El deber de decidir
Para no sufrir el coste de las decisiones, 2013 pasa sin presupuesto, y el de 2014 prev¨¦ ingresos al modo del funambulismo
Los Gobiernos tienen (tambi¨¦n) el deber de decidir. Derechos y deberes van juntos, haz y env¨¦s. Salvo aqu¨ª. Aqu¨ª hay un Gobierno que reclama cierto derecho, pero ejercita selectivamente el deber de decidir. Sobre todo en materia econ¨®mica y empresarial.
El peor d¨¦ficit decisorio de este a?o fue la negativa a presentar el presupuesto, prorrogando ¡ªen un primer ejercicio de legislatura, algo ins¨®lito¡ª el de 2012. Era l¨®gico esperar hasta saber el tope de d¨¦ficit, hasta el Consejo de Pol¨ªtica Fiscal y Financiera del 31 de julio. Pero nada m¨¢s.
Sin presupuesto se ahorraba cr¨ªticas. Y multiplicaba su falta de cr¨¦dito pol¨ªtico. Hacia adentro, el presupuesto es la ley de prioridades anuales; su discusi¨®n, el examen del modelo pretendido; sortearlo es hurtar control democr¨¢tico a la ciudadan¨ªa; es contrariar el designio europeo actual, someter la uni¨®n econ¨®mica en gestaci¨®n a la hegemon¨ªa de la pol¨ªtica.
Hacia afuera (que es tambi¨¦n adentro), ?qu¨¦ credibilidad alleg¨® ante la Uni¨®n Europea, atareada en debatir ex-ante y controlar presupuestos, d¨¦ficits p¨²blicos y programas de estabilidad? Ninguna. ?A qu¨¦ cotizaci¨®n europea aspiraba el pretendido nasciturus de Estado-propio/nuevo-Estado-europeo exhibiendo su incapacidad o desidia para presupuestar? Cero.
El presupuesto para 2014 no enmienda el fiasco anterior. Por presi¨®n del socio republicano, se descartaban nuevos recortes del gasto. Por presi¨®n de unas clases trabajadoras y medias sometidas a una presi¨®n tributaria dif¨ªcilmente ampliable (con el tipo marginal del IRPF al 56% como estandarte) se renunciaba a otro aumento de ingresos que no fueran los 174 millones de euros a recaudar mediante una serie de tasas atrabiliarias, pero inofensivas. He aqu¨ª otro repudio al deber de decidir, porque el Gobierno de Artur Mas no quiere optar ni por m¨¢s recortes ni por m¨¢s ingresos.
Por si acaso, una de las privatizaciones previstas, copiada del Madrid de Esperanza Aguirre/Ignacio Gonz¨¢lez/Ana Botella es la de las 14.000 viviendas sociales de alquiler
Pero sin reducir gastos ni aumentar ingresos ?c¨®mo cumplir con el d¨¦ficit prescrito para 2014, del 1% del PIB, 58 cent¨¦simas inferior al de 2013? Mediante el funambulismo de unas privatizaciones esot¨¦ricas, que reportar¨ªan 2.318 millones. Es decir, centrifugando la decisi¨®n propia del Poder pol¨ªtico... al mercado.
El conseller Andreu Mas-Colell hizo como que estaba convencido, pero ¨¦l sabe demasiado y es demasiado listo como para creerse que allegar¨¢ esa cantidad de ventas de edificios (los precedentes son fatales), de solares p¨²blicos (a precio casi cero) y de depuradoras (que son medio municipales). Gato escaldado del precedente de Aigues del Ter-Llobregat debiera huir. Y con raz¨®n: 1.000 millones de la privatizaci¨®n esfumados, pleitos sin fin. Porque ?qu¨¦ garant¨ªa de que cumplir¨¢ este programa de privatizaciones aportan quienes incumplieron el anterior?
Eso s¨ª, se promete que ese plan de ventas, no de joyas, sino de bisuter¨ªa, se encoger¨¢ si la Generalitat consigue otros ingresos del Estado, algunos debitados (adicional tercera del Estatut, este que tan insuficiente es) y otros siderales (nuevo sistema de financiaci¨®n). Otra decisi¨®n que nos evitamos, atribuy¨¦ndola al Estado...expoliador.
Por si acaso, una de las privatizaciones previstas, copiada del Madrid de Esperanza Aguirre/Ignacio Gonz¨¢lez/Ana Botella es la de las 14.000 viviendas sociales de alquiler. Bueno, si hay mucha protesta del conseller Santi Vila y otros rojos, se reducir¨¢ el impacto de la decisi¨®n a la s¨¦ptima parte: mil unidades. Jo. Los beneficiarios, Goldman Sachs o Blackstone, como en Madrid, o cualquier otro fondo de inversi¨®n. Tach¨ªn, tach¨ªn. ?La Catalu?a de la transici¨®n nacional reedita el mito de Robin Hood, solo que al rev¨¦s! Desahuciemos ¡ªlegalmente, claro, al t¨¦rmino de sus contratos¡ª a esos pobretes mal duchados y coloquemos sus viviendas a las rutilantes firmas del siempre dadivoso Wall Street. De paso desmantelamos el pertinazmente gast¨®n Estado del bienestar, pues ya se sabe que quien m¨¢s generosos lo tienen, los escandinavos, ricos e igualitarios ser¨¢n, pero tristes, un horror.
Estas flaquezas en el decidir cuestiones problem¨¢ticas se trocan en largueza decidida al establecer ¡°ilusionantes¡± estructuras de Estado. Como la Ag¨¨ncia Tributaria de Catalunya ¡ªque existe desde 2007, ahora fusionada con las de las Diputaciones; o el Institut Catal¨¤ de Finances, creado en 1986, pero que alg¨²n d¨ªa har¨¢ de banco p¨²blico (ambas son meras reformas de entidades preexistentes). O la loter¨ªa Grossa y el a?ejo turismo, que tambi¨¦n lo son, seg¨²n el conseller de Empresa, el inefable Felip Puig. Ese que asumi¨® tanta decisi¨®n de vaciar los ojos de manifestantes y transe¨²ntes como Ester Quintana, y luego al negarlo, sigue sin decidirse a defender a la empresa catalana l¨ªder del cava. La que boicotean el rancio centralismo espa?ol y ciertos colegas convergentes, como el confeso de corrupci¨®n ?ngel Colom i Colom. Menuda tropa.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.