Lope en el M¨¦xico de los cristeros

Un espect¨¢culo certero, divertido, que traduce el texto de Lope de Vega en acci¨®n pura mediante una serie afortunada de decisiones de direcci¨®n, un juego esc¨¦nico viv¨ªsimo, unas interpretaciones inspiradas de un cuarteto de actores c¨®mplices que dicen el verso con claridad y una m¨²sica que entrelaza h¨¢bilmente la manera barroca con los sones mexicanos. Abril Mayett, su directora, devuelve a El caballero de Olmedo el sabor popular que ten¨ªa originalmente, cuando esta cr¨®nica de la rivalidad entre dos caballeros por una dama de Medina corri¨® en leyendas, canciones y comedias.

Lope teji¨® la suya en torno a un cantar an¨®nimo, que el peruano Antonio Tello, especialista en m¨²sica virreinal iberoamericana, y el actor cantante Isaac P¨¦rez Calzada, reinterpretan aqu¨ª con afilada iron¨ªa. Esa grata mezcla de rigor y desenfado que respira el tr¨ªo de m¨²sicos en vivo lo respira tambi¨¦n el resto de este montaje mexicano, ambientado en la Guerra de los Cristeros, que caus¨® 250.000 muertos entre 1926 y 1929.

Mayett efect¨²a el cambio de ¨¦poca y de lugar meti¨¦ndole un pellizquito a los tres breves di¨¢logos que en el original mantienen el rey Juan II y el Condestable, convertidos aqu¨ª en obispo cristero y en alcalde gubernamental, enfrentados dial¨¦cticamente mientras sus tropas se tirotean. El vestuario de Mario Mar¨ªn del R¨ªo, que concilia el traje festivo de los campesinos mexicanos con la ropa castellana de ¨¦poca, y la fascinante combinaci¨®n entre la m¨²sica del verso y la del acento de estos excelentes actores de la otra orilla, crean un tiempo fuera del tiempo donde medievo, barroco y edad contempor¨¢nea son una ¨¦poca sola.

Las interpretaciones son elocuentes. Sonia Franco, de 29 a?os, crea una Fabia fascinante: sin caracterizaci¨®n, da la imagen de vieja celestina con un repertorio de gestos expresivos, decididos y humor¨ªsticos, muy bien escogidos. Ella solita interpreta tambi¨¦n a Ana, Fernando y el Obispo, y pasa de un personaje a otro en un clic. Lo mismo sucede con sus compa?eros: hay que frotarse los ojos para caer en la cuenta de que la hermosa In¨¦s y el quebradizo Tello son encarnados ambos por Abril Mayett, y que tanto don Alonso como Leonor son, dos en uno, Javier Oliv¨¢n. El ejercicio de fregolismo colectivo lo completa Fernando Valle (Rodrigo, Don Pedro y Alcalde), Solo al final, cuando salen a saludar, caemos en que donde parec¨ªa haber siete actores, son solo cuatro.

En las escenas entre Alonso e In¨¦s hay carne, fuego y un humor llevado al extremo que impregna todo el montaje, y que solo en alg¨²n breve momento est¨¢ un pel¨ªn pasado de broma.

El caballero de Olmedo es la segunda obra del festival de teatro que en torno a la figura de Lope se ha sacado de la chistera el nuevo y pujante teatro Nave 73, sito en ese pasillo verde cultural donde est¨¢n tambi¨¦n en l¨ªnea recta Cuarta Pared, Lagrada, La Usina y Bulul¨² 2120, entre otras salas. Hoy y ma?ana, la compa?¨ªa madrile?a 300 Pistolas representa un montaje de El perro del hortelano que viene precedido de excelentes comentarios.