Las operaciones dudosas comenzaron con Senent
El funcionamiento anterior de la empresa no era muy distinto del que se produjo despu¨¦s
La investigaci¨®n que el juez Vicente R¨ªos lleva a cabo sobre el caso Emarsa se centra en el periodo que abarca el mandato de Esteban Cuesta como gerente, desde el a?o 2004 hasta el acuerdo de disolver la sociedad impuesto por el PP en 2010, cuando ya hab¨ªa empezado a conocerse la existencia de graves irregularidades. Sin embargo, el funcionamiento anterior de la empresa no era muy distinto del que se produjo despu¨¦s. Las operaciones dudosas ya se produjeron en la ¨¦poca de Silvestre Senent, concejal de Hacienda del Ayuntamiento de Valencia, que preside la popular Rita Barber¨¢ y que ha tenido siempre el control efectivo de la Emshi, entidad metropolitana de la que depend¨ªa Emarsa.
Senent lleg¨® a la presidencia de Emarsa en 1997 y la dej¨® para ser sustituido por Enrique Crespo, tambi¨¦n del PP, en noviembre de 2002. El gerente, hasta 2004, cuando lo relev¨® Cuesta, fue Miguel Garc¨ªa Bes¨®. En los a?os del t¨¢ndem Senent-Garc¨ªa Bes¨® la depuradora metropolitana adjudic¨® a dedo contratos por m¨¢s de 2,7 millones de euros a Mediarco, del empresario Faustino Mar¨ªn, procedente de Cartagena, que traslad¨® sus negocios a Valencia con el viento a favor de la influencia pol¨ªtica de su paisano, el que fuera presidente de la Generalitat y despu¨¦s ministro de Trabajo, Eduardo Zaplana.
Ya en esa ¨¦poca, Emarsa usaba el m¨¦todo de pedir presupuestos a empresas muy conocidas y adjudicar a dedo el contrato. Mar¨ªn lleg¨® a obtener m¨¢s de seis millones de euros en contratos de la Diputaci¨®n de Valencia y de empresas p¨²blicas como Emarsa y Egevasa. Fue famoso el esc¨¢ndalo de una fuente ornamental de mosaico en las instalaciones de la depuradora de Pinedo por la que Mediarco cobr¨® 283.000 euros (47 millones de pesetas de aquellos tiempos).
De las batallas internas en el PP entre zaplanistas y campistas se salv¨® Crespo pero no Garc¨ªa Bes¨®, que fue relevado por Esteban Cuesta en julio de 2004. La sombra de Mediarco todav¨ªa planeaba entonces sobre Emarsa. De hecho, Cuesta remiti¨®, poco despu¨¦s de llegar a su cargo, una nota manuscrita al secretario del consejo de Emarsa, Blas P¨¦rez Blesa, que obra en el sumario, en la que dec¨ªa que su intenci¨®n era ¡°abrir expedientes de contrataci¨®n de todas las actuaciones de la empresa¡± y a?ad¨ªa sobre Mediarco: ¡°Quiero anular todos los contratos por deficiencia en la forma de todas las obras que est¨¢n pendientes¡±. Cuesta incluso las enumeraba y se refer¨ªa a ¡°la antorcha, al digestor 1 y una actuaci¨®n de la que dec¨ªa: ¡°Ojo, no cuadra el contrato con el plan de actuaciones de urgencia¡±.
El secretario del consejo de Emarsa emiti¨® un ¡°dictamen jur¨ªdico¡± sobre los contratos Emarsa-Mediarco el 6 de agosto de 2004 ¡°a solicitud del gerente de Emarsa¡±, que tambi¨¦n obra en el sumario. Tras se?alar que los contratos pod¨ªan resolverse, en principio, por parte de Emarsa, y apuntar que Garc¨ªa Bes¨® hab¨ªa excedido sus facultades al firmarlos dado que solo estaba autorizado a contratar hasta un l¨ªmite de 10 millones de pesetas, una circunstancia que no afectaba a terceros ¡°en cuanto a la validez de los contratos¡±, el dictamen era contundente al abordar los criterios de contrataci¨®n. ¡°No se han sometido a ning¨²n procedimiento o criterio objetivo preestablecido ni consta que se haya abierto el oportuno expediente¡±, se?alaba. ¡°No se ha informado previa y detalladamente al consejo de administraci¨®n... No consta que haya promovido concurso o solicitado ofertas... No consta que hayan sido revisados por personal cualificado de Emarsa...¡±.
¡°Cuanto se acaba de mencionar¡±, a?ad¨ªa, ¡°se aparta por completo de los criterios de publicidad y concurrencia exigidos por la ley para las empresas de titularidad p¨²blica. Criterios que deben ser especialmente observados cuando se contrata tan asiduamente para trabajos tan diversos y por cantidades tan relevantes¡±. Y conclu¨ªa que la resoluci¨®n de los contratos no solo era una opci¨®n sino ¡°tambi¨¦n una exigencia¡±.
Cuesta ten¨ªa en sus manos una gu¨ªa de lo que deb¨ªa hacer. Pero ¨¦l y Crespo prefirieron prolongar los procedimientos dudosos de sus predecesores.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.