Metamorfosis urbana a la vista
Una plataforma creada por el CSIC permite comparar mapas de Madrid
Somos tan peque?os, nuestras vidas tan fugaces, que parece que la ciudad, ese monstruo enorme de hormig¨®n, de acero, y de cristal, es eterna e inmutable. Muchos de nosotros vivimos en edificios que se construyeron antes de que naci¨¦ramos, y los nombres de nuestras calles aparecen en novelas de otros siglos. Pero no: si se le da el tiempo suficiente, el paso de los a?os va dejando poso, y la ciudad va, lentamente, modific¨¢ndose.
Pero estos cambios, al menos los que se han dado en los ¨²ltimos 140 a?os, se pueden ver en cuesti¨®n de segundos, a golpe de clic, gracias a una plataforma de acceso libre en Internet, llamada HISDI-MAD (http://idehistoricamadrid.org), creada por investigadores del Centro Superior de Investigaciones Cient¨ªficas (CSIC).
¡°La plataforma est¨¢ dirigida tanto al p¨²blico general como a la comunidad investigadora. Por una parte, muestra la transformaci¨®n de la ciudad a trav¨¦s de sus planos, su cartograf¨ªa y su fotograf¨ªa a¨¦rea desde 1860 hasta la actualidad, y por el otro ofrece al investigador una valiosa herramienta que permite combinar y comparar distintas variables sociodemogr¨¢ficas y situarlas en un contexto geogr¨¢fico concreto¡±, explica el investigador del CSIC y director del proyecto Diego Ramiro, del Instituto de Econom¨ªa, Geograf¨ªa y Demograf¨ªa.
HISDI-MAD permite estudiar en profundidad un plano de la ciudad de 1900 (el de Facundo Ca?ada L¨®pez), comparar mapas y fotos de ¨¦pocas diferentes y, en los mapas sociodemogr¨¢ficos, ver la evoluci¨®n de diferentes datos como las tasas de natalidad y mortalidad, o el n¨²mero de f¨¢bricas, hospitales y colegios. Adem¨¢s, se pueden ver los cambios que ha obrado el tiempo en el estado de monumentos y lugares emblem¨¢ticos comparando fotos de 1900 y de la actualidad.
Por ejemplo, si comparamos una foto a¨¦rea de la ciudad en 1927 y la ortofoto de 2012 y estamos atentos, veremos numerosos de cambios. En la imagen antigua, en blanco y negro, se ve un gran hip¨®dromo en la zona norte de la ciudad al lado de un caminito que va hacia el norte. Es el Hip¨®dromo de la Castellana que se derrib¨® en 1933 y que fue sustituido por el de la Zarzuela. Su lugar en el mapa actual lo ocupan los Nuevos Ministerios, que empezaron a construirse el mismo a?o. Y el caminito que pasaba al lado, es ahora el Paseo de la Castellana.
Se pueden rastrear los tres cambios de ubicaci¨®n de la plaza de toros
Otros cambios ostensibles que se pueden ver en la web es el cambio de ubicaci¨®n de la plaza de toros, que pas¨® de su ubicaci¨®n original en la puerta de Alcal¨¢ a la avenida de Felipe II, donde est¨¢ ahora el Palacio de los Deportes, y despu¨¦s a su ubicaci¨®n actual, en Ventas, donde se instal¨® en 1929. O la construcci¨®n de la Gran V¨ªa que, finalizada en 1910, se llev¨® por delante una buena mara?a de edificios y calles que le entorpec¨ªan el paso entre Callao y la actual Plaza Espa?a.
Tal vez lo m¨¢s llamativo sea comprobar c¨®mo ha crecido la ciudad. Por ejemplo, todo el barrio de Prosperidad, toda la orilla sur del Manzanares, el lado este del Parque del Retiro y buena parte del Barrio de Salamanca cuando eran todav¨ªa terrenos rurales, como suelen recordar los abuelos: todo esto antes era campo.
Entre 1900 y 1930, la capital pas¨® de 500.000 a un mill¨®n de habitantes
Analizando los datos demogr¨¢ficos los investigadores han llegado a ciertas conclusiones sobre el efecto de variables como la inmigraci¨®n en la urbe. ¡°Entre 1900 y 1930 Madrid pas¨® de ser una ciudad de 500.000 habitantes a tener un mill¨®n¡±, explica Ramiro. Los inmigrantes eran atra¨ªdos por las mejores condiciones laborales y salarios, y tambi¨¦n mejores servicios de salud, muchos ven¨ªan a trabajar en la construcci¨®n. ¡°Esa gente vino a Madrid y muri¨®, pero sin estar empadronada. Esto hizo que el ¨ªndice de mortalidad aumentase y que la esperanza de vida fuese ¨ªnfima¡±, explica Ramiro, ¡°por eso en ciertas ¨¦pocas las ciudades ten¨ªan mala fama, como cementerios urbanos o sumideros humanos, que dec¨ªan los ingleses¡±.
¡°En muchos mapas antiguos¡±, cuenta el investigador, ¡°faltan las zonas de infravivienda que realmente exist¨ªan y no eran reflejadas, como podemos comprobar. Hoy en d¨ªa se trata de que en los mapas figure todo. El Instituto Nacional de Estad¨ªstica (INE) busca todas las viviendas no catalogadas. Cada hueco est¨¢ identificado¡±.
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