Flotats, uno m¨¢s
Los 150 int¨¦rpretes de Un r¨¦quiem per a Salvador Espriu empeque?ecen la Sala Gran del Teatre Nacional de Catalunya
Con una c¨¢lida ovaci¨®n al final de la funci¨®n como al resto de los int¨¦rpretes; sin bravos, ni nadie en pie, ni nada destacable. El retorno de Josep Maria Flotats al escenario del teatro que lo defenestr¨® en 1997 con Un r¨¨quiem per a Salvador Espriu,el espect¨¢culo con el que el Teatre Nacional de Catalunya se suma a los actos del Any Espriu, fue de lo m¨¢s discreto. Si algo destac¨®, en todo caso, fue la ausencia de honorables, excelent¨ªsimos e ilustr¨ªsimos con escolta y de rostros conocidos del mundo de la cultura que no suelen fallar en estrenos de este calibre. Ferran Mascarell, el consejero de cultura de la Generalitat y uno de los pocos pol¨ªticos que no suelen perderse nada ¡ªtiene intenci¨®n de asistir a la ¨²ltima funci¨®n, este domingo¡ª fue el ¨²nico que tuvo un gesto, acerc¨¢ndose al teatro tras el estreno para saludar al actor.
Flotats, pues, ha vuelto, ha recitado a su manera y se ha fundido con los int¨¦rpretes que copaban el escenario de la Sala Gran del TNC. Nunca este escenario hab¨ªa quedado tan peque?o. El papel de quien fund¨® y dirigi¨® en sus or¨ªgenes el TNC era el de dar voz a los poemas de esta versi¨®n de la obra del compositor Xavier Benguerel Un r¨¨quiem a la mem¨°ria de Salvador Espriu y que incorpora otros poemas del autor relacionados con el tema de la muerte como son algunos de los que aparecen editados en los libros Cementiri de Sinera, Mrs. Death, Llibre de Sinera o El caminant i el mur.
Un r¨¦quiem per a Salvador Espriu
A partir de la obra de Xavier Benguerel R¨¨quiem a la memoria de Salvador Espriu. Con OBC, Polif¨°nica de Puig-Reig, Coral Carmina y Josep Maria Flotats. Direcci¨®n musical: Miquel Ortega.
Teatre Nacional de Catalunya, Sala Gran. Barcelona 15, 16 y 17 de noviembre.
Por la naturaleza, por lo tanto, h¨ªbrida del espect¨¢culo, en aras de la singularidad, cab¨ªa esperar varias posibilidades. Los conocedores de la obra de Espriu, de la historia del TNC y de la trayectoria de Flotats puede que esperasen o¨ªr los versos de Perqu¨¨ l¡¯entonis amb compassiu amor, esos que dicen: ¡°Que no sigui, per¨°, la can?¨® de l¡¯odi/ nascuda de la injusta i llarga humiliaci¨®./ Ara em despengen uns dits piadosos/ de les forques senyorials de la paraula¡¡± o, incluso, que en alg¨²n momento sonaran los del poema titulado precisamente Retorn (¡°¡Fidel al temps retorno al meu callat origen¡±.), ambos del libro Les hores. O los de Des del mateix teatre (El caminant i el mur) aunque solo fuera por el t¨ªtulo.
La verdad es que habr¨ªa tenido gracia que el retorno de Flotats hubiera sido con estas palabras. No fue as¨ª. Las primeras que pronunci¨®, sin embargo, extra¨ªdas del Llibre de Sinera, tuvieron su qu¨¦ y marcaron la pauta de lo que ser¨ªa su intervenci¨®n a lo largo de los 75 minutos que dura el montaje: ¡°He donat la meva vida pel dif¨ªcil guany/ d¡¯unes poques paraules despullades¡±, dijo, con los ojos entornados. Estos versos y los ¨²ltimos del poema Espera de Les hores (¡°jo, que esperaba aquest dia,/ vet aqu¨ª que s¨®c mort¡±) son los que m¨¢s carga simb¨®lica ten¨ªan, en aras ahora del morbo, de la decena escasa de poemas que recit¨®.
Con un elegante chaqu¨¦ negro, como todos los int¨¦rpretes masculinos, sentado en la primera fila entre los cuatro solistas (soprano, mezzosoprano, bar¨ªtono y tenor), justo al lado del director de orquestra, Miquel Ortega, y pendiente de los gestos que este le marcaba para dar inicio a sus intervenciones, Flotats estuvo en todo momento al servicio del conjunto. De hecho, si no hubiera sido por su inconfundible voz y ese arrastre de vocales tan caracter¨ªstico, cuando permanec¨ªa sentado la verdad es que costaba distinguirle y ven¨ªan ganas de buscarlo como si fuera Wally. Y es que entre los componentes de la Orquestra Simf¨°nica de Barcelona i Nacional de Catalunya (OBC), los de las corales C¨¤rmina y la Polif¨°nica de Puig-Reig, los solistas y el director, el hombre estaba entre unas 150 personas. Un retorno, pues, un tanto diluido entre una cosa y otra. Habr¨¢ que esperar a que monte el marivaux en mayo para verle al menos saludando a lo grande.
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