Bares con identidad

1. ?ngel Ca¨ªdo del Retiro. El monumento al Jefe, claro, ?y a 666 metros sobre el nivel del mar! En El d¨ªa de la bestia, Alex de la Iglesia (uno de los mejores observadores que ha tenido Madrid) lo reserv¨® para la escena final. Tambi¨¦n vio las Torres Kio como un s¨ªmbolo del Mal, pero son bastante m¨¢s feas. Ahora hay Cuatro Torres construidas por los mism¨ªsimos Lucifer, Baal, Pazuz¨² y Astaroth, creo.

2. Bares Kwai y el K¨¹per. Un bar y un caf¨¦ desaparecidos, los dos con K. Los cito en representaci¨®n de los muchos bares cl¨¢sicos que est¨¢n desapareciendo. Las franquicias est¨¢n acabando con un ecosistema en el que madrile?os y forasteros conviv¨ªan al lado de las ca?as mejor tiradas del mundo. S¨ª, ya s¨¦, esto suena a abuelo Cebolleta, pero hay que encender las se?ales de alarma para que Madrid no pierda una se?a de identidad de este calibre (Fernando VI y glorieta de Bilbao).

3. Cuesta de Moyano. Libros, librer¨ªas y Madrid son casi sin¨®nimos, y la cuesta de Moyano tambi¨¦n sirve de mascar¨®n de proa. Una librer¨ªa de aqu¨ª es casa siempre. Como la Antonio Machado: la borrachera que provocan sus estanter¨ªas es mayor que la de los hist¨®ricos cubatas de Constante.

4. Las porras y los churros. Esto es un lugar inmaterial. Las porras y los churros no son reposter¨ªa dulce, sino s¨ªmbolo gastron¨®mico de Madrid. La mejor manera de morir con el colesterol por las nubes. Incluso rancios (o especialmente si est¨¢n rancios) son una delicia vegetariana: agua, harina, sal, mantequilla y aceite.

5. Sala El Sol. Otro s¨ªmbolo. Especialmente para m¨²sicos y aficionados a la m¨²sica. Para que la escena musical exista, hacen falta locales con actuaciones en directo. Si no llega a ser por Rock Ola, ni movida madrile?a ni hostias en vinagre (Jardines, 3).

6. Escridiscos. Sigue siendo una tienda de discos de referencia. Me compr¨¦ el primer disco de Siniestro Total (el EP Ayudando a los enfermos) cuando estaba en Postigo de S. Mart¨ªn, cerquita de la localizaci¨®n actual. No pod¨ªa esperar a que me lo diera la productora independiente que public¨® el artefacto. Aprovecho la ocasi¨®n para decirle al Escri que si no paso por all¨ª desde hace tiempo es porque tengo hijos y gatos que alimentar (Navas de Tolosa, 4).

7. Del Diego. No voy a discutir ni pontificar sobre c¨®cteles, pero su dry martini es, probablemente, el mejor del mundo. Un cl¨¢sico imbatible, un spin-off de Chicote y un lugar con la m¨²sica justa al volumen perfecto para hablar (calle de la Reina, 12).

8. Plaza de Oriente. No es precisamente gigantesca, pero ?qu¨¦ bonita! Propulsada en su d¨ªa por Pepe Botella (no, no es el abuelo de Ana Botella), tiene estatuas de un mont¨®n de reyes; los mejores, los godos, especialmente Wamba, mi favorito.

9. Calle Hartzenbusch. Est¨¢ plagada de restaurantes y viene al caso porque yo viv¨ª aqu¨ª en una pensi¨®n cuando estudiaba en Madrid. Le tengo mucho cari?o, ?pasa algo?

10. Eurovegas. Vale que est¨¢ en Alcorc¨®n y que no existe, pero Eurovegas ya pertenece al imaginario colectivo de la ciudad. Estoy convencido de que no se construir¨¢ nunca. Eso s¨ª, el rid¨ªculo de los gobernantes madrile?os con su lameculos al promotor ya no hay quien lo derribe. Y ser¨¢ el origen de muchos chistes que perdurar¨¢n.