La transversalidad de las ideas pol¨ªticas
Nuestra sociedad se est¨¢ emancipando de unos partidos que contribuyen poco a la formaci¨®n de la voluntad popular
La incapacidad de los partidos pol¨ªticos de ofrecer respuestas eficaces para resolver o amortiguar la crisis poli¨¦drica que sufrimos desde hace a?os ha comportado la p¨¦rdida de una de sus principales funciones: la socializaci¨®n pol¨ªtica a trav¨¦s de su ideario. La acci¨®n social y los actuales sistemas de comunicaci¨®n personal est¨¢n creando infinidad de nuevas ideas que caracterizan el pensamiento colectivo y que gu¨ªan los movimientos pol¨ªticos. Nuestra sociedad se est¨¢ emancipando de unos partidos que contribuyen poco a la formaci¨®n de la voluntad popular, que han dejado de ser un instrumento fundamental para la participaci¨®n pol¨ªtica y que contemplan at¨®nitos c¨®mo se desmorona la estructura que utilizaron durante mucho tiempo para generar ilusiones pol¨ªticas enga?osas.
Este nuevo ideario callejero y cibern¨¦tico se caracteriza por la ubicuidad y la transversalidad. Sus propuestas ideol¨®gicas son aceptadas por sensibilidades pol¨ªticas muy distintas y los viejos conceptos pol¨ªticos que anta?o se asociaban a ciertos partidos, ahora se redefinen y se pluralizan. Las ideolog¨ªas persisten, pero muchas de las ideas pol¨ªticas multisectoriales que las configuran han dejado de identificarse con determinadas formaciones pol¨ªticas.
No existen partidos que monopolicen el antiindependentismo, aunque unos se desga?iten m¨¢s que otros en proclamarlo
El actual movimiento independentista catal¨¢n es un ejemplo de esta transformaci¨®n de la actividad pol¨ªtica. El creciente apoyo independentista y las masivas manifestaciones populares de las dos ¨²ltimas Diadas, con un mill¨®n y medio de personas desplazadas a Barcelona en la primera y con otro tanto organizando una cadena humana de 400 kil¨®metros en la segunda, son un claro indicador de la transversalidad de este ambicioso objetivo pol¨ªtico. A pesar de ello, muchos analistas pol¨ªticos y algunos medios de comunicaci¨®n se obstinan en identificar el independentismo con CiU, con el gobierno de Catalu?a e incluso con Artur Mas, y muchos de ellos son los que hace unos a?os criticaban la identificaci¨®n de CiU con Catalu?a. Aquella estrategia convergente dio buenos frutos al partido de Jordi Pujol, y esta visi¨®n simplista de relacionar un sentimiento social con una determinada opci¨®n pol¨ªtica puede provocar el efecto contrario de los que la fomentan y dar ox¨ªgeno al agonizante gobierno de Mas.
Los datos demosc¨®picos permiten aproximarnos m¨¢s a la realidad y evitar la especulaci¨®n. Todas las encuestas indican que la mayor¨ªa de los independentistas no votan a CiU, y en el ¨²ltimo bar¨®metro del CEO el porcentaje era del 65%. Este mismo sondeo advert¨ªa, por ejemplo, que una quinta parte de los votantes del PSC y m¨¢s de la mitad de los que apoyaron a ICV en las ¨²ltimas elecciones auton¨®micas votar¨ªan a favor de la independencia. En cambio, aunque pueda resultar parad¨®jico, la principal opci¨®n pol¨ªtica preferida por los catalanes partidarios de una Espa?a federal es CiU, de modo que tambi¨¦n existe un federalismo transversal, pese a que solo el PSC lo defienda a capa y espada.
Las encuestas tambi¨¦n coinciden en se?alar que quienes votar¨ªan en contra de la independencia de Catalu?a proceden de electorados muy distintos y sin el predominio de ninguna formaci¨®n. Por consiguiente, tampoco existen partidos que monopolicen el antiindependentismo, aunque unos se desga?iten m¨¢s que otros en proclamarlo. Y si bien no hay datos que lo confirmen, todo parece indicar que la llamada ¡°mayor¨ªa silenciosa¡± tambi¨¦n es multicolor, a pesar de estar sometida a una burda manipulaci¨®n uniformadora.
La heterogeneidad ideol¨®gica de todo este activismo pol¨ªtico podr¨ªa generar debilidad interna, pero la realidad demuestra que no es as¨ª. Precisamente su origen transversal, la ausencia de vinculaci¨®n partidista, la capacidad de identificar un objetivo pol¨ªtico sin desarrollar sus matices, la sencillez de los mensajes y su trasfondo emotivo, son las claves del ¨¦xito para aunar y fortalecer la complejidad social de su base. Se trata de una nueva manera de hacer pol¨ªtica basada en una transversalidad reivindicativa que desorienta a unos partidos pol¨ªticos incapaces de reinventarse y que utilizan la ambig¨¹edad discursiva para tratar de ir a rebufo de estos nuevos movimientos sociales.
Jordi Matas Dalmases es catedr¨¢tico de Ciencia Pol¨ªtica de la UB.
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