Hip-hop postnuclear para la fiesta
Dope D.O.D. puso espectadores hasta en las farolas de la plaza Reial
Se notaba que era s¨¢bado de fiesta mayor ya en los metros, a ¨²ltima hora de la tarde. Llenos de j¨®venes los convoyes converg¨ªan en el centro, donde la m¨²sica les aguardaba para proponerles rock ruidoso con mucho m¨²sculo y palabras rimadas. Ya desde primeras horas los escenarios del BAM mostraban mayor ocupaci¨®n que la v¨ªspera, pero lo que m¨¢s denotaba el car¨¢cter festivo de la noche era el equipo que colgaba de muchas manos: bolsas con cerveza. La predisposici¨®n a la fiesta era notable. Y ¨¦sta, la fiesta con may¨²sculas, estall¨® al final de la noche, con los recitadores holandeses Dope D.O.D, reyes de la Reial cuando la media noche qued¨® atr¨¢s. Lo que hab¨ªa comenzado con rock musculoso acab¨® con hip-hop anguloso. El BAM fue fiel a su esp¨ªritu aventurero.
Comenzando por el final, lo m¨¢s rese?able de la noche fue el exitazo conseguido por Dope D.O.D. ya pasada la medianoche, cerrando un irregular cartel de hip-hop salvado precisamente por ellos. Porque fueron ellos quienes congregaron en la plaza Reial a una multitud que pobl¨® de manos el aire del lugar, azotando el ritmo propuesto por este tr¨ªo de recitadores de aspecto patibulario. Conocidos pese a su car¨¢cter underground por buena parte de la audiencia, que literalmente se sub¨ªa a las farolas y ¨¢rboles del lugar, los ritmos dubstep densos, profundos y sinuosos que impel¨ªan los recitados incendiaron el lugar. El momento ¨¢lgido vino con What happened, saludada con un cabeceo multitudinario, una expl¨ªcita aceptaci¨®n de esta mezcla entre hip-hop y electr¨®nica sombr¨ªa, de ciudad postapocal¨ªptica y paisajes de cemento agrietado. Fue un broche sombr¨ªo pero a la vez extraordinariamente excitante, una v¨ªa que el hip-hop europeo ya toma para salirse del carril central.
Pero pese a los vaticinios post-catastr¨®ficos de Dope D.O.D. la clave fue la fiesta mayor. Eso favoreci¨® que mientras actuaban Cuello abriendo programaci¨®n en la plaza Coromines, el director de su sello discogr¨¢fico, B. Core, jugueteaba con su hijita, pertrechada con los normativos cascos aislantes, en un rinc¨®n apartado del lugar, fuera de la zona de influencia del poderoso sonido del grupo. El l¨ªder del cuarteto concluy¨® la actuaci¨®n ¡ªrock nervudo y fibroso¡ª diciendo que cosas como el BAM, hervidero de nuevas propuestas servido a la ciudadan¨ªa en fiestas, "deber¨ªa pasar en todos los sitios".
La plaza Reial fue el siguiente destino del programa, que all¨ª ofrec¨ªa hip-hop. La propuesta del sello ingl¨¦s High Focus no pas¨® de anecd¨®tica, con la plaza a¨²n vac¨ªa y varios recitadores d¨¢ndose la alternativa en una fiesta de palabra rimada que no lleg¨® a conectar con la escasa audiencia. M¨¢s participativo se mostr¨® el p¨²blico con Natos y Waor, madrile?os en cuya actuaci¨®n pudo comprobarse que a pesar de lo que se pueda pensar, recitar bien no est¨¢ al alcance de todos.
De hecho result¨® mucho m¨¢s entretenido asistir al paso de las comparsas de Dracs i B¨¦sties que circulaban por las inmediaciones y quedarse pensando en c¨®mo la batucada ha desplazado a las dem¨¢s m¨²sicas de acompa?amiento callejero. S¨®lo una comparsa exprim¨ªa en sus gralles una pieza popular local, La pres¨® del Rei de Fran?a, quiz¨¢s reivindicando un sonido tradicional que se difumina empujado por el estruendo de los tambores. ?Debemos agradecimiento a Carlinhos Brown? Los turistas, ajenos a todo, sonre¨ªan y fotografiaban todo lo que se mov¨ªa. La batucada les debe sonar catalana en este mundo global.
Poco tiempo despu¨¦s la historia parec¨ªa volver a los noventa en la Damm. All¨ª el en¨¦simo artista ingl¨¦s de pop que a?ora los gloriosos a?os del Imperio Brit¨¢nico del Brit, actuaba ante una p¨²blico m¨¢s bien ajeno, que poblaba con timidez una calle donde los activos basureros contemplaban la inanici¨®n de papeleras vac¨ªas. Mirar al escenario y recordar pret¨¦ritos Benic¨¤ssim era todo uno ¡ªa todo esto, Miles Kane ha actuado all¨ª este a?o¡ª.
Fue sintom¨¢tico que el p¨²blico, mucho menos numeroso que en a?os anteriores, demostrase con su ausencia que no todo cuela, por bien que suene el grupo. Por cierto, en un lateral del escenario se pod¨ªa comprar cerveza en un bar aut¨¦nticamente mestizo: se llamaba Mach¨ªn y lo regentaban chinos. Hab¨ªa media docena por cliente, lo que sugiere la capacidad de convocatoria de Miles Kane.
Tras el paseo por el pasado, Miles Kane incluso hizo una versi¨®n del Sympathy for the Devil, la plaza Dels ?ngels ofrec¨ªa m¨¢s revisionismo, en este caso a cargo de los Tri¨¢ngulo de Amor Bizarro, grupo que disimula la ternura de sus melod¨ªas con una muralla de distorsi¨®n y ruido que recordar¨ªa a Caperucita disfrazada de Lobo. La plaza, llena, acogi¨® con satisfacci¨®n el masaje propuesto por los gallegos, ruidosa antesala de los triunfadores de la noche, esos Dope D.O.D que devolvieron la fiesta a nuestros d¨ªas.
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