?Qui¨¦n impide ver TV3?
Resulta de todo punto absurdo que se nos secuestre o vete todav¨ªa el acceso a la televisi¨®n catalana
En un mundo intercomunicado, incluso saturado de comunicaci¨®n, y en un pa¨ªs como ¨¦ste, el valenciano, formalmente democr¨¢tico, resulta de todo punto absurdo que se nos secuestre o vete todav¨ªa el acceso a TV3, la televisi¨®n catalana. Tanto m¨¢s cuando los problemas ¡ªen realidad, pretextos¡ª que se adujeron para interrumpir la conexi¨®n ha tiempo que fueron superados y, que sepamos, s¨®lo estamos a la espera de que el Gobierno de Catalu?a se decida a enviarnos la se?al televisiva y restablecer una normalidad que, a nuestro entender, fue violentada por la estupidez o, lo que es peor, por los resabios franquistas. No de otro modo podemos juzgar a los gobernantes que se creen ungidos para administrar a su albedr¨ªo la libertad de los ciudadanos. S¨ª, nos referimos al expresidente Francisco Camps y su cohorte.
A fin de ilustrar en sus trazos elementales cuanto decimos debemos mencionar unos pocos episodios. Tales son la reforma de la Ley Audiovisual llevada a cabo por el gobierno del PP a finales de 2010, lo que ampar¨® al Consell para prohibir las emisiones catalanas y brear a multas a Acci¨® Cultural, responsable de las mismas por estos pagos. Hasta cerca de un mill¨®n de euros sumaron las sanciones impuestas a la entidad que ¡ªjusto es anotarlo¡ª aguant¨® el tipo apelando al civismo de sus asociados a la par que a sus ¨®bolos. Y aunque una sentencia del Tribunal Supremo fallar¨ªa despu¨¦s que las multas eran ilegales, la resistencia no era en este caso una actitud cargada precisamente de futuro y el gobierno catal¨¢n decidi¨®, adem¨¢s, interrumpir el env¨ªo de la se?al. Hab¨ªa que propiciar otras v¨ªas pol¨ªticas de entendimiento, que en abril ¨²ltimo cuajaron en un acuerdo de reciprocidad de emisiones entre los gobiernos de ambas autonom¨ªas. Un acuerdo que fue ratificado por las mismas Cortes Valencianas en junio pasado. Mejor bendici¨®n, imposible.
Muy bien, ?y ahora a qu¨¦ esperamos? Por lo que hemos podido averiguar recurriendo a las habituales fuentes bien informadas, los vecinos del norte, los catalanes, piden un plazo de espera y que no se les atosigue. Como se sabe, las cosas de palacio van despacio, pero al margen de esa bobada no nos consta la causa de esta demora, siendo as¨ª que no hay inconveniente t¨¦cnico alguno, pues el repetidor de San Bartolo, Benic¨¤ssim, est¨¢ listo para reenviar la se?al y por estos pagos la clientela est¨¢ presta para acceder a una televisi¨®n p¨²blica bien hecha y en muchos ¨®rdenes ejemplar que, no obstante sus ¨²ltimos derroteros oficialistas, est¨¢ a a?os luz de este bodrio valenciano que emite desde Burjassot y permanece en fase de desmantelamiento como culminaci¨®n de las manipulaciones y saqueos padecidos. Conectar con TV3 puede pues equivaler a una cura de desintoxicaci¨®n.
Los responsables de este embrollo, sobre todo los de resolverlo, habr¨¢n de admitir que tanto all¨¢ arriba como aqu¨ª, en el entorno de Acci¨® Cultural, ha privado el cultivado gusto por la opacidad, esa pr¨¢ctica pol¨ªtica que consiste en ciscarse en el administrado, priv¨¢ndole de la oportuna informaci¨®n sobre asuntos de inter¨¦s general y relevante. No habr¨ªa de chocar que, consecuentemente, prosperasen las interpretaciones incorrectas e incluso desorbitadas. ?C¨®mo fiarse de estos gobernantes valencianos, peritos en la ocultaci¨®n, la trola y la arbitrariedad? Incluso ahora, cuando parece que el conflicto est¨¢ resuelto, no lo creeremos hasta que, pulsando el interruptor, veamos TV3. Tal como era y como debe ser.
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