Seis a?os despu¨¦s, los bomberos privados aparcan la manguera
Los trabajadores de parques privados convocan la protesta para equiparar condiciones laborales y operativas
![Bomberos de los parques privados, el s¨¢bado antes de participar en una carrera solidaria en Padr¨®n.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/GWZMQ3RAZAH5ZKCMFXQW3GILNE.jpg?auth=b3363e0bb9e3873beada0feef7688e2c6d75917715dbbd8e372011bf17fa187f&width=414)
La ley de emergencias de 2007 marc¨® un a?o de plazo a la Xunta para impulsar un reglamento del bombero profesional que dejase claras las obligaciones y deberes del colectivo. Era una aspiraci¨®n de los trabajadores de parques privados, que se ven sometidos a los vaivenes laborales y operativos de la empresa privada sin un texto legal al que asirse para denunciar abusos. Seis a?os despu¨¦s, el proyecto sigue en el limbo y los bomberos se han cansado de esperar. Habr¨¢ huelga.
?Anunciada de entrada para el pr¨®ximo mi¨¦rcoles 28, el paro se retrasar¨¢ una semana despu¨¦s de que en la negociaci¨®n del pasado viernes entre las empresas concesionarias y los responsables de los trabajadores para fijar los servicios m¨ªnimos las compa?¨ªas se?alasen errores formales en la convocatoria. Uno de ellos sirve de ejemplo del tipo de subterfugios legales con que la privatizaci¨®n castiga al personal: la empresa Natutecnia, que gestiona tres parques en A Coru?a y uno en Lugo tiene en sus parques coru?eses una sociedad por cada base, producto de tres uniones de empresas con nombre casi id¨¦ntico: solo cambia el orden de los t¨¦rminos (la propia Natutecnia y sus socias Eimfor y Eural, con fluida relaci¨®n). El detalle societario implica que los empleados tienen que presentar una convocatoria de huelga por cada parque y tienen m¨¢s trabas para conseguir una representaci¨®n sindical unitaria, seg¨²n fuentes de los trabajadores. El apoyo a la huelga es casi absoluto. Aparte del de Valdeorras (Ourense), los otros 22 parques privados de Galicia han apoyado la convocatoria, que depende ahora de que se fijen los servicios m¨ªnimos. Quedan fuera de la huelga los bomberos de servicios p¨²blicos ¡ªlos de los parques de las ciudades y el de Silleda, el ¨²nico fuera de las urben con gesti¨®n p¨²blica.
Los trabajadores han tenido paciencia. Desde enero del a?o pasado llevan tratando de negociar una propuesta para equiparar los convenios colectivos, seg¨²n explica Jos¨¦ Luis Pareja, portavoz del comit¨¦ de empresa de Veicar Coru?a. ¡°No se trataba de pedir subidas salariales sino homogeneizar condiciones en un plazo de entre cinco y ocho a?os¡±, recuerda sobre aquel intento, que no tuvo ¨¦xito. La Xunta, que es la que fija los pliegos de condiciones que las empresas deben cumplir cuando asumen el contrato, deriva la gesti¨®n de personal a las empresas, y estas no accedieron a un trato conjunto. Las conversaciones se vieron perjudicadas, adem¨¢s, porque en Pontevedra se pusieron en marcha los tr¨¢mites para constituir el consorcio provincial. Esto hizo necesario un nuevo concurso y provoc¨® que durante unos meses le faltase una pata a la mesa de negociaci¨®n, esta vez por parte empresarial.
El nombre de la nueva concesionaria de los parques de Pontevedra no se conoci¨® hasta el pasado marzo. Finalmente fue Matinsa, una filial de FCC, la que se llev¨® el gato al agua con un contrato de 21 millones de euros por ocho a?os, con opci¨®n de prorrogarlo hasta 14, financiado a medias por Xunta y Diputaci¨®n. Pero con el contrato adjudicado y las empresas ya en situaci¨®n de negociar, tampoco se lleg¨® a un acuerdo de m¨ªnimos. ¡°Solo aceptaban pactar cosas muy puntuales, como los uniformes, que adem¨¢s es algo que ya viene en los pliegos¡±, recuerda Pareja.
La situaci¨®n se enquist¨®, agravada por el conflicto en Veicar que gestiona otros parques, donde direcci¨®n y trabajadores se enzarzaron por las condiciones de los turnos. Las palabras del responsable de la empresa, Jaime Prieto-Puga, quej¨¢ndose de las protestas de unos empleados mileuristas que considera ¡°privilegiados¡± porque pueden alternar su trabajo con otros empleos (en sus d¨ªas libres) no han ayudado a tranquilizar el ambiente. La huelga en Veicar ha quedado subsumida, no obstante, en el paro a escala gallega.
Entre las quejas m¨¢s repetidas por los bomberos consultados est¨¢ la de los denostados turnos de solo tres personas, que seg¨²n los trabajadores multiplican las posibilidades de accidente y merman la capacidad de respuesta a las emergencias. La falta de acuerdo para los servicios m¨ªnimos va en esa l¨ªnea, con la contradicci¨®n aparente de que en este caso son las empresas las que quieren que la dotaci¨®n sea inferior. Como las plantillas son tan cortas, el personal m¨ªnimo obligatorio es pr¨¢cticamente el mismo que el de una jornada normal. En la ¨²ltima reuni¨®n del viernes, las empresas propon¨ªan tres trabajadores por turno, mientras que el comit¨¦ reclamaba cinco.
La protesta tambi¨¦n recoge la preocupaci¨®n por el futuro de los bomberos m¨¢s veteranos, en una profesi¨®n que depende de la forma f¨ªsica en t¨¦rminos parecidos, salvando las distancias, a la de deportista. Cuando los empleados empiezan a acercarse a los cincuenta a?os y las fuerzas ya no son las de un joven no tienen posibilidad de reconvertirse. ¡°No existe una segunda actividad que lo exonere de actuar en primera l¨ªnea de fuego al alcanzar una edad avanzada, siendo el despido y reposici¨®n con nuevo personal, la manera m¨¢s viable para mantener la efectividad del servicio por parte de las concesionarias¡±, recogen los bomberos en la convocatoria de huelga.
El otro extremo en discusi¨®n es los problemas de coordinaci¨®n de los servicios de emergencias, un aspecto que empieza a movilizar a la oposici¨®n pol¨ªtica en el Parlamento aut¨®nomo para plantear el rescate de las concesiones.
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