los historiadores Jonathan y Donna Fricker. Cuando las universidades crearon los primeros t¨ªtulos formales de arquitecto, el estilo que cautiv¨® a profesores y alumnos fue el beaux arts, con origen en Francia.
Imitar construcciones cl¨¢sicas y renacentistas de Grecia o Italia se convirti¨® en un rasgo distintivo para los nuevos maestros de la edificaci¨®n. Seg¨²n Jonathan y Donna Fricker, la arquitectura beaux arts fue quiz¨¢s el mayor s¨ªntoma del complejo de inferioridad cultural estadounidense hacia Europa.
As¨ª, en sus viajes europeos, muchos de estos arquitectos descubrieron la belleza y funcionalidad de la Giralda. Para el historiador Allan Shulman, la forma y ornamentaci¨®n de la Giralda aportaban un rasgo distintivo a los nuevos rascacielos. ¡°Era un a?adido monumental e ic¨®nico a lo que de otra forma no habr¨ªa sido m¨¢s que un anodino bloque de media altura¡±, aclara.
Una de las primeras Giraldas fue construida en 1890 en el lugar original del pabell¨®n deportivo Madison Square Garden de Nueva York por el c¨¦lebre arquitecto estadounidense Stanford White. Entonces se convirti¨® en el segundo edificio m¨¢s alto de Nueva York; aunque en 1925 fue destruido y reemplazado por uno de los iconos de Manhattan, el New York Life Insurance Building.
Otra torre neoyorquina que sigue en pie y se asemeja a la Giralda es la del Municipal Building de Manhattan. Concluido en 1909, el dise?o del colosal edificio toma elementos de varios monumentos europeos. Quiz¨¢ la reproducci¨®n m¨¢s fiel, de 1922, es la torre del centro comercial Country Club Plaza de Kansas City, que tiene unos 50 metros de altura y reproduce la ornamentaci¨®n musulmana y cristiana del original. Adem¨¢s, est¨¢ coronada por una r¨¦plica del Giraldillo.
Otras, a¨²n con menos decoraci¨®n, parten claramente del dise?o de la Giralda como el San Francisco Ferry Building, de 1898; el Wrigley Building de Chicago, de 1920, o la Cleveland Terminal Tower, de 1928. Las tres han sido incluidas por el Gobierno en el Registro Nacional de Lugares Hist¨®ricos, una lista de monumentos dignos de preservaci¨®n.
Solo en Miami se han construido hasta cinco Giraldas. La m¨¢s reciente es la Giralda de Coral Gables, la m¨¢s alta de un conjunto denominado Alhambra Towers. Las otras cuatro datan de los a?os veinte. Con el tiempo, dos fueron derribadas, los lujosos hoteles Roney y Everglades. Las dos que sobrevivieron est¨¢n entre los monumentos m¨¢s importantes de la ciudad. Se trata de la Torre de la Libertad, que durante los sesenta fue el lugar de registro de los exiliados cubanos, y la de Biltmore, hotel de lujo y parada obligatoria en los tours de la ciudad. Hasta hace poco, la supervivencia de estas edificaciones no estaba garantizada frente a los grandes proyectos inmobiliarios. Como explica Arva Parks, comisaria de la exposici¨®n en Coral Gables, ¡°preservar la historia en una ciudad tan nueva como Miami es un reto¡±. Como ejemplo, en 2005, el propietario de la Torre de la Libertad abandon¨® sus planes de construir un edificio residencial en su lugar ante la presi¨®n vecinal.
Para muchos cubano-estadounidenses de Miami esta torre, que fue su primer contacto con la ciudad, tiene el mismo valor emocional que la Estatua de la Libertad neoyorquina tuvo en el pasado para muchos otros emigrantes. Tanto el Biltmore como la Torre de la Libertad gozan ahora de protecci¨®n urban¨ªstica y solo una cat¨¢strofe conseguir¨ªa derribarlas. Como en Sevilla, muchas de estas Giraldas estadounidenses se han convertido en s¨ªmbolos.
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