El arte de la batidora, en el MACBA

Tarde veraniega en la plaza dels ?ngels, donde la masiva afluencia de skatersno impide, aunque si dificulta, la inusual y tambi¨¦n consistente presencia de hermosas mujeres, subidas sobre tacones de 13 cent¨ªmetros, entrando en el Museo de Arte Contempor¨¢neo de Barcelona (MACBA). Y es que la ocasi¨®n lo requer¨ªa: no era la en¨¦sima inauguraci¨®n de una exposici¨®n de arte, sino de la presentaci¨®n de la ¨²ltima Minipimer de Braun, artilugio que en su ¨¢mbito tambi¨¦n se considera obra de arte.

El hecho de qu¨¦ el nombre de un peque?o electrodom¨¦stico se haya convertido en el t¨¦rmino gen¨¦rico para todos los de su especie de la marca que sean da una idea del impacto de este producto, nacido en el lejano 1957.

Que el MACBA se abriera esta semana para acoger objetos concebidos para tiendas de electrodom¨¦sticos y cocinas no es inaudito. Antes de ¨¦l otros museos los han hecho, siguiendo el ejemplo del MOMA de Nueva York, que dedic¨® una exposici¨®n monogr¨¢fica a los dise?os de Braun ya en 1964 y cuenta en su colecci¨®n permanente con algunos, como el ic¨®nico exprimidor y varias Minipimer.

La ¨²ltima de la saga, elegant¨ªsima en negro y plata, es la primera con velocidad autom¨¢tica, que se modifica con la presi¨®n del dedo seg¨²n la consistencia del alimento, soluci¨®n sencilla, pero que hasta ahora nadie hab¨ªa puesto en pr¨¢ctica. Le acompa?aban, cada uno en su peana, todos sus predecesores y una selecci¨®n de los objetos m¨¢s emblem¨¢ticos de la firma.

En el hall del MACBA, durante unas horas, se expusieron 28 de esos productos, realizados entre 1955 y la actualidad. Todos llegaban de Fr¨¢ncfort, donde se conserva la colecci¨®n corporativa de Braun, cuya divisi¨®n de electrodom¨¦sticos fue adquirida en 2012 por la italiana DeLonghi. La clarividencia de los dise?adores de Braun resulta impactante viendo los objetos utilizados como inspiraci¨®n por Apple, tal y como reconoci¨® el propio Steve Jobs: una radio de 1958, un amplificador de 1959 y una calculadora de 1977, que muestran asombrosos parecidos con el iPod de 2001, el Imac de 2007 y la calculadora del iPhone, respectivamente.

Con la crisis, ver las salas de los grandes museos ocupadas por eventos privados se convertir¨¢ en algo cada vez m¨¢s habitual. Los centros estadounidenses, que no gozan de apoyos econ¨®micos p¨²blicos, llevan a?os haci¨¦ndolo y en Barcelona tambi¨¦n el MNAC alquila desde hace tiempo la Sala Oval para todo tipo de iniciativas privadas. Curiosamente, no suele darse la oportunidad al p¨²blico de disfrutarlas. Quiz¨¢ en este caso, a los asistentes les habr¨ªan gustado estos objetos tan familiares y tan lejanos a la vez y tambi¨¦n quiz¨¢s se habr¨ªan sorprendido descubriendo que la Minipimer, tanto el objeto como el nombre, se invent¨® precisamente en Barcelona. Su creador, el dise?ador industrial Gabriel Lluelles Rabad¨¤, trabajaba en Pimer (Peque?as Industrias Mec¨¢nico-El¨¦ctricas Reunidas), cuando fue absorbida por Braun, donde en 1959 dise?¨® la Minipimer MR1, que se export¨® a m¨¢s de 50 pa¨ªses, convirti¨¦ndose en un mito. El arte de la batidora.