Tarragona alberga un cementerio de soldados y marineros olvidados
La Corona Brit¨¢nica mantiene en la ciudad el camposanto del Fossar dels Jans El espacio, rodeado de casas lujosas, est¨¢ cerrado a las visitas
Un candado impide abrir el enorme portic¨®n corroido que preside el n¨²mero 28 del paseo Rafael Casanova de Tarragona. Desde la calle se divisan arbustos y maleza trepando en el solar, paredes de piedra convertidas en ruinas. Solo los sonidos de aves ocultas entre los ¨¢rboles rompen el silencio imperante. El lugar sobrecoje y contrasta con las casas lujosas que lo rodean. La calle es privilegiada; est¨¢ repleta de despe?aderos que abocan al mar por lo que en verano es muy transitada ya que conecta las playas del Miracle y l'Arrabassada. Ning¨²n cartel avisa, pero los altos muros que rodean el paraje protegen en realidad un cementerio en estado de abandono.
Es el Fossar dels Jans, donde est¨¢n enterrados decenas de marineros, c¨®nsules y soldados, en su mayor¨ªa brit¨¢nicos de religi¨®n protestante repartidos tanto en criptas como en fosas comunes. El cementerio es propiedad de la Corona Brit¨¢nica.
En el Fossar dels Jans se dio sepultura a muchos de los soldados brit¨¢nicos combatientes en la Guerra de Sucesi¨®n. Los ca¨ªdos en la contienda que ahora est¨¢n enterrados en este cementerio eran aliados de la Casa de Austria y defendieron Tarragona de las tropas de Felipe V, suscribe el profesor Ambr¨°s Domingo.
En el Fossar dels Jans se dio sepultura a muchos de los soldados brit¨¢nicos combatientes en la Guerra de Sucesi¨®n
Los restos de los fallecidos, adem¨¢s, recorrieron un largo camino antes de reposar en el Fossar dels Jans porque no pod¨ªan ser enterrados en camposantos cat¨®licos. Primero recibieron sepultura cerca de la muralla que proteg¨ªa la ciudad. Despu¨¦s en otro emplazamiento provisional pr¨®ximo al puerto y, finalmente, fueron transladados a su actual ubicaci¨®n. Con el tiempo, desde 1849 fueron enterradas otras personas brit¨¢nicas fallecidas en Tarragona. Sin embargo, es imposible saber cu¨¢ntos difuntos se encuentran sepultados en el terreno. ¡°Hay dos criptas con 83 personas y debajo de ellas una fosa com¨²n de los soldados brit¨¢nicos que participaron en la Guerra de Sucesi¨®n, no est¨¢n registrados sus nombres¡±, constata un portavoz de la Embajada Brit¨¢nica en Espa?a.
Adolfo Alegret, en el libro Tarragona a trav¨¦s del siglo XIX, publicado en 1924, asegur¨® que el Fossar era el lugar ¡°destinado al entierro de pilotos, marineros y otra gente extrangera, a los que vulgarmente se llama Jans, o sea hombres de mar venidos de lejanas tierras y que viven fuera de la comuni¨®n cat¨®lica¡±. Este puede ser el origen del nombre del cementerio, aunque no hay acuerdo en este aspecto, ya que tambi¨¦n puede provenir del muy com¨²n nombre de John.
Alegret describi¨® el entorno del camposanto como un enclave sombr¨ªo: ¡°Es un lugar ind¨®mito, silencioso: la voz retruena, el hierbaje se humilla; todo respira tristeza, melancolia¡±, relat¨®. Adem¨¢s, cubri¨® de un halo de misterio el Fossar dels Jans: ¡°No faltan tumbas y nichos con m¨¢rmoles trabajados, vers¨ªculos y dedicatorias. El aspecto ingrato del terreno y el car¨¢cter del fossar han hecho que toda la contrada sea para la gente sencilla teatro de leyendas y misterios, de brujas y desesperados, creyendo que all¨ª voltean, como la niebla, las ¨¢nimas de los Jans buscando inutilmente el camino del cielo¡±. ¡°Por eso solo acuden los despreocupados, los que desean contemplar de cerca la lucha firme que constantemente sostienen el mar y la monta?a¡±, concluy¨® Alegret.
En el cementerio tambi¨¦n fueron enterrados marineros fallecidos en 1938 en dos ataques perpetrados por las fuerzas a¨¦reas franquistas y que acabaron golpeando la flota mercante brit¨¢nica presente en la zona, a?ade el mismo portavoz de la Embajada Brit¨¢nica. ¡°No s¨®lo hay ciudadanos brit¨¢nicos, que en su mayor¨ªa eran c¨®nsules honorarios, tambi¨¦n hay estadounidenses, finlandeses, daneses, por lo general protestantes, aunque no todos lo eran, tambi¨¦n gente de negocios, doctores...¡±, explican en la Embajada brit¨¢nica.
El ¨²ltimo sepelio se llev¨® a cabo en 1992; fue una ciudadana de origen brit¨¢nico residente en Tarragona, y al parecer era cat¨®lica. Josep S¨¢nchez Cervell¨®, profesor de Historia de la Universidad Rovira y Virgili, visit¨® el cementerio hace unos a?os y recuerda alguna l¨¢pida. En 2008 la tripulaci¨®n de un barco de guerra brit¨¢nico lo limpi¨® de maleza. Solo cada dos o tres a?os recibe la visita de alg¨²n familiar. La Embajada tiene previsto volver a limpiar la vegetaci¨®n en las pr¨®ximas semanas, aunque el camposanto de momento seguir¨¢ cerrado al p¨²blico.
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