La coz y el martillo
Los dirigentes del PP cargan sobre los sindicatos, pero eluden su propia responsabilidad y la de los empresarios que se quedan con los servicios p¨²blicos que privatizan
Buena parte de la ciudadan¨ªa cree que los partidos y los sindicatos est¨¢n cada d¨ªa m¨¢s alejados de la calle. Una opini¨®n que crece como la espuma, espoleada por una derecha decidida a desprestigiar la Pol¨ªtica (con may¨²scula) y acabar con el sindicalismo de clase a cualquier precio y con cualquier arma. Incluido el martillo.
Lo ha se?alado gr¨¢ficamente el vicepresidente de la Junta de Andaluc¨ªa, Diego Valderas: ¡°Si el PP pudiera cargarse a martillazos a CC OO y UGT, lo har¨ªa¡±.
No es una exageraci¨®n. Revisen la prensa. Dos destacados barones del PP, los presidentes Fabra y Gonz¨¢lez (Valencia y Madrid), culpan a los sindicatos de la ruinosa situaci¨®n de sus televisiones auton¨®micas. La alcaldesa de Madrid, Ana Botella, responsabiliza a los sindicatos por la huelga de la basura: los trabajadores no aceptan el despido de una cuarta parte de la plantilla y una reducci¨®n salarial de hasta un 43%.
Son coces contra el sentido com¨²n. Los dirigentes del PP cargan sobre los sindicatos, pero eluden su propia responsabilidad y la de los empresarios que se quedan con los servicios p¨²blicos que privatizan.
Unos empresarios bajo sospecha. Desde el encarcelado expresidente de la CEOE, D¨ªaz Ferr¨¢n, al vicepresidente de la patronal, Arturo Fern¨¢ndez, que pagaba a sus empleados en dinero negro y ha tenido que ajustar cuentas con Hacienda, a toda prisa, para evitar males mayores.
?M¨¢s ejemplos? Un peri¨®dico digital, Infolibre, ha hecho el recuento del expolio producido a las cajas de ahorro. Por el momento, hay 195 banqueros y empresarios imputados. El Estado ha tenido que inyectar en cuatro a?os 61.366 millones para evitar el derrumbe del sistema financiero espa?ol.
No se observa, ni por asomo, una cr¨ªtica generalizada, ni del PP ni de sus plumillas, contra los pol¨ªticos eg¨®latras (Zaplana, Camps, Aguirre, Gonz¨¢lez), que utilizaron la televisi¨®n p¨²blica como si fuera su particular botafumeiro, o contra los empresarios y banqueros que vaciaron las arcas de las entidades que regentaban.
El punto de mira est¨¢ en otro lugar. Exactamente, en socavar lo p¨²blico (la sanidad, la educaci¨®n) para potenciar lo privado y en reducir derechos. Empezando por los derechos laborales. La reforma laboral de Rajoy ha dejado a los trabajadores desarmados ante los patronos. La figura de la negociaci¨®n colectiva, surgida hace siglo y medio en Gran Breta?a (el collective bargaining, de 1868), ha quedado desmantelada en Espa?a. ?Hasta el franquismo cre¨® en 1958 una ley de convenios colectivos!
El ¨²nico momento en el que el trabajador pod¨ªa hablar de t¨² a t¨² con el empresario ha saltado por los aires. El momento en el que se pod¨ªan pactar horarios y salarios dignos. La coz dada por Rajoy a los sindicatos dejar¨¢ una profunda huella en el futuro de las relaciones laborales.
En medio de esta campa?a contra el sindicalismo de clase, la juez Mercedes Alaya ha imputado a varios dirigentes de UGT y de CC OO de Andaluc¨ªa. Les acusa de financiar ilegalmente sus organizaciones, a trav¨¦s de comisiones de los ERE. Tambi¨¦n, en el caso de UGT, de manipular facturas.
El sindicato socialista ha reconocido la existencia de irregularidades. Pero su reacci¨®n ha sido tard¨ªa y torpe. No vale la excusa de que han sido trabajadores despedidos por la propia UGT quienes han robado y filtrado a la prensa las facturas adulteradas. Lo que importa es si son o no ciertas y qu¨¦ nivel alcanza el (presunto) fraude.
Muchos estamos en contra de la ofensiva generalizada contra los sindicatos. Pero tambi¨¦n estamos a favor de que, en los casos concretos de mal uso del dinero p¨²blico, se asuman las responsabilidades precisas, pol¨ªticas y judiciales. El mejor servicio que se puede hacer al sindicalismo es limpiar la basura propia, no esconderla debajo de la alfombra.
@JRomanOrozco
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