El Ikea de los desahucios
Un empresario del municipio de Parla compra los muebles de las familias que se ven obligados a abandonar sus viviendas por orden judicial para luego venderlos en su nave a precios reducidos

Mariano Nova saca un fajo de papeles de su bolsillo y comienza a contar: ¡°Uno, dos, tres, cuatro, cinco¡¡±. As¨ª hasta diez n¨²meros de tel¨¦fono anotados en peque?as cuartillas. Todos ellos con un nombre escrito. ¡°Me han llamado entre ayer y hoy porque les van a desahuciar¡±, comenta por encima. ¡°Es decir, diez casas que habr¨¢ que desmontar¡±, apuntala este empresario de 63 a?os. Habla con la familiaridad de quien ha visto demasiados lanzamientos. Su trabajo consiste en ir y tasar ¡°a bulto¡± los muebles que quedan en esas viviendas para luego venderlos en su tienda de Parla, al sur de la regi¨®n. Dice que suele pagar entre 200 y 500 euros por lote completo. Una vida.
El Ikea de los desahucios es una nave de 400 metros cuadrados, que da la vuelta a la esquina de la calle de Londres, en esa localidad madrile?a de 124.208 habitantes. La fachada es de ladrillo y se avisa al potencial cliente de que dentro se han vuelto locos y venden sus productos desde 10 a 30 euros. Seg¨²n reza el cartel, tienen muebles, electrodom¨¦sticos o juguetes. Pero en el interior se puede encontrar cualquier cosa. Es dif¨ªcil caminar por sus pasillos, de hecho, sin rozarse con algo que no est¨¦ en venta: campanas de cocina, vitrocer¨¢micas, armarios, mesas, macetas, sof¨¢s, lavadoras hasta figuritas de porcelana, cuadros, tapices, triciclos y cunas. El gerente de esa tienda calcula que se ha hecho cargo de m¨¢s de 100 desahucios. Se llevan absolutamente todo.
¡°Primero le damos un margen de tiempo para que venda sus pertenencias por Internet. Y el d¨ªa antes de que se vaya, nos acercamos con el cami¨®n y la furgoneta y tasamos lo que queda y le pagamos en el acto. Aunque no nos llevamos todo ese mismo d¨ªa; le dejamos un colch¨®n para que la familia duerma esa noche y un microondas por si tienen que calentar la comida de los ni?os¡±, explica Mariano.

La idea le surgi¨® en julio de 2012. Asfixiado por las deudas y con una parte de la nave embargada por Hacienda, tras haber estado vendiendo m¨¢quinas expendedoras de peluches, este hombre decidi¨® ofrecerse por Internet como comprador: ¡°Al principio me timaban y pagaba precios muy altos¡±. Con el tiempo, dice, las distintas familias le fueron llamando para que se hiciera cargo de sus pertenencias. Lo cuenta sentado en una silla de madera tasada en 25 euros. La mesa sobre la que habla, tambi¨¦n de este material, cuesta 40. Mariano, eso s¨ª, no recuerda a qui¨¦n se la compr¨®. ¡°Procuro no ir a los desahucios. Es muy triste¡±, confiesa. Tiene siete trabajadores a los que dice que paga unos 1.000 euros. ¡°Es un buen negocio¡±, reconoce.
En 2012, los juzgados espa?oles ejecutaron 46.408 desahucios, un 13,9% m¨¢s que el a?o anterior, seg¨²n datos del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). De ellos, 14.549 desalojos correspondieron a Madrid; solo superada por Catalu?a (25.422). No todos los lanzamientos fueron de viviendas ocupadas, eso s¨ª. De tal forma que es imposible saber con exactitud cu¨¢ntas familias fueron desahuciadas. Como tampoco es posible contabilizar cu¨¢ntas de sus pertenencias acabaron en el bazar de Mariano. Asegura que tiene tanto g¨¦nero que est¨¢ pensando en abrir m¨¢s naves. Lo que m¨¢s vende son lavadoras (entre 80 y 210 euros) y frigor¨ªficos por un precio que oscila entre los 80 y los 300. Tambi¨¦n es posible comprar una caldera, con un dep¨®sito de 1.000 litros, por 1.600 euros. Armarios desde 100 euros. Sof¨¢s por 50. Y hasta una c¨®moda con toda una vajilla de cristal de bohemia por 900 euros. Todo regateable.
Su mayor negocio lo hizo precisamente con el due?o de este ¨²ltimo enser: un americano que se volv¨ªa a su pa¨ªs. ¡°No todo son desahucios. Tambi¨¦n hay muchas personas que se deshacen de sus cosas porque se vuelven o que ya no las quieren porque se han quedado viejas. A este, en concreto, le pagu¨¦ 550 euros por toda su casa¡±, precisa Mariano. Sobre la moralidad de sus actos, sostiene: ¡°Las cosas valen lo que uno paga. Si no se las comprase, acabar¨ªan en la basura; al menos se llevan un dinero. Y tambi¨¦n compro cosas de primera mano a almacenes¡±.
Su sobrino H¨¦ctor, en cambio, no lo tiene tan claro: ¡°Es bastante duro ir all¨ª, verles llorar, y darles cuatro duros. S¨ª que es verdad que a veces intentas darles un poco m¨¢s y que tambi¨¦n se est¨¢n llevan algo, pero¡¡±. No todos los vendedores, sin embargo, esperan en casa. Algunos van directamente a la tienda, seg¨²n cuenta este empleado de 25 a?os. ¡°Hace poco vino una se?ora de 90 a?os a vendernos un secador. Le dimos 50 euros. Lo peor es que cada vez abundan m¨¢s este tipo de clientes¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.