Temporeros sin techo
Un grupo de inmigrantes que trabajan recogiendo fruta duermen al raso en una plaza del casco antiguo de Lleida porque los patronos no les dan casa
Con empleo, pero sin una vivienda donde dormir. As¨ª vive un grupo de 50 temporeros subsaharianos que ha hecho de la plaza de los antiguos bloques del Seminario de Lleida su hogar. Algunos empresarios los contratan para la campa?a de la fruta pero sin alojamiento, lo cual supone incumplir el convenio de los trabajadores del campo. Su d¨ªa a d¨ªa arranca a las 6 de la ma?ana, cuando les despiertan los agentes de la Guardia Urbana. La mayor¨ªa va a recoger fruta. El resto, se dedica a buscar cartones y a preparar el campamento para la noche.
Mamadou, procedente de Senegal, lleva casi un mes durmiendo al raso en el campamento. ¡°Vivir en la calle se hace muy duro", lamenta. ¡°En estos momentos tengo empleo, aunque de forma muy irregular¡±, cuenta Mamadou, que lleg¨® a Lleida por el consejo de un amigo que le coment¨® que hab¨ªa mucho trabajo para recoger fruta. La realidad es distinta: solo trabaja uno o dos d¨ªas a la semana.
El convenio colectivo fija la obligaci¨®n del empresario de dar casa en estos casos
A media tarde, el hogar improvisado est¨¢ medio vac¨ªo. Solo hay cartones doblados y algunas personas sin trabajo. Al anochecer, el asentamiento vuelve a llenarse. Un grupo hace cola para usar unos lavabos port¨¢tiles, mientras otro va a la fuente para lavarse.
En el campamento se forjan alianzas de solidaridad. Los que no tienen empleo se dedican a buscar agua y a recoger unas bolsa con comida que reparte el Ayuntamiento. En su interior, hay un kilo de lentejas, zumo, una lata de at¨²n y queso. Mamadou abre el bote de legumbres, lo hierve en el fog¨®n y lo reparte con otro compa?ero. ¡°La gente aqu¨ª pasa mucha hambre y nos tenemos que ayudar¡±, dice. Despu¨¦s de la cena, recoge los utensilios y los lava en la fuente.
En Alcarr¨¤s otro grupo de unos 200 subsaharianos acampa en otro solar
Un grupo da la bienvenida a dos nuevos habitantes. ¡°Es la primera vez que vengo a Lleida¡±, comenta uno de ellos. Ha llegado hace dos d¨ªas en una furgoneta desde la campa?a de la fruta del sur de Espa?a. En a?os anteriores, no le hab¨ªa hecho falta trasladarse a Lleida porque en el sur ten¨ªa trabajo suficiente. ¡°Espero que un pay¨¦s me contrate, aunque tampoco s¨¦ si me dar¨¢ alojamiento¡±, dice.
Una estampa similar se reproduce en Alcarr¨¤s (Segri¨¤). En un terreno situado a medio kil¨®metro de la localidad, en Torres de Segre, hay otro campamento en el que viven unos 200 temporeros subsaharianos. Llevan all¨ª desde invierno y algunos hace ya cinco a?os que buscan trabajo. El asentamiento se ha creado alrededor de 15 contenedores de carga que les sirven como hogar.
Sus condiciones son peores que los de Lleida. No tienen agua potable cerca y lavan su ropa y se duchan con la captaci¨®n de una boca de riego. El Ayuntamiento de Alcarr¨¤s explica que no puede actuar porque es una finca particular. Seg¨²n los vecinos, el due?o sabe que los temporeros han ocupado los terrenos, pero prefiere que se queden all¨ª antes de que se vayan a dormir a la calle.
El concejal de Bienestar Social de Lleida, Josep Presseguer, recuerda que se trata de una situaci¨®n recurrente, aunque ¡°la evoluci¨®n est¨¢ siendo positiva y hay menos inmigrantes sin techo que hace unos a?os¡±. Los temporeros que llegan a la ciudad cuentan con servicios de alimentaci¨®n, ducha, lavander¨ªa y consigna: ¡°No podemos asumir su alojamiento porque crear¨ªamos un efecto llamada desde otras poblaciones del Segri¨¤¡±. ¡°El empresario debe proporcionarles un alojamiento¡±, afirma el coordinador de Uni¨® de Pagesos en Lleida, Josep Maria Companys, que alude al convenio de los trabajadores del campo, que fija la obligaci¨®n del empresario debe facilitar un techo si el empleado se desplaza m¨¢s de 75 kil¨®metros desde su lugar de residencia. ¡°En la n¨®mina mensual, al temporero se le resta un 10% de salario en concepto de manutenci¨®n¡±, explica. ¡°El agricultor que otorga un empleo tambi¨¦n adquiere un compromiso con el alojamiento¡±, remacha el presidente en Lleida de Joves Agricultors i Ramaders de Catalu?a (JARC), Joan Carles Massot.
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