La mayor mina de tantalio de Europa planea abrir en tres a?os en Galicia
Un directivo de la firma canadiense asegura que la Xunta est¨¢ ¡°encantada¡± ¡°Les dejaremos el monte igual que est¨¢¡±, promete la empresa
Alberta 1, la mayor mina de tantalio de Europa, y una de las pocas de litio y esta?o, empezar¨¢ a abrirse paso bajo tierra, entre los montes de Presqueiras (Forcarei) y Rubill¨®n (Beariz), en un plazo ¡°optimista¡± de dos a?os y ¡°realista¡± de tres, calcula Alfonso Gracia, el director de Solid Mines, filial espa?ola de la compa?¨ªa canadiense de capital riesgo Solid Resources. El fil¨®n de este mineral escaso, estrat¨¦gico, y cuyo abastecimiento, seg¨²n la Comisi¨®n Europea, no est¨¢ garantizado en la industria tecnol¨®gica de la UE, mide 10 kil¨®metros de largo y unos 600 metros de ancho. Las pegmatitas, o formaciones del suelo que contienen el colt¨¢n, la roca del tantalio, tambi¨¦n conocida como ¡°oro gris¡±, se extienden por una concesi¨®n minera de unas 4.000 hect¨¢reas. La empresa, radicada en Vancouver, avisa de antemano que no quiere que se la relacione con ¡°otras¡± canadienses que se han ganado el rechazo social en Galicia. As¨ª que su director se apresura en exponer una serie de buenos prop¨®sitos de los que Verbo Xido, la asociaci¨®n ecologista y cultural de la zona, toma nota y anuncia que, llegado el momento, mirar¨¢ ¡°con lupa¡±.
¡°Les dejaremos el monte igual que est¨¢¡±, promete Gracia desde la sede salmantina de Solid Mines. ¡°Pagaremos a las comunidades de propietarios el alquiler que decidan. No usaremos sustancias qu¨ªmicas en el proceso, solo agua que almacenaremos en un peque?o dep¨®sito y que reciclaremos al 100%. La roca extra¨ªda se llevar¨¢ [para un primer procesado] a una nave que quedar¨¢ escondida, que no se va a ver, y que desmontaremos al terminar, y al final no quedar¨¢n escombreras porque rellenaremos las galer¨ªas con la propia roca que extraigamos¡±. Adem¨¢s, sigue el director enumerando las pruebas de esa anunciada sensibilidad ambiental de la compa?¨ªa, ¡°los camiones no ser¨¢n grandes y no atravesar¨¢n n¨²cleos poblados. Estamos estudiando una ruta apartada, acondicionando para el tr¨¢fico pistas forestales¡±. ¡°Queremos ser transparentes, mantener a la gente informada. Pretendemos crear una comisi¨®n de seguimiento con vecinos, Ayuntamientos y cient¨ªficos¡±.
Solid Mines anuncia que propondr¨¢ a la Xunta recuperar las viejas minas (aquellos montes vivieron a mediados del siglo XX una intensa actividad extractiva) para hacer ¡°un peque?o centro de interpretaci¨®n del esta?o¡±. La compa?¨ªa ultima su declaraci¨®n de impacto ambiental para presentarla al Gobierno gallego ¡°antes de que termine el a?o¡±, y despu¨¦s tendr¨¢ que alcanzar los requisitos que marque la Conseller¨ªa de Industria, que el lunes anunci¨® a otra minera canadiense, Edgewater Exploration, el carpetazo (presuntamente definitivo) a su expediente porque no cumple los m¨ªnimos ¡°t¨¦cnicos y financieros¡± exigidos. ¡°El proyecto original era una mina a cielo abierto¡±, reconoce Gracia, ¡°pero ahora la decisi¨®n est¨¢ tomada: ser¨¢ subterr¨¢nea. Eso sale m¨¢s caro, un 20% m¨¢s, pero queremos una mina sostenible; aspiramos al vertido cero¡±. Esto no evitar¨¢, sin embargo, los explosivos. Los t¨²neles ser¨¢n amplios, ventilados, con capacidad suficiente para el tr¨¢nsito de camiones volquete bajo tierra. La mina Alberta 1 se har¨¢ con voladuras, y la empresa trabaja actualmente en los estudios sobre vibraciones.
El director financiero y de operaciones de Solid Resources, Richard Glieger, aseguraba en una entrevista publicada la semana pasada por Financial Press que aqu¨ª los gobernantes est¨¢n ¡°encantados y con ganas de acelerar¡± los ¡°planes de producci¨®n¡± de la firma. Gracia, lo confirma: ¡°La nuestra es miner¨ªa moderna pero no megaminer¨ªa, y si la Xunta est¨¢ favorable a nuestra forma de trabajar es porque intentamos hacerlo mejor que otros. Llevamos 40 a?os en este sector y no queremos peleas pol¨ªticas... La miner¨ªa a nadie le gusta, pero es necesaria y no hay que hacerlo como lo est¨¢n haciendo algunos¡±.
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