La luz de Manel
En Peralada, las canciones en vivo del grupo sonaron m¨¢s directas, m¨¢s crudas, reducidas a sus m¨ªnimos elementos significativos
En el escenario hab¨ªa cuatro m¨²sicos y un mont¨®n de insectos sobrevolando en torno a los focos. En la platea eran personas las que hac¨ªan de insectos palmeando en torno a los cuatro m¨²sicos que en el escenario hac¨ªan de foco de atenci¨®n. Era en Peralada, esta vez lugar del que se ense?ore¨® un p¨²blico m¨¢s joven que el que suele dar carta de naturaleza al festival y que ya en la cuarta canci¨®n, El gran salt, estaba captado por la luz del grupo, mostrando sus primeros deseos de abandonar la silla a su suerte y bailar. El grupo a¨²n no hab¨ªa hecho casi nada, pero as¨ª es el ¨¦xito, ese lugar de cita entre p¨²blico y satisfacci¨®n que en ocasiones ni necesita mucha mediaci¨®n del propio artista. Eso es triunfar. Manel lo viene haciendo todo este verano.
Y eso que el grupo se comporta en escena como quien parece haber llegado hasta all¨ª casi contra su voluntad, incluso mostr¨¢ndose v¨ªctima abrumada por la pasi¨®n despertada. Quiz¨¢s por ello mantienen ese aire de clase media sensata que en medio del oropel se sigue sabiendo media, el s¨¢bado a¨²n m¨¢s quiz¨¢s, en aquel contexto en el que el dinero y la posici¨®n est¨¢n tan asumidos que la ostentaci¨®n es, como los propios Manel, discreta. All¨ª en Peralada destacaba un poco m¨¢s si cabe esta condici¨®n ajena al glamour de una banda que adem¨¢s ha amojamado su directo yendo al grano, eliminando los interludios que otrora propiciara un Guillem ocurrente y perspicaz que ahora ejerce como de payaso Blanco, fr¨ªo y escueto, sin necesitar la contrarr¨¦plica de un Augusto. Debe ser la forma en la que Manel reclama atenci¨®n para lo ¨²nico en lo que se sienten algo distintos a los dem¨¢s: su capacidad para componer canciones.
Manel
Castell de Peralada
17 Agosto 2013
Y esas canciones suenan ahora en vivo tambi¨¦n m¨¢s directas, incluso m¨¢s crudas, reducidas a sus m¨ªnimos elementos significativos, empujadas por guitarras (siempre una el¨¦ctrica, en ocasiones dos y eventualmente una ac¨²stica) y una secci¨®n r¨ªtmica muy coloreada por la bater¨ªa de Arnau Vallv¨¦. Nada m¨¢s. Cuesti¨®n de gustos quiz¨¢s, el concierto de Peralada tuvo una sonorizaci¨®n no muy equilibrada en la que precisamente la bater¨ªa estaba muy presente, tapando en ocasiones a voz y dem¨¢s instrumentos, pero igual se trataba de otra vuelta de tuerca para hacer m¨¢s pop-rockero el sonido de un grupo que en directo rompe lazos con el folk. Sea como fuere, Manel tiene un amplio terreno de mejora en directo cuando se desprende de la calidez ac¨²stica y sencilla que tantos dividendos da, por ejemplo, en temas como La can?¨° del soldadet, una de las 21 piezas que sonaron en un repertorio cerrado con Al mar!. Pero Manel, suene como suene, haga casi lo que haga, es un grupo en racha, de ah¨ª el sentido de buscar nuevas v¨ªas justo cuando ¨¦stas parecen innecesarias dado el ¨¦xito conseguido. Ah¨ª reside la personalidad de un grupo que quiere llamar la atenci¨®n no s¨®lo por la luz que irradia.
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