El arte de la acci¨®n reacci¨®n
Les 7 Doigts de la Main brinda en el Price un ejemplo de trabajo coral, superaci¨®n colectiva y sumisi¨®n del ego a la idea de equipo
Pasen y vean. Estos ocho formidables chavales canadienses, estadounidenses y franceses eran compa?eros de curso en la promoci¨®n 2011 de la ?cole nationale de cirque de Montr¨¦al. S¨¦bastien Soldevila, su profesor de acrobacia, uno de los dedos coraz¨®n de Les 7 Doigts de la Main, encandilado, intuy¨® que ellos podr¨ªan formar el reparto completo del nuevo espect¨¢culo de esta compa?¨ªa de I+D+ i circense. Su conocimiento mutuo, el virtuosismo de todos y la excelente qu¨ªmica que hay entre ellos les ha permitido crear en solo cuatro meses el espl¨¦ndido ramillete de n¨²meros que configuran Sequence 8, espect¨¢culo dirigido por Shana Carroll y su compa?ero Soldevila.
Sequence 8 es ejemplo de trabajo coral, superaci¨®n colectiva y sumisi¨®n del ego a la idea de equipo, en beneficio del com¨²n (el brillo de cada artista se multiplica en el roce con el resto), y la mel¨¦ en la que se funde el octeto al final, una alegor¨ªa de la totalidad. Ojal¨¢ haya colegios que traigan a sus alumnos y organicen un teatro f¨®rum. Durante los ensayos, Carroll y Soldevila dieron pautas para que cada integrante del grupo desarrollara un n¨²mero enteramente nuevo dentro de su especialidad respectiva e implicara al resto de la troupe, y han creado alguno de car¨¢cter colectivo, como el de banquina que cierra la funci¨®n. Todos tienen su aqu¨¦l y desprenden una energ¨ªa tribal contagiosa.
Sequence 8
Producci¨®n: Les 7 Doigts de la Main. Int¨¦rpretes: Eric Bates, Ugo Dario, Colin Davis, Devin Henderson, Alexandra Royer, Maxim Laurin, Camille Legris y Tristan Nielsen. M¨²sica: Seth Stachowski. Equipo dise?o acrob¨¢tico: Danny Zen y Alexandre Lemay. Composici¨®n acrob¨¢tica: S. Soldevila. Luz: Nol van Genuchten. Vestuario: Manon Desmarais. Escenograf¨ªa: Anne-S¨¦guin Poirier. Direcci¨®n y coreograf¨ªa: Shana Carroll y S¨¦bastien Soldevila. Circo Price. Hasta el 27 de octubre.
En este circo l¨ªquido, cada artista sale del caldo de cultivo como un rel¨¢mpago y regresa a ¨¦l para, al rato, singularizarse de nuevo con fuerza renovada. Eric Bates, malabarista y b-boy talla XL, decreta la abolici¨®n provisional de la ley de la gravedad cada vez que pone en el aire sus tres y, m¨¢s dif¨ªcil a¨²n, cuatro cajas de puros. Tristan Nielsen y Camille Legris mantienen un sugerente duelo acrob¨¢tico mano a mano, brillantemente rematado; Devin Henderson, reencarnaci¨®n de Rodrigo de Triana, se pasa media funci¨®n desliz¨¢ndose por el m¨¢stil sin dar sensaci¨®n de esfuerzo, y Colin Davis presenta cada una de las actuaciones en castellano con humor e iron¨ªa, adem¨¢s de saltar los aros chinos incluso de culo. Tambi¨¦n sus compa?eros dicen en nuestra lengua la parte teatral que les corresponde, que no es poca.
En el n¨²mero de b¨¢scula (sobrio como un cuadro de Jacques-Louis David), mecido por un r¨ªtmico crujir de maderas en alta mar, el elegante Maxim Laurin y el sinuoso Ugo Dario son en sus prodigiosos saltos Ariel y Caliban, o, si lo prefieren, Peter Pan y Campanilla, regocij¨¢ndose en lo alto del chorro de agua que Moby Dick expulsa por su espir¨¢culo. L¨¢stima que Alexandra Royer, portentosa en la barra rusa, el aro a¨¦reo y la banquina, est¨¦ lesionada estos d¨ªas. Si se recupera, el espect¨¢culo quedar¨¢ redondo.
Mientras que de Espa?a sale mano de obra art¨ªstica a circos extranjeros, Canad¨¢, gracias a su pol¨ªtica educativa y cultural, exporta compa?¨ªas como Soleil, ?loize y Les 7 Doigts: lo que se invierte, se recoge. Ignoramos cu¨¢ndo habr¨¢ de nuevo ocasi¨®n de ver compa?¨ªas como esta en el Price, con el recorte presupuestario que lleva encima y la indefinici¨®n que gravita sobre su futuro.
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