Los recortes se ceban en la ciencia
Los fondos p¨²blicos para la investigaci¨®n caen hasta el 40% en cuatro a?os
Merc¨¨ Monfar trabaj¨® casi 12 a?os en el Centro de Biotecnolog¨ªa Animal y de Terapia G¨¦nica (CBATEG), adscrito a la Universidad Aut¨®noma de Barcelona. Era responsable t¨¦cnica de la Unidad de Producci¨®n de Vectores Virales, donde investigaban como utilizar los virus como veh¨ªculo para introducir un gen concreto en una c¨¦lula que permita estudiar, entre otras cosas, el papel de una prote¨ªna en el cuerpo o hacer terapia g¨¦nica. Monfar y otras tres personas fueron despedidas en septiembre. Y una quinta, ahora de baja maternal, lo ser¨¢ a final de a?o. ¡°En la carta de despido aduc¨ªan falta de financiaci¨®n. Los fondos ven¨ªan del Ministerio y de la Generalitat, y la UAB dijo que las unidades deb¨ªa ser autosuficientes, porque no pod¨ªa asumir los sueldos¡±, explica Monfar.
La reducci¨®n de esos fondos ha puesto en peligro muchos equipos de investigaci¨®n. La aportaci¨®n de la Generalitat a I+D ha ca¨ªdo en 165,6 millones, un 27,2%, desde el inicio de los recortes en 2010. En los nuevos Presupuestos para 2014, el gobierno catal¨¢n destinar¨¢ 442,7 millones a este ¨¢mbito frente a los 503 millones en 2012 y 2013 y 608 en 2010. Con estos recortes implica que el peso de la I+D ha pasado del 1,63% del PIB hace dos a?os al 1,55%. Pero los equipos de investigaci¨®n no se nutren solo de fondos catalanes, sino principalmente del Estado, europeos y privados. Y los estatales, tambi¨¦n han sufrido un fuerte hachazo: un 30% desde 2012, y un 40% desde 2009.
Seg¨²n los ¨²ltimos datos disponibles, en 2011 se destinaron 3.104 millones a investigaci¨®n en Catalu?a, un 5,5% menos que en 2008, cuando se lleg¨® al c¨¦nit de 3.286 millones. Casi la mitad de este gasto proviene del ¨¢mbito privado, mientras las universidades aportan un 24%, las administraciones p¨²blicas un 20% y los fondos europeos, un 6,7%.
¡°Se est¨¢ haciendo un da?o irreparable a la investigaci¨®n¡±
Las universidades est¨¢n acusando especialmente los recortes. Los equipos de investigaci¨®n vinculados a los campus y sus centros adscritos sufren tanto la disminuci¨®n de fondos que llegan de fuera, de las Administraciones, como de los internos, ya que el sector universitario ha perdido un 29% de su presupuesto desde 2010. Pero los que m¨¢s preocupan a las universidades son los fondos estatales. Llu¨ªs Tort, vicerrector de proyectos estrat¨¦gicos de la UAB, apunta que su principal dolor de cabeza proviene de la incertidumbre sobre el Plan Estatal de I+D+i, que ¡°es la gasolina del motor de la investigaci¨®n y es el n¨²cleo de formaci¨®n de j¨®venes investigadores¡±. El a?o pasado este plan se convoc¨® muy tarde mientras las ayudas para 2013 se publicaron justo el mi¨¦rcoles. Tambi¨¦n preocupa la desaparici¨®n de otros programas de ayudas estatales. ¡°Esto provoca que cuando a un equipo de investigaci¨®n se le acaba el contrato y no pueda renovar los fondos, el personal no se pueda mantener¡±, a?ade Tort. Y eso, reconoce el vicerrector, es lo que le sucedi¨® al equipo de Merc¨¨ Monfar en el Centro de Biotecnolog¨ªa Animal y de Terapia G¨¦nica. Josep Maria Martorell, director general de Investigaci¨®n de la Generalitat, insiste en que ¡°el gran drama es la no convocatoria de ayudas estatales para proyectos¡±. Catalu?a capta hasta el 30% de los fondos del Plan Nacional I+D, cosa que se traduce en cerca de 100 millones de euros. El Gobierno central ha anunciado el aumento del 6% del gasto en investigaci¨®n para el pr¨®ximo a?o, cosa que no tranquiliza ni a la Generalitat ni a las universidades ¡°porque la mayor parte se va al sector militar¡±, lamenta Martorell.
La Pompeu Fabra mitiga los recortes con recursos de la UE
¡°Los recortes auton¨®micos tambi¨¦n nos afectan¡±, discrepa Jordi Alberch, vicerrecotor de investigaci¨®n de la UB. ¡°El dinero que traspasa la Generalitat va a financiaci¨®n estructural de las universidades pero parte de esto va a investigaci¨®n¡±, a?ade. Alberch tambi¨¦n se queja de tijeretazos en programas como el Fondo de Promoci¨®n de la Investigaci¨®n Universitaria, PROFOR. ¡°Hace cuatro a?os recibimos siete millones. Y este a?o, dos¡±, se queja.
El director general se distancia de los efectos de los recortes y defiende que el presupuesto de su Secretar¨ªa (unos 165 millones) se destina al mantenimiento de los centros de investigaci¨®n y de equipamientos como el Sincrotr¨®n y a la contrataci¨®n de investigadores pero no a convocar ayudas para financiar proyectos. ¡°Nosotros optamos por no dar ayudas finalistas, de esto ya se encarga el Estado y Europa. Creo que, vista la situaci¨®n, fue una buena decisi¨®n porque algunas comunidades que daban estas ayudas han tenido que dejar de hacerlo y han dejado mucha gente tirada¡±, abunda Martorell. Y explica que los investigadores catalanes han captado en cinco a?os 650 millones del 7? Programa Marco de la UE. ¡°La Generalitat nunca podr¨ªa disponer de este dinero para ayudas¡±, concluye.
Pero no todas las universidades viven de igual el impacto de los recortes. Las hay que han buscado alternativas y han aumentado el peso de los fondos europeos. ¡°En la Pompeu Fabra hemos captado 50 millones de Europa en cinco a?os, lo mismo que del Estado. Tenemos suerte porque vivimos m¨¢s de Europa y eso nos permite aguantar¡±, reconoce ?ngel Lozano, su vicerrector de investigaci¨®n. No obstante, constata que esta v¨ªa cada vez se vuelve m¨¢s dif¨ªcil de transitar. ¡°El dinero se mantiene pero hay m¨¢s equipos que compiten por ¨¦l, as¨ª que la clave est¨¢ en tener buenos investigadores que capten estos fondos¡±, a?ade. ¡°Para ir a Europa debemos tener una base estructural. Catalu?a tiene una buena base, pero est¨¢ adelgazando y no podremos aguantar mucho tiempo¡±, dice su hom¨®logo de la UB. ¡°Se est¨¢ haciendo un da?o irreparable. Y si no lo paran, es impensable la magnitud que puede tomar¡±, alerta Merc¨¨ Monfar, la exinvestigadora del CBATEG. ¡°Con lo que ha costado construir todo lo que ahora tenemos¡. Y las infraestructuras sin gente no funcionan¡±, zanja.
La precariedad se cronifica
A Jordi Soriano, f¨ªsico e investigador en neurociencia en la Universidad de Barcelona (UB), se le acaba en tres semanas el contrato Ram¨®n y Cajal que le da sustento. Para seguir, ha conseguido un contrato de retenci¨®n de talento por un a?o que le financia el Banco Santander a trav¨¦s de la Fundaci¨®n Bosch i Gimpera, pero con peores condiciones que las que tiene ahora. ¡°Nos deja en precario, porque no hay garant¨ªa de que dure m¨¢s de un a?o¡±, lamenta Soriano. Tras hacer un postdoctorado en Alemania e Israel, Soriano decidi¨® implantar aqu¨ª las t¨¦cnicas experimentales que hab¨ªa desarrollado en el extranjero.
"Tard¨¦ cinco a?os en montar un laboratorio desde cero con muy poco dinero", relata el investigador, de 42 a?os. El esfuerzo ha dado sus frutos: hace poco public¨® junto con otros cient¨ªficos ¡ªtodos instalados en Barcelona¡ª un art¨ªculo en la prestigiosa revista cient¨ªfica Nature Physics. Pero eso no le garantiza la estabilidad. Soriano est¨¢ cansado de la precariedad. "Cuesta mucho obtener una financiaci¨®n adecuada", abunda. En su caso, no tiene claro c¨®mo pagar¨¢ los experimentos a partir del mes de marzo.
La situaci¨®n actual ¡°no anima a los j¨®venes a ver un futuro investigador claro¡±, critica Oleguer Sagarra, portavoz de D-Recerca, asociaci¨®n de doctorandos y becarios de Catalu?a. ¡°La investigaci¨®n siempre ha sido un sector muy castigado por la precariedad¡±, concluye.
Tambi¨¦n se quejan de la precariedad desde la Plataforma de Cap¨ªtulo VI, que se constituy¨® en la Aut¨®noma hace un par de a?os para poner de relieve esta problem¨¢tica, que afecta, seg¨²n sus cifras, a unas 700 personas solo en el campus de Bellaterra. La plataforma alerta de que si la situaci¨®n se agrava se pueden producir despidos de estos investigadores, que est¨¢n contabilizados en el cap¨ªtulo seis de los presupuestos, ¡°porque no se consideran personal de la universidad¡±. ¡°Son investigadores con contrato de obra y servicio, as¨ª que son f¨¢ciles y baratos de despedir¡±, se quejan.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.