Darwinismo musical
La inauguraci¨®n de la temporada de Iberc¨¢mera con la primera actuaci¨®n p¨²blica del invento tuvo car¨¢cter de acontecimiento
Solo las especies que saben adaptarse a los cambios sobreviven. Iberc¨¤mera, un ciclo de conciertos acostumbrado a sobrevivir en la selva de la iniciativa privada, que basa su supervivencia en la amplitud, fidelidad y solidez de su lista de abonados y que solo muy marginalmente se benefici¨® en los buenos tiempos de aquellas subvenciones p¨²blicas hoy desaparecidas o casi, sabe adaptarse a los cambios.
Enfrentado a tener que conmemorar su trig¨¦simo aniversario en tiempos dif¨ªciles, en vez de efectuar rebajas m¨¢s o menos camufladas ha optado por huir hacia adelante con una soluci¨®n original e imaginativa: se ha inventado una orquesta con los mejores j¨®venes del pa¨ªs, la Orquestra Da Camera.
La inauguraci¨®n de la temporada de Iberc¨¢mera con la primera actuaci¨®n p¨²blica del invento tuvo car¨¢cter de acontecimiento.
Dirigida con intensidad y claridad de ideas desde el puesto de concertino por Antje Weithaas el conjunto ofreci¨® un programa ecl¨¦ctico, variado y asequible, adecuado al caso: el Concierto de Brandemburgo n¨²m. 3 y el Concierto para viol¨ªn y oboe de Bach, la Peque?a serenata nocturna de Mozart y, en la segunda parte, como plato fuerte de la noche, la Noche transfigurada de Sch?nberg.
El resultado, teniendo en cuenta que hab¨ªan empezado a ensayar solo cinco d¨ªas antes, fue ¨®ptimo. La Orquestra Da Camera dej¨® claro muchas cosas, la primera que para que un conjunto suene correctamente no hace falta mucho: j¨®venes talentosos, muy dispuestos a trabajar y alguien que dirija con experiencia. Tambi¨¦n qued¨® claro que con lo anterior se consigue una orquesta que suene, pero no un conjunto con personalidad propia y car¨¢cter definido. Para esto hacen falta a?os de trabajo.
El primer Bach son¨® bien, el segundo es m¨¢gico y la orquesta a¨²n no est¨¢ para magias, son¨® y gracias. Mozart qued¨® muy correcto en la intenci¨®n y en las l¨ªneas generales, en el detalle hubo algunos estropicios. La bell¨ªsima y angustiada Noche transfigurada de un Sch?nberg posrom¨¢ntico a punto de explotar son¨® bien pero le falt¨® primero angustia, opresi¨®n, dolor, y despu¨¦s, transfiguraci¨®n.
Quiz¨¢ la orquesta contin¨²e, quiz¨¢ no, Iberc¨¢mera decidir¨¢, pero si alguna puede tirar adelante, ser¨¢ esta y, en los tiempos que corren, una iniciativa de estas caracter¨ªsticas merece un aplauso.
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