Una familia acude a Wert para que sus hijos no se examinen de euskera

Una familia de origen colombiano afincada desde hace casi una d¨¦cada en Euskadi busca desde hace semanas una soluci¨®n para que sus tres hijos, de 19, 17 y 16 a?os, puedan avanzar en sus estudios pese a no dominar el euskera, despu¨¦s de que los tres hayan agotado los cuatro cursos de exenci¨®n que les permite la normativa vasca. Su situaci¨®n, una vez agotados los recursos ante la administraci¨®n auton¨®mica, les ha llevado a pedir ayuda por carta esta semana al Ministerio de Educaci¨®n, para tratar de encontrar una soluci¨®n a pocos d¨ªas del comienzo del curso.

Los tres estudian en Vitoria desde 2008, cuando llegaron a Euskadi, cinco a?os despu¨¦s de que lo hiciera su madre, Marcela Berm¨²dez. Desde entonces, los j¨®venes han estado exentos de la evaluaci¨®n de euskera, como establece la normativa de 2011, durante cuatro cursos ¡ªantes eran dos¡ª. Superado ese tiempo, tienen que afrontar como el resto de estudiantes los ex¨¢menes del idioma, una realidad con la que la familia se top¨®, relata la madre, en diciembre de 2012 con una carta del Departamento de Educaci¨®n.

El colegio concertado reconoce que los alumnos no han estudiado euskera en cuatro a?os

Berm¨²dez explica que en el centro escolar en ning¨²n momento se les inform¨® de que la exenci¨®n ten¨ªa un l¨ªmite temporal de cuatro a?os y de que sus hijos tendr¨ªan que afrontar evaluaciones como el resto de sus compa?eros. La exenci¨®n sirve para la ¡°evaluaci¨®n, pero no de la ense?anza¡±, detalla la resoluci¨®n de Educaci¨®n. Esta madre recuerda que a sus hijos ¡°nunca los obligaron¡± a estudiar euskera en el colegio concertado Corazonistas, un idioma contra el que no tiene ¡°nada en contra¡±. La direcci¨®n del centro, con la que hoy contactar¨¢ la delegada de Educaci¨®n de ?lava, explica que los centros concertados pidieron una moratoria de la normativa para que no se dieran situaciones como esta y a?ade que, en los casos de exenciones, ¡°se pueden poner en el aula de euskera, si hab¨ªa subvenci¨®n se les daba clase o, si no, van al aula de estudio¡±. Estos j¨®venes no recibieron clases de euskera.

¡°No conocer la ley no exime de cumplirla¡±, asume la madre, que no oculta el informe del Ararteko de agosto, en el que el defensor le explica que la normativa est¨¢ en su contra. Pero Berm¨²dez enumera los problemas pr¨¢cticos que su familia se ha encontrado para hacerlo. Ve imposible adoptar la soluci¨®n de otras familias residentes en ?lava, la de enviar a sus hijos a localidades burgalesas cercanas, como Miranda. Alega que tienen serias dificultades econ¨®micas para trasladar a sus hijos y costearse el centro, ya que en el instituto p¨²blico, explica, no hay plazas.

El caso m¨¢s complicado es el del mayor, que el a?o pasado cursaba segundo de Bachillerato. En su ¨²ltimo a?o de colegio, ten¨ªa que superar los ex¨¢menes de un idioma que desconoce. Ahora repetir¨¢ curso no solo con euskera. Los dos chicos han finalizado ya Secundaria, pero quieren seguir estudiando y se plantean acudir a la universidad. ¡°Mis hijos tienen derecho a educarse; que se puedan educar en el entorno en donde residimos y con las caracter¨ªsticas econ¨®micas que poseemos¡±, indica Berm¨²dez.