Entra?able Savall
El int¨¦rprete catal¨¢n Jordi Savall ofrece un concierto cargado de sensibilidad intimista
Jordi Savall es una leyenda viva como int¨¦rprete de la viola da gamba. Su profunda vinculaci¨®n con la m¨²sica renacentista y barroca convierten cada uno de sus conciertos en una ceremonia espiritual. El m¨²sico oficia con un aire en cierto modo monacal, ataviado con su inseparable bufanda alargada de tonos oscuros pero intensos.
El concierto del s¨¢bado en el Auditorio se desarroll¨® en una atm¨®sfera muy especial. Se cumpl¨ªan exactamente dos a?os del fallecimiento de su esposa, la cantante Montserrat Figueras. El int¨¦rprete catal¨¢n lo record¨® con un gesto de tristeza, y el p¨²blico se sinti¨® solidario con su sentimiento. Savall es un artista humanista con la fidelidad a flor de piel. Es un tipo de fidelidad que se manifiesta tanto en su estilo interpretativo, como en su manera de comportarse en escena con sus comentarios did¨¢cticos tan precisos como oportunos. Tambi¨¦n se refleja en el afecto a las personas que quiere o a los compositores que admira. Dedic¨® un bloque de sus interpretaciones a Montserrat.
Tal vez por la circunstancia del aniversario necrol¨®gico, tal vez porque con la madurez uno se enfrenta a la m¨²sica de una manera determinada, lo cierto es que el concierto de Savall transmiti¨® una sensaci¨®n permanente de interiorizaci¨®n, contando en todo momento con la complicidad de Xavier Diaz-Latorre. En las variaciones, en las improvisaciones, en las fol¨ªas, en las recreaciones de una guaracha mexicana o de una canci¨®n de cuna bretona, la mirada musical estaba cargada de una sensibilidad intimista. Desde el virtuosismo instrumental, o desde la fantas¨ªa para adornar las melod¨ªas, la m¨²sica antigua se sent¨ªa pr¨®xima a nuestro tiempo, familiar, tanto en Bach como en las gallardas napolitanas. La serenidad se impuso desde el asombroso despliegue t¨¦cnico. En Marin Marais, o en los Sainte-Colombe padre e hijo la maestr¨ªa alcanz¨® cotas de genialidad. Fue una hermosura de concierto. Reconfortante a la vez que sugerente, humanista a la par que entra?able.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.