El fr¨¢gil regreso del disco de vinilo

A?o tras a?o, el vinilo vuelve para quedarse. Se dice que est¨¢ de moda, que cada vez se producen y venden m¨¢s discos en este formato. ?Significa eso que ha recuperado su garra comercial? Las tiendas de discos de Madrid no lo ven tan claro. Muchas creen que se trata simplemente de estrategias publicitarias. Afirman que no venden muchos m¨¢s vinilos que hace 10 a?os y que la prueba de que el subsector no est¨¢ resurgiendo es que las tiendas especializadas de la capital van cerrando.

A las doce del mediod¨ªa, la tienda de discos de Eduardo Cura est¨¢ vac¨ªa. En los 20 a?os que lleva regentando el lugar no hab¨ªa tenido que esperar horas y horas a que llegara un cliente. Discos Melocot¨®n (Calle de la Salud, 4) es una de las m¨¢s veteranas de Madrid. Est¨¢ especializada en m¨²sica rock de los a?os 60 y 70 como The Beatles, Bob Dylan, Neil Young o Pink Floyd. Tiene material para los m¨¢s exigentes coleccionistas y tambi¨¦n unas cuantas recopilaciones de rarezas imposibles de conseguir como una de rock turco de los a?os 1968 ¨C 1983 o una de underground peruano. Cura es un gur¨² de la m¨²sica, lo conoce todo y vive para aconsejar a sus clientes. ¡°?Que si ha vuelto el vinilo?¡±. Tuerce un poco el gesto y responde contundente: ¡°Nunca se ha dejado de vender¡±.

Pese a que no hay datos sobre la venta de vinilos en Madrid, las cifras a nivel nacional pueden ofrecer alguna pista de la situaci¨®n de este formato. En 2012 se vendieron un 13,6% m¨¢s respecto al 2011, es decir, 75.000 vinilos frente a siete millones y pico de ventas f¨ªsicas totales, seg¨²n datos de Promusicae, una asociaci¨®n que representa a todas las discogr¨¢ficas y distribuidoras de Espa?a.

Con vuelta del vinilo o sin ella, lo cierto es que el sector en Madrid est¨¢ pasando por un mal momento. El propio Cura es un ejemplo. ¡°Estoy en el aire. En octubre me jubilo por edad. A m¨ª me gustar¨ªa seguir, pero en la situaci¨®n en la que est¨¢ el sector no me dan ganas de hacerlo. Yo vivo de esto, pero cuando abr¨ª la tienda me plante¨¦ que ten¨ªa sentido si la gente respond¨ªa y ahora la gente nueva, por edad y por la cuesti¨®n econ¨®mica, no puede comprarse un disco por 20 euros¡±, explica.

Al igual que Melocot¨®n, Escridiscos, otra de las tiendas de referencia en la capital, se plantea cerrar sus puertas para siempre. En la calle de las Navas de Tolosa, n¨²mero 4, cuelga un cartel que anuncia cierre por vacaciones. Es una de las tiendas con m¨¢s solera, naci¨® casi al mismo tiempo que la movida madrile?a, el punk y la nueva ola, y en sus m¨¢s de 30 a?os de existencia ha sido una de las gu¨ªas para los coleccionistas y los amantes de la m¨²sica indie, el garaje, el rock y el punk. Seg¨²n cuenta Cura, el due?o tambi¨¦n se jubila y ha puesto un anuncio en internet para vender el negocio. ¡°Si nadie lo compra, cerrar¨¢ definitivamente el 31 de diciembre¡±, dice apenado.

El cierre de tiendas de discos en la ciudad ha sido paulatino y, por mucha promoci¨®n de vinilos que haya, varios establecimientos se han visto obligados a desaparecer. ¡°Hace algunos a?os por esta zona hab¨ªa unas 10 o 15 tiendas como la m¨ªa, ahora solo quedan tres¡±, se lamenta Cura. ?l mismo ten¨ªa otros locales, con empleados contratados, algo que no tiene hoy. ¡°Antes ten¨ªa m¨¢s dinero; me iba a Inglaterra, tra¨ªa discos y hac¨ªa caja. Pero mira ahora, estamos es las doce del mediod¨ªa y por mucho que sea agosto no hay nada de gente¡±.

El panorama de futuro para las peque?as tiendas madrile?as parece poco alentador. ¡°De aqu¨ª a un a?o no quedar¨¢ casi ninguna tienda, quiz¨¢ las de segunda mano logren sobrevivir¡±, dice. Y no solo por la crisis econ¨®mica, cuenta, sino por la escasa oferta cultural que ofrece la ciudad. ¡°Madrid es una ciudad donde no pasa nada. No vienen a tocar los grandes artistas, en los teatros ponen los musicales m¨¢s pasados de moda, los quitan y luego los ponen de nuevo¡±. Los mismo piensan desde la tienda de discos Toni Martin, una de las m¨¢s antiguas en la capital, presente desde 1976. "Somos de los pocos supervivientes", dice al otro lado del tel¨¦fono Toni Martin, el propietario.

Pero en la ciudad todav¨ªa hay supervivientes que esperan seguir muchos a?os m¨¢s. En el n¨²mero 5 de la calle Costanilla de los ?ngeles dos tiendas hist¨®ricas comparten la misma direcci¨®n. Antonio P¨¦rez administra desde hace casi 30 a?os Bangladesh. ¡°?Auge? ?Qu¨¦ va!, lo que ocurre es que se introdujo la moda de que hab¨ªa que tener vinilo, pero siempre ha estado ah¨ª. Hace unos tres o cuatro a?os las disqueras pensaron que sacar vinilos era una soluci¨®n al tema de la crisis de los CDs que ya casi no se vend¨ªan¡±, cuenta en¨¦rgico Antonio. Como ejemplo se?ala un vinilo de 180 gramos de Steve Earle. ¡°Esto lo reeditan en vinilo con el sello Back to Black e incluso te dan un c¨®digo para que puedas descargarlo por internet¡±, comenta. La tienda de Antonio es peque?a, parece algo desordenada, tiene una fila de discos amontonados, pero ¨¦l lo tiene todo perfectamente ubicado. ¡°Un poco de jazz por aqu¨ª, algo de rock por all¨¢, heavy, blues, m¨²sica espa?ola independiente e incluso alguna sorpresa de pop comercial. Aunque reniega un poco de ellas. ¡°El vinilo es un producto muy espec¨ªfico, si tuviera que vivir de lo que vendo de Alejandro Sanz no podr¨ªa sobrevivir¡±.

A tres pasos de distancia est¨¢ Babel, otra experimentada tienda de CDs y vinilos. Carlos Ollero lleva con la tienda unos 11 a?os y coincide en que el vinilo nunca lleg¨® a desaparecer del todo, lo ha mantenido un p¨²blico fiel, enamorado del formato. Como es un objeto bello (como los libros) y que suena bien, la industria ha vuelto a apostar por el vinilo, aunque sean tiradas cortas de unos pocos miles de ejemplares. Adem¨¢s, piratearlo es muy complicado, cosa que no pasa con el disco compacto. Ollero se lamenta de la situaci¨®n de los j¨®venes aficionados a la m¨²sica. ¡°Hoy los chavales no tienen ni un duro, hasta para los m¨¢s aficionados a la m¨²sica es complicado comprar vinilos dada la situaci¨®n econ¨®mica¡±, comenta. Se muestra orgulloso de que su peque?a tienda que ofrece adem¨¢s de novedades como el ¨²ltimo disco de Subsonics, In the black spot, la reedici¨®n de un cl¨¢sico del rock madrile?o como Noches de rockanroll de Burning o El reino de la estupidez, del grupo espa?ol Aspirina Infantil, una edici¨®n limitad¨ªsima del sello Beat Generation.

Hay otros m¨¢s optimistas. Es el caso de El Corte Ingl¨¦s, que ha visto una oportunidad en la venta de vinilos y poco a poco ha ido ampliando el espacio para su venta. ¡°La gente busca cada vez m¨¢s no solo a los Rolling Stones o The Beatles, sino grupos actuales que sacan su edici¨®n en vinilo. Por ejemplo ahora Dani Mart¨¦n acaba de sacar una reedici¨®n en vinilo¡±, aseguran fuentes de la empresa. A?aden que cuando empez¨® a hablarse del regreso del vinilo hace tres o cuatro a?os estaba asociado a una cosa residual, que pod¨ªa ser pasajera, pero que se ha consolidado. ¡°Tambi¨¦n tiene un aspecto de moda, lo vintage y lo retro ha vuelto y mucha gente busca esto por no quedarse atr¨¢s¡±, dicen desde la compa?¨ªa.

Competir con las grandes superficies no es nada f¨¢cil. Y las peque?as tiendas hacen lo posible por mantenerse a flote. A veces la ubicaci¨®n ayuda. Entre el bullicio de la calle Montera se encuentra Disco Killers, una tienda de segunda mano que tiene desde flamenco hasta rock cl¨¢sico. Su due?o, Jos¨¦ Luis Amador, lleva administrando el establecimiento unos 30 a?os. ¡°Un auge s¨ª que hay. En los ¨²ltimos dos o tres a?os se ha aumentado la venta. Hay m¨¢s reediciones de discos. Tambi¨¦n est¨¢ ligado al declive del CD¡±. Amador se pregunta si esto del auge es una moda pasajera y si va a durar en el tiempo. Frente a la crisis del sector y del pa¨ªs, este establecimiento ha apostado por hacer un poco de merchandising. Libros, llaveros, mu?equitos entre otras cosas est¨¢n apostados en las paredes de esta peque?a tienda de dos plantas. Los importantes son, sin embargo, los discos y, en especial, los vinilos. ¡°El vinilo tiene una ceremonia en s¨ª, para limpiarlos, para ponerlos. El encanto es que pones el disco, tiene unos cr¨¦ditos y una portada m¨¢s vistosa. El CD es algo m¨¢s b¨¢sico¡±.

Junto a una esquina de la Plaza de las Descalzas una flecha indica que hay que bajar las escaleras para llegar a La metralleta, otra de las m¨ªticas tiendas de segunda mano de Madrid, que est¨¢ dividida en dos establecimientos diferentes aunque compartan nombre. En un lado trabajan Jos¨¦ Luis P¨¦rez y su mujer. ¡°No creo que haya un auge del vinilo¡±, apunta P¨¦rez. ¡°Lo que siempre ha habido es gente coleccionista¡±. En su tienda, bastante amplia, se pueden encontrar varias joyas. En una vitrina, se?ala uno de sus tesoros m¨¢s cotizados: uno de los primeros discos de Vainica Doble. ?El precio? 2.000 euros. Tambi¨¦n hay otros emblem¨¢ticos y dif¨ªciles de encontrar como el censurado Sticky Fingers de los Rolling Stones.

Del otro lado, Felipe Men¨¦ndez cuenta que hubo un tiempo, hace unos 10 a?os, en el que el vinilo se dej¨® de vender, pero que ahora se est¨¢ volviendo a comprar. ¡°Pero en todo esto interfiere un poco la moda, que no s¨¦ cu¨¢nto durar¨¢¡±, comenta al mismo tiempo que se?ala los discos de grupos de la movida madrile?a como Par¨¢lisis Permanente.

Para todas estas peque?as tiendas el vinilo nunca se fue, pero tampoco aseguran su viabilidad en el futuro. Todas relatan con tristeza la desaparici¨®n, por la crisis u otras circunstancias, de muchas tiendas de m¨²sica. ?ngela P¨¦rez ayuda a sus padres a administrar la Gramola (Postigo San Mart¨ªn, 4), otra de las tiendas de discos de segunda mano m¨¢s antiguas de Madrid. ¡°Cuando mis padres empezaron con este negocio ten¨ªamos otros locales y hemos visto otros tantos cerrar. Tiene que ver con la crisis y tambi¨¦n con que la gente apreciaba la m¨²sica de otra manera¡±, dice apenada.