Las pruebas confirman que Asunta fue drogada y atada antes del asesinato
Detenido el padre de Asunta en relaci¨®n con un delito de homicidio Durante seis horas la Guardia Civil ha registrado una finca propiedad de la madre Los dos imputados han estado presentes en la inspecci¨®n de la parcela La Guardia Civil detiene al padre de Asunta tras un an¨¢lisis forense que le implica en el caso
El asesino de Asunta, la ni?a de 12 a?os muerta en Santiago, le suministr¨® una fuerte dosis de un medicamento y la at¨® antes de asfixiarla. Los an¨¢lisis de orina confirman que fue drogada y que el criminal busc¨® la manera de reducirla para que no opusiese resistencia mientras le tapaba las v¨ªas respiratorias con el fin de dejarla sin aire. Fuentes vinculadas al caso aseguran que todos los esfuerzos de los agentes se centran ahora en ¡°encontrar pruebas f¨ªsicas¡± del homicidio, lo que est¨¢ resultando ¡°muy dif¨ªcil¡±. Las mismas fuentes informan de que ¡°no ha habido ninguna confesi¨®n¡±.
Los investigadores del caso ya tienen hora y causa de la muerte. La ni?a falleci¨® por asfixia por sofocaci¨®n, es decir, alguien le tap¨® la boca y la nariz para impedir que respirara. Eso ocurri¨® sobre las nueve de la noche del pasado s¨¢bado, cuando su madre, Rosario Porto, que es la principal sospechosa, fue vista saliendo de su casa de campo del lugar de A P¨®boa, en Montouto (municipio de Teo), a solo cinco kil¨®metros del camino en el que fue hallado el cad¨¢ver. Los agentes creen que esta lujosa vivienda con finca, heredada por Rosario Porto de sus padres, fallecidos entre 2011 y 2012 , es clave para aclarar el final de la cr¨ªa. Fuentes pr¨®ximas a la familia aseguraron anoche que Porto es la heredera del abultado patrimonio de su padre. La agencia Efe, citando fuentes de la investigaci¨®n, informa, sin embargo, de que la herencia recay¨® en la ni?a y que se est¨¢ indagando si eso podr¨ªa tener alguna relaci¨®n con el crimen.
Este mi¨¦rcoles, en este domicilio familiar, algo apartado del resto de las casas y protegido por muros altos y una frondosa vegetaci¨®n, los agentes efectuaron un nuevo registro, al que asistieron los padres de Asunta como imputados. El padre, el periodista Alfonso Basterra Camporro, entr¨® en el chal¨¦ como presunto implicado pero sin medidas cautelares. Tras los rastreos, sali¨® en calidad de detenido a las 19.20 en un coche camuflado para pasar la noche, al igual que su mujer, en el cuartel coru?¨¦s de Lonzas.
La propia Porto reconoci¨® que, tras dejar a su hija en su c¨¦ntrico piso de Santiago y hacer unas compras, acudi¨® a su chal¨¦ de A P¨®boa, a seis kil¨®metros de la capital gallega. Y unos vecinos de la zona aseguran haberla visto sobre las 20.45 saliendo con prisa de esta casa, dici¨¦ndoles que iba a ¡°recoger¡± a su hija. En esa finca los investigadores hallaron unas cuerdas similares a otras encontradas en la pista forestal donde fue encontrado el cuerpo.
El juez Jos¨¦ Antonio V¨¢zquez Ta¨ªn orden¨® este mi¨¦rcoles por la ma?ana la imputaci¨®n del padre de Asunta en relaci¨®n con un delito de homicidio para que acudiera al registro de la vivienda de A P¨®boa acompa?ado de un abogado. Sin embargo, despu¨¦s de que los agentes peinaran la casa y la finca que hab¨ªa sido de sus suegros y de que el propio magistrado se presentase en el chal¨¦ hacia las 14.40 por un espacio de un cuarto de hora, este decret¨® su detenci¨®n. Un informe toxicol¨®gico forense lo implica en el homicidio, seg¨²n fuentes de la investigaci¨®n. Hoy seguir¨¢n los registros y, seg¨²n el Tribunal Superior de Galicia, los imputados no pasar¨¢n a disposici¨®n judicial.
El registro de la casa de A P¨®boa, una magn¨ªfica propiedad con piscina, pista de tenis y varias edificaciones construidas por los padres de Porto cuando esta era una ni?a, se prolong¨® unas ocho horas, hasta que a las 19.30, poco despu¨¦s de su exmarido, la madre de Asunta sali¨® detenida en otro coche camuflado de la Guardia Civil camino de los calabozos. Los agentes hab¨ªan vigilado toda la noche la finca.
Ante la expectaci¨®n de los vecinos y de una treintena de informadores, a lo largo de la ma?ana se ampli¨® el cord¨®n de seguridad en el camino de tierra (solo asfaltado hasta la mitad) que lleva a la casa y se fueron incorporando m¨¢s agentes. Media docena de polic¨ªas judiciales se enfundaron monos blancos para la recogida de posibles pruebas del suceso. Basterra lleg¨® en un taxi de cristales tintados con su abogado, y rond¨® durante horas el porche del caser¨®n, fumando un cigarrillo tras otro. Porto se preocup¨® mucho m¨¢s que ¨¦l, al final sin ¨¦xito, por esconder su rostro de la prensa.
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