El ¡®milagro¡¯de Rajoy
Tras el anuncio de la recuperaci¨®n de nuestra econom¨ªa no hay milagro sino trileros repitiendo muchas veces la misma mentira
Critican a Rajoy por falta de carisma pero hay quien asegura que tiene mano de santo y hace cosas fuera de lo com¨²n.
Es normal creerlo. Parece fruto de una intervenci¨®n paranormal que ¨¦l y sus compa?eros no hayan sido condenados despu¨¦s de existir tantas pruebas de que todos ellos y su partido se han financiado de modo irregular durante a?os. O que el pol¨ªtico que es capaz de decir que en Fukushima no hay por qu¨¦ preocuparse porque no hay problemas de radiaci¨®n nuclear no haya provocado todav¨ªa un desastre nacional.
Y tambi¨¦n parece milagrosa la recuperaci¨®n de la econom¨ªa espa?ola que Rajoy afirma que empieza a producirse.
Tengamos en cuenta que estamos donde estamos porque miles de empresas han cerrado despidiendo a millones de trabajadores al no disponer ni de financiaci¨®n ni de demanda suficiente y que lo que nos dice Rajoy es que estamos sanando sin que se haya recuperado el cr¨¦dito, ni la demanda, ni el empleo, cuando la inversi¨®n y el gasto p¨²blico productivo se vienen abajo, cuando en 2014 cerrar¨¢n un 25% m¨¢s de empresas que este a?o, cuando ya hay 3 millones de personas viviendo con menos de 307 euros mensuales y el doble de pobres que en 2007.
Verdaderamente, si lo que est¨¢ diciendo Rajoy es cierto y en 2014 la econom¨ªa espa?ola ya se ha recuperado de estos problemas, que son la crisis, nos encontraremos sin lugar a dudas frente a una cura que solo podr¨¢ calificarse de milagrosa.
No quisiera ser yo quien truncara el halo de santidad que igual comienza a rodear a Mariano Rajoy pero no puedo callar que, a mi modesto entender, tras el anuncio de la recuperaci¨®n de nuestra econom¨ªa (como tras de otros hechos de apariencia sobrenatural) no hay milagro sino trileros repitiendo muchas veces la misma mentira.
Es verdad que se est¨¢n creando las bases y haciendo todo lo posible para que recalen en Espa?a fondos inversores (buitres los llaman algunos) dispuestos a comprar lo poco que ya nos queda por vender y con mucho dinero fresco para hacer negocios r¨¢pidos con lo que sea, y que eso har¨¢ que el PIB suba unas d¨¦cimas en los pr¨®ximos trimestres.
Pero una cosa es decir que hemos salido de la crisis por ello y otra que hayamos superado los problemas y destrozos que la crisis nos ha causado.
Aunque sea cierto que un empujoncito a tiempo ha hecho que el PIB registre una d¨¦cima de crecimiento positivo que permite decir que t¨¦cnicamente hemos salido de la recesi¨®n, y aunque siguiera aumentando por la entrada de capitales que se pueda estar produciendo, los males de fondo van a seguir existiendo porque no se ha resuelto ni uno solo de los problemas que los provocan, porque esos capitales no van a crear actividad productiva ni empleo y porque ni siquiera es seguro que vayan a llegar en suficiente cantidad como para hacerse notar. Dejar¨¢n buenos beneficios en bancos, comisionistas y grandes propietarios, pero nada m¨¢s.
La producci¨®n industrial y el consumo caen, la deuda p¨²blica no deja de subir, un representante del FMI advierte del futuro negr¨ªsimo de las empresas espa?olas, pues el 41% de su deuda es materialmente impagable. Y el saldo comercial exterior que se vitorea como el nuevo motor del crecimiento tiene una cara negativa que el Gobierno esconde. La gran bajada de salarios permite que algunas empresas espa?olas vendan m¨¢s fuera. Pero se olvida que la mayor parte de sus rendimientos no vuelven, que el saldo positivo deriva casi todo de que compramos menos porque somos m¨¢s pobres, que las empresas que se dedican a la exportaci¨®n son muy pocas (4,35% del total) y muchas menos las que lo hacen regularmente (1,21%). Las dem¨¢s, el 95,65%, no solo no se benefician de la recuperaci¨®n por la v¨ªa de vender fuera de Espa?a sino que los salarios bajos las arruinan porque casi todo lo que venden es gracias a ellos.
Si Rajoy no mintiera dir¨ªa otra cosa: ¡°La crisis termina pero para el 10% m¨¢s rico de la poblaci¨®n y para el 4,35% de las empresas. Lo siento por los dem¨¢s, pero mi partido trabaja para quien le paga¡±.
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