La Xunta se desentiende de los pacientes de un hospital en huelga
El convenio con el centro concertado de Vigo no prev¨¦ el traslado si el servicio falla Un hombre est¨¢ en estado muy grave tras retrasarse 10 d¨ªas su operaci¨®n
Pese a sus 95 a?os, hasta la semana pasada Emilio Garc¨ªa era uno de esos ancianos que hacen una vida pr¨¢cticamente normal. Se duchaba y afeitaba ¨¦l mismo, paseaba hasta el quiosco para comprar el peri¨®dico o hac¨ªa peque?as compras en el supermercado. Pero una mala ca¨ªda pudo con su d¨¦bil f¨¦mur el 20 de agosto. Lo que deb¨ªa haber sido un r¨¢pido paso por quir¨®fano, con apenas cuatro d¨ªas de postoperatorio, se ha convertido en un asunto de vida o muerte. Emilio agoniza en una cama de un hospital concertado de Vigo, Povisa, porque una huelga ha retrasado su operaci¨®n sin que nadie, ni el centro ni la Xunta, se hagan responsables de su situaci¨®n. El convenio suscrito entre ambos ¡ªpor el que Povisa tiene adjudicada la atenci¨®n de 150.000 personas de Vigo y su entorno¡ª no contempla la derivaci¨®n de un paciente a otro hospital cuando algo falla, cosa que s¨ª est¨¢ prevista entre centros p¨²blicos.
Emilio agoniza porque su fr¨¢gil organismo no ha podido aguantar una inmovilizaci¨®n forzosa que va por su d¨¦cimo d¨ªa. El viernes pasado estaba listo para quir¨®fano, pero un m¨¦dico inform¨® a la familia del primer retraso provocado por el paro. El segundo lleg¨® el lunes, y as¨ª hasta ayer. Pero la situaci¨®n del enfermo se agrav¨® este martes. El est¨®mago y los pulmones comenzaron a llenarse de l¨ªquidos y el intestino dej¨® de funcionar. Se alimenta a base de suero, y su estado resulta demasiado d¨¦bil para afrontar la operaci¨®n. Ya es demasiado tarde. ¡°Los m¨¦dicos nos han dicho que nos preparemos lo peor¡±, reconoce entre l¨¢grimas su hija Concepci¨®n.
Cuando la salud de Emilio comenz¨® a resentirse, su familia pidi¨® que se le derivara a otro hospital. ¡°En Povisa nos dijeron que el Sergas (Servicio Gallego de Salud) rechaz¨® esa posibilidad¡±, afirma su hija. Pero no es esa la explicaci¨®n oficial del centro. ¡°No se le solicit¨® al Sergas porque Povisa no deriva, no est¨¢ previsto en el concierto y no podemos subcontratar¡±, sostiene un portavoz de la empresa, que a?ade: ¡°Es como si un inquilino quiere realquilar su casa; no puede¡±. Fuentes del Sergas, mientras, afirman que es un problema del hospital que debe resolver en el hospital.
¡°Si no hay quir¨®fanos, se pintan, y si no, se traslada al paciente¡±. El presidente de la Sociedad Espa?ola de Geriatr¨ªa y Gerontolog¨ªa, Jos¨¦ Antonio L¨®pez Trigo, es dr¨¢stico al valorar lo sucedido con Emilio Garc¨ªa. ¡°A un hombre de su edad no se le puede tener m¨¢s de 48 horas sin operar, salvo que haya un inconveniente m¨¦dico. A partir de ese plazo se corre el riesgo de hacerle un discapacitado, cuando, si no, en dos d¨ªas estar¨ªa en su casa y en un mes, caminando¡±, explica. Los riesgos de mantener una hospitalizaci¨®n prolongada ¡ªen este caso, adem¨¢s, inm¨®vil por la fractura¡ª son evidentes para el geriatra. ¡°Las complicaciones aumentan exponencialmente. Aparecen ¨²lceras de presi¨®n, y la atrofia muscular es rapid¨ªsima. Adem¨¢s, en los hospitales los pacientes tienden a beber y comer menos, con lo que se van desnutriendo. Es una cascada de desastres¡±, afirma.
El de Emilio Garc¨ªa es el primer problema grave que surge desde que comenz¨® la huelga indefinida en Povisa, un hospital privado que, ante la incapacidad de la red p¨²blica, atiende a 150.000 personas de Vigo y su entorno. Lo hace merced a un concierto singular que le cuesta cada a?o 75 millones de euros a las arcas auton¨®micas, el m¨¢s caro de la sanidad p¨²blica espa?ola. La construcci¨®n, repleta de sobresaltos, de un nuevo hospital en Vigo impulsado por un modelo de colaboraci¨®n p¨²blico-privada no alterar¨¢ las cosas, ya que, como ha reconocido la Xunta, no permitir¨¢ absorber a la poblaci¨®n ahora atendida en el centro privado.
171,6 d¨ªas, la mayor lista de espera de Galicia
Povisa es, de largo, el hospital de Galicia con las mayores listas de espera. Tanto es as¨ª que la situaci¨®n le supuso una reprimenda del Valedor do Pobo, el Defensor del Pueblo de Galicia. En su informe de 2012, publicado en mayo, la instituci¨®n que dirige Jos¨¦ Julio Fern¨¢ndez llamaba la atenci¨®n sobre el hecho de que el hospital concertado concentre a la mayor¨ªa de los pacientes que llevan seis meses o m¨¢s en espera de ser operados y a los que aguardan desde hace m¨¢s de un a?o.
Seg¨²n la informaci¨®n facilitada por la Xunta el pasado mes de julio, el tiempo medio que se tarda en Galicia en entrar en quir¨®fano asciende a 82,1 d¨ªas, pero la influencia de Povisa en esa estad¨ªstica es tal que la Xunta tambi¨¦n ofrece el dato sin incluir al centro concertado (68,5 d¨ªas). Eso ocurre porque la espera media en ese hospital asciende a 171,6 d¨ªas, m¨¢s del doble del resto de hospitales de la red p¨²blica.
El Valedor do Pobo atribuye esa situaci¨®n a los conciertos sanitarios, de los que afirma que ¡°deber¨ªan estar supeditados a un estricto cumplimiento de los plazos que legalmente est¨¢n establecidos¡±. Ese incumplimiento, a?ade, ¡°tendr¨ªa que provocar la imposibilidad de realizaci¨®n de nuevos conciertos¡± y obligar a establecer ¡°derivaciones a otros hospitales p¨²blicos de la red sanitaria gallega¡±. El convenio al que alude el Valedor do Pobo se firm¨® por primera vez en 2001, siendo Manuel Fraga presidente de la Xunta, y caduc¨® en 2010, pero ha sido prorrogado en tres ocasiones ante la falta de acuerdo entre el Gobierno gallego y el hospital, propiedad del Grupo Nosa Terra 2000.
Las negociaciones est¨¢n rotas, pero Povisa sigue ingresando anualmente los 75 millones de euros que le corresponden por atender a una poblaci¨®n de 150.000 habitantes, 80.000 de ellos de determinados distritos de la ciudad de Vigo. El nuevo hospital de Vigo, cuya inauguraci¨®n se demorar¨¢ al menos dos a?os, se ha concebido con una capacidad de 1.465 camas, por lo que ¡°no supondr¨¢ esencialmente un aumento de oferta sanitaria, sino una reorganizaci¨®n del complejo hospitalario¡±. Eso significa que la sanidad p¨²blica gallega seguir¨¢ necesitando de la colaboraci¨®n con Povisa para atender a la poblaci¨®n de Vigo y su entorno, la mayor de Galicia, aunque con una salvedad: en lugar de asignar a los pacientes por su procedencia domiciliaria se realizar¨¢ de forma voluntaria. Lo que la Xunta no aclara es c¨®mo podr¨¢ atender a esos 150.000 pacientes si todos deciden que se les atienda en un centro no concertado.
La huelga indefinida comenz¨® el d¨ªa 19, la v¨ªspera del ingreso de Emilio Garc¨ªa. A ella se sumaron todos los sindicatos representados en el comit¨¦ de huelga excepto el que representa a los m¨¦dicos, menos vinculados al convenio colectivo que la empresa ha anulado ante el fracaso de las negociaciones para su renovaci¨®n. En aplicaci¨®n de la reforma laboral ¡ªaunque pendiente de juicio, que se celebr¨® el martes¡ª la direcci¨®n del hospital ha impuesto su sustituci¨®n por el sectorial de la provincia, lo que supone una rebaja salarial de en torno al 40% para los trabajadores. Con 1.383 empleados, unos 400 de ellos facultativos, la de Povisa es la segunda mayor plantilla de Vigo, despu¨¦s de Citro?n.
Las ¨²nicas declaraciones sobre la huelga de la consejera de Sanidad, Roc¨ªo Mosquera, se produjeron el 20 de agosto. Ese d¨ªa, preguntada por los periodistas, la m¨¢xima responsable del Sergas se limit¨® a recordar que Povisa es un centro ¡°concertado, pero privado¡±, por lo que rehus¨® cualquier intervenci¨®n de la Xunta, m¨¢s all¨¢ de llamar a las partes a negociar y alcanzar un acuerdo ¡°cuanto antes¡±. ¡°Es lo que podemos hacer¡±, se justific¨®. Esa negociaci¨®n entre direcci¨®n y trabajadores no existe. Desde antes de que comenzara el paro indefinido, la direcci¨®n del centro advirti¨® que no mantendr¨ªa ning¨²n contacto con el comit¨¦ de empresa hasta una reuni¨®n prevista para el 15 de septiembre. Las relaciones entre el comit¨¦ y el centro est¨¢ pr¨¢cticamente rotas y la tensi¨®n ha ido creciendo a medida que han pasado los d¨ªas, con escraches a los directivos del hospital en la calle y altercados a las puertas del juzgado en el que se celebr¨® la vista por el conflicto colectivo, de donde el consejero delegado del centro sali¨® escoltado por la polic¨ªa. Seg¨²n los sindicatos, el 74% del personal no facultativo secunda el paro, porcentaje que la empresa rebaja al 15% del total de la plantilla. Las ¨²nicas conversaciones entre las partes han tenido que ver con los servicios m¨ªnimos y a instancias de la Inspecci¨®n de Trabajo.
Ayer mismo, empresa, comit¨¦ de huelga e Inspecci¨®n celebraron una nueva reuni¨®n para intentar revisar los m¨ªnimos en traumatolog¨ªa, en donde seg¨²n fuentes sindicales hay otros 11 pacientes en espera de intervenci¨®n. Los servicios m¨ªnimos que se aplican en el paro solo mantienen operativos tres de los 15 quir¨®fanos con que cuenta el policl¨ªnico. Los departamentos relacionados con oncolog¨ªa, otras patolog¨ªas graves y urgencias funcionan con normalidad, en tanto que el personal de planta trabaja con los servicios habituales de los fines de semana. Las consultas externas arrancaron el paro con relativa normalidad, atendidas por los m¨¦dicos sin personal auxiliar, pero los efectos comienzan a notarse ante la falta de plantilla para concertar citas o realizar pruebas.
¡°El Sergas es responsable absolutamente de atender a la poblaci¨®n. Si no incumple un mandato constitucional¡±. ¡°Si hay un conflicto laboral, que lo solucionen entre ellos, pero no a costa del paciente¡±, dice L¨®pez Trigo. ¡°En el caso de Emilio lo importante era operar cuanto antes, porque una rehabilitaci¨®n temprana es tan importante como una buena t¨¦cnica quir¨²rgica¡±. Adem¨¢s, ¨¦l cree que en este caso se abusa de una persona ¡°fr¨¢gil, en edad avanzada, que va a quejarse poco¡±. Su hija s¨ª se queja. ¡°Mi padre ha trabajado toda su vida y ha pagado puntualmente sus impuestos y la Seguridad Social. ?C¨®mo me dicen que no lo pueden operar?¡±, se indigna la hija del paciente, que no duda en culpar al Sergas: ¡°Ellos son los responsables y los que tienen que buscar una soluci¨®n, a m¨ª me da igual que este hospital sea p¨²blico o privado, ¨¦l tiene que ser atendido, y si es necesario trasladarlo, que lo trasladen. Mi padre ten¨ªa que estar ya de vuelta en casa con nosotros y ahora est¨¢ muri¨¦ndose en una cama¡±.
Con informaci¨®n de Emilio de Benito.
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