Cornada a ¡®Nazar¨ª¡¯
La herida del caballo de Diego Ventura fue la nota desagradable de una tarde de rejoneo que no pasar¨¢ a la historia por la ortodoxia de los caballeros
La cornada al caballo Nazar¨ª, de Diego Ventura, -menos grave de lo que pareci¨® en el plaza- fue la nota desagradable de una tarde de rejoneo que no pasar¨¢ a la historia por la ortodoxia de los caballeros. Intentaba el rejoneador poner una banderilla y apur¨® tanto la cercan¨ªa del toro en el encuentro, que el caballo, una de las estrellas de su cuadra, recibi¨® un pitonazo en el anca derecha que le produjo una inmediata hemorragia. El pron¨®stico es leve y volver¨¢ a los ruedos en una semana.
No hubo gravedad, que es lo importante, ni triunfo clamoroso de ninguno de los actuantes. La verdad es que no parece que a los caballeros y al p¨²blico importe mucho c¨®mo se clavan los rejones y las banderillas, sino las acrobacias de los caballos y, sobre todo, el acierto a la hora de la suerte final.
Hicieron el pase¨ªllo las tres grandes figuras del rejoneo actual, a quienes hay que suponerles la calidad, como el valor a los soldados; pero, a pesar de sus cuadras de alta categor¨ªa, de su dominio y experiencia, no hubo faena para el recuerdo, como deber¨ªa corresponder a cualquiera de ellos.
Destac¨® sobremanera Hermoso de Mendoza a lomos de Disparate, un torero equino que templa a la perfecci¨®n a dos pistas cambiando de tranco y volviendo literalmente loco a su oponente de negro. Da limpios muletazos y se mueve con un empaque que ya quisiera la mayor parte del escalaf¨®n. Mat¨® muy mal Hermoso y todo qued¨® en silencio. Un par a dos manos fue lo mejor de la lidia del cuarto, lesionado en una mano, y la oreja conseguida supo a poco.
Boh¨®rquez/Hermoso, Cartagena, Ventura
Toros despuntados para rejoneo de Ferm¨ªn Boh¨®rquez, correctos de presentaci¨®n, mansos, descastados y apagados.
Hermoso de Mendoza: cinco pinchazos, rej¨®n trasero y ca¨ªdo y un descabello (silencio); pinchazo trasero (oreja).
Andy Cartagena: rej¨®n atravesado (dos orejas); seis pinchazos y rej¨®n (silencio).
Diego Ventura: dos pinchazos y rejonazo (silencio); cuatro pinchazos y rej¨®n (ovaci¨®n).
Plaza de la Malagueta. 25 de agosto. S¨¦ptima y ¨²ltima corrida de feria. Tres cuartos de entrada.
Las dos orejas de Cartagena reflejan, sobre todo, su constante conexi¨®n con los tendidos, que se divierten con las habilidades de sus caballos. Y Ventura, apocado en su primero, emborron¨® con el rej¨®n de muerte una actuaci¨®n trepidante y lucida a lomos de sus m¨¢s conocidos colaboradores. Mat¨® mal y el ¨¦xito se esfum¨®.
Finaliz¨® la feria de M¨¢laga. Se han cortado quince orejas, a las que hay a?adir las de esta tarde; ha mejorado sensiblemente la presentaci¨®n de las corridas, y se ha notado la seriedad de la nueva empresa, Coso de Badajoz, a pesar de las extra?as sustituciones de los ausentes. El garbanzo negro ha sido el p¨²blico, que ha asistido en menor proporci¨®n de lo esperado y ha mostrado un triunfalismo impropio de una plaza de primera.
Y horas antes de que se bajara el tel¨®n se han otorgado los primeros premios. Enrique Ponce ha ganado el Capote de Paseo instituido por el Ayuntamiento para destacar la mejor faena del ciclo; por su parte, el Club Taurino de Mil¨¢n ha concedido a Antonio Ferrera el XXII trofeo ¡®a la emoci¨®n¡¯, que decide cada temporada en una feria espa?ola. Con el voto mayoritario de sus miembros, este grupo de entusiastas y entendidos aficionados italianos ha reconocido la entrega y la espectacularidad del torero extreme?o, que ha triunfado en sus dos comparecencias en la feria.
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