Una crisis que trastorna
El n¨²mero de personas que empiezan a tratarse de problemas mentales aumenta un 75% Las unidades especializadas del SAS atendieron a m¨¢s de 250.000 pacientes el a?o pasado
En 2007, antes de que se iniciara la crisis, las unidades de salud mental de la sanidad p¨²blica andaluza atendieron a 98.578 personas que acudieron por primera vez a tratarse de alg¨²n trastorno mental. Cinco a?os despu¨¦s, en 2012, el n¨²mero de estas primeras consultas roz¨® las 173.000, una cifra parecida a la del a?o anterior. Desde que se inici¨® la recesi¨®n econ¨®mica los nuevos pacientes con problemas mentales han aumentado nada menos que un 75%. Los especialistas del Servicio Andaluz de Salud atendieron a m¨¢s de 253.000 andaluces con trastornos mentales en 2012 y pasaron 1.273.000 consultas.
Buena parte del incremento de afectados se explica por los efectos de una crisis que dura ya seis a?os y que est¨¢ dejando a miles de andaluces al borde de la locura tras encadenar largos periodos sin encontrar empleo, perder sus viviendas, ver c¨®mo se frustran sus proyectos de vida o comprobar que no hay dinero ni para alimentar a los hijos. ¡°La crisis ha provocado un gran aumento de los casos de depresi¨®n o ansiedad¡±, confirma Eulalio Valmisa, coordinador adjunto del Plan Integral de Salud Mental de Andaluc¨ªa. ¡°Y hay estudios que relacionan el aumento de las tasas de suicidio con el desempleo¡±, a?ade. Los cuadros de depresi¨®n y ansiedad son los m¨¢s comunes entre las personas que hasta estos ¨²ltimos a?os nunca hab¨ªan sufrido problemas mentales. A ellos se unen los pacientes afectados por trastornos m¨¢s graves como esquizofrenia, trastorno bipolar u otras enfermedades ps¨ªquicas, de car¨¢cter m¨¢s cr¨®nico y menos coyuntural.
Los afectados defienden sus derechos
En el a?o 2000 se cerr¨® el ¨²ltimo hospital psiqui¨¢trico en Andaluc¨ªa, el de Miraflores, en Sevilla. Con ¨¦l se daba el carpetazo al antiguo modelo de atenci¨®n psiqui¨¢trica, centrado en los tradicionales manicomios que gestionaban los servicios de beneficencia de las diputaciones. La salud mental se integr¨® en los hospitales como un servicio sanitario m¨¢s. El siguiente paso lo han dado los propios afectados, los enfermos mentales. Se han emancipado de sus familiares, que hasta ahora eran quienes les apoyaban y defend¨ªan. El mayor ejemplo es la federaci¨®n En primera persona, pionera en Espa?a en agrupar a asociaciones de enfermos mentales, con ¨¢mbito andaluz. Su presidente, Jos¨¦ Manuel Ar¨¦valo, que padece un trastorno bipolar, reconoce que se ha avanzado mucho en el tratamiento a los enfermos mentales, pero pide m¨¢s. ¡°Hay traslados al hospital por crisis agudas que se hacen con medidas coercitivas (atados o sedados), con abusos, ligereza, sin consentimiento del paciente o sin estar debidamente justificados¡±, afirma. Un informe del Defensor del Pueblo Andaluz de este a?o incid¨ªa en que el respeto de los derechos del enfermo mental era uno de los aspectos del sistema que hab¨ªa que mejorar, una circunstancia que el propio Plan Integral de Salud Mental de la Junta reconoce, seg¨²n su coordinador adjunto, Eulalio Valmisa. Por eso, En primera persona est¨¢ elaborando, en colaboraci¨®n con especialistas del Servicio Andaluz de Salud, una ¡°carta de derechos¡± de los enfermos de salud mental, documento que ser¨¢ de obligada aplicaci¨®n en la atenci¨®n sanitaria.
Pero, aunque la crisis influye notablemente, el incremento en las consultas de salud mental va m¨¢s all¨¢ de los problemas originados por las dificultades econ¨®micas. ¡°Cada vez son m¨¢s pat¨®logicos los problemas comunes que surgen en la vida¡±, afirma Jos¨¦ Manuel Ar¨¦valo, presidente de En primera persona, nombre de la Federaci¨®n Andaluza de Asociaciones de Usuarios de Salud Mental. Ar¨¦valo quiere decir que situaciones dif¨ªciles pero inherentes a la vida como la p¨¦rdida de un ser querido o una ruptura sentimental, que antes solo requer¨ªan para superarlas un periodo de duelo y sufrimiento en soledad o con el apoyo de amigos y familiares, ahora se llevan a la consulta del especialista. ¡°Esta demanda de casos leves est¨¢ provocando que disminuya el tiempo de atenci¨®n para pacientes con problemas cr¨®nicos y m¨¢s graves¡±, dice Ar¨¦valo. ¡°La sociedad actual genera m¨¢s trastornos mentales¡±, apunta el responsable del Plan de Salud Mental. El ritmo de vida urbano, el estr¨¦s, el aumento de divorcios, de madres que llevan a cuestas su casa, hijos y trabajo, la competitividad laboral, la felicidad basada en el consumo y posesi¨®n de bienes materiales, las altas metas personales y profesionales que muchos se marcan y no alcanzan, hacen que, en un momento dado, la mente diga basta y estalle.
¡°Adem¨¢s, ahora toleramos menos el dolor y el sufrimiento¡±, a?ade Valmisa, lo que hace que se busque el apoyo m¨¦dico de psic¨®logos y psiquiatras, un paso que hoy en d¨ªa muchos dan sin ocultarlo, casi con naturalidad. ¡°Se est¨¢ perdiendo el estigma de ir al psic¨®logo o al psiquiatra¡±, reconoce Valmisa, ¡°sobre todo en personas j¨®venes y con formaci¨®n cultural avanzada, en parte por influencia del cine y la televisi¨®n, que han ayudado a dotar incluso de un cierto prestigio y estatus social a quienes se tumban en un div¨¢n, emulando a Woody Allen¡±.
En el otro extremo, sin embargo, se encuentran las personas mayores y menos formadas, con costumbres sociales m¨¢s antiguas donde impera el sufrimiento y el aguante en silencio. ¡°Hay mucha gente que de verdad puede tener problemas mentales, pero no se detectan ni diagnostican porque no acuden al m¨¦dico y permanecen ocultos¡±, asegura el coordinador adjunto del Plan de Salud Mental de la Junta. El caso es que las enfermedades mentales van a m¨¢s. La Organizaci¨®n Mundial de la Salud asegura que una de cada cuatro personas desarrollar¨¢ a lo largo de su vida alg¨²n trastorno y calcula que en 2030 la depresi¨®n ser¨¢ el principal problema de salud.
Algunos problemas, los menos graves, como estados de depresi¨®n o ansiedad pasajeros, no precisan m¨¢s atenci¨®n que la del m¨¦dico de familia o una simple visita al especialista. Prueba de ello es que, mientras el n¨²mero de primeras consultas en las unidades de salud mental andaluzas creci¨® ese 75% entre 2007 y 2012, la cifra total de enfermos atendidos subi¨® mucho menos en ese periodo, un 25%, y tambi¨¦n aument¨® menos el volumen total de consultas. Es decir, la mayor parte de pacientes requieren apenas unas pocas visitas al especialista para que les diagnostiquen y les prescriban un tratamiento temporal que suele solucionar el malestar, seg¨²n Eulalio Valmisa.
De hecho, el Servicio Andaluz de Salud ha potenciado en los ¨²ltimos a?os el papel de la atenci¨®n primaria para atender estos casos de depresi¨®n y ansiedad sobrevenidos por la crisis e intentar evitar as¨ª que se saturen las consultas de salud mental. ¡°Hemos dado instrumentos a los m¨¦dicos de familia, como una gu¨ªa de autoayuda, para tratar los problemas mentales menos graves¡±, explica Valmisa, que afectan especialmente a las mujeres. El a?o pasado, el 75% de las personas que llegaron por depresi¨®n o cuadros parecidos a los centros de salud eran mujeres de entre 31 y 50 a?os con cargas familiares. Con ellas se forman grupos y terapias de autoayuda que sirven para mejorar su salud mental y autoestima sin necesidad, en muchos casos, de recurrir a tratamientos farmacol¨®gicos o derivarlas a las unidades de salud mental.
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