Setenta a?os de la Orquesta de Valencia

El 70 aniversario de la Orquesta de Valencia se celebr¨® el viernes con un programa que inclu¨ªa un estreno ad hoc, una primera interpretaci¨®n del Concierto n¨²m. 2 para trompa de Strauss, y una obra frecuentada por casi todas las orquestas del planeta: la Sinfon¨ªa ¡°Del Nuevo Mundo¡± (Dvo?¨¢k). ¡°Porta dels Serrans¡±, que fue la obra encargada a Ferrer Ferran para esta ocasi¨®n, alude en su t¨ªtulo a uno de los monumentos m¨¢s conocidos de Valencia. Hay en ella momentos para el lucimiento de todas las secciones de la orquesta, con alg¨²n eco inicial que parec¨ªa venir de Stravinski, pero que se sumergi¨® pronto en un lenguaje solemne y triunfal, m¨¢s tendente hacia el siglo XIX.

Vino luego Strauss, en manos de Mar¨ªa Rubio, una de las solistas m¨¢s seguras y acreditadas de la agrupaci¨®n. Asumi¨® con coraje ese encaje de bolillos que es el segundo concierto para trompa, un instrumento que era especialmente querido y conocido por el compositor muniqu¨¦s. Sabido es que el padre de Richard Strauss fue primer trompa del Teatro de la Corte de Munich, proporcionando as¨ª a su hijo, desde bien ni?o y en su propia casa, ocasiones sobradas para percibir las posibilidades (y tambi¨¦n las dificultades) de este instrumento. A?¨¢dase a ello que el segundo concierto est¨¢ escrito en las postrimer¨ªas de su vida, cuando el opulento lenguaje inicial se ha destilado mucho ya, como si buscara una nueva transparencia mozartiana que deja al desnudo cualquier fallito en la afinaci¨®n o el ajuste. Mar¨ªa Rubio salv¨® todas esas dificultades con un noble color y un exquisito refinamiento. La orquesta pareci¨® un punto menos segura en una obra que interpretaban por primera vez y que est¨¢ llena de peligros, a pesar de su sencillez aparente. Se dio luego, como encore, la canci¨®n popular ¡°A la nanita, nanita¡±, en un enso?ador arreglo, muy aplaudido, de Amparo Edo Biol.

Yaron Traub program¨®, para la segunda parte, otra partitura que permite asimismo valorar la t¨¦cnica de los instrumentistas, y cuyos temas se han convertido en aut¨¦nticos cl¨¢sicos populares: la novena sinfon¨ªa de Dvo?¨¢k. A destacar el amplio aliento con que resolvi¨® el corno ingl¨¦s su crucial intervenci¨®n en el Largo, as¨ª como la respuesta que le dieron, tambi¨¦n en este movimiento, los primeros atriles de las cuerdas.