Todos quieren ser barrenderos
Los trabajadores de las contratas municipales se rebelan tras la huelga de limpieza El Ayuntamiento, que recorta el precio de servicios y desprotege a plantillas, mira para otro lado
Mientras la mitad del pa¨ªs preparaba las maletas para irse de vacaciones, a Antonio Mart¨ªn le lleg¨® la peor carta de sus 44 a?os de vida. ¡°No contamos con sus servicios¡±, le comunic¨® la nueva contrata en un burofax el 31 de julio. A ¨¦l y a los otros 55 trabajadores que arreglaban el mobiliario urbano de Madrid hasta que el servicio cambi¨® de manos. ¡°No nos lo esper¨¢bamos¡±, asegura este oficial de segunda de mantenimiento cinco meses despu¨¦s del susto. Siguen sin empleo y a punto de quedarse sin paro por haber consumido buena parte de la prestaci¨®n en expedientes de regulaci¨®n temporal de empleo.
Apenas se hab¨ªa sabido de ellos, hasta que el jueves el debate sobre los nuevos modelos de contratos municipales, en el origen de la huelga de limpieza viaria que llev¨® la suciedad de Madrid a todos los telediarios hace dos semanas, estall¨® en el pleno m¨¢s bronco del mandato de Ana Botella. La ideolog¨ªa del PP y la reforma laboral son ¡°lo que m¨¢s progreso ha tra¨ªdo a la historia de la humanidad¡±, dijo la alcaldesa en una sesi¨®n en la que hubo hasta insultos.
El Ayuntamiento de Madrid inici¨® hace un a?o el proceso de renovaci¨®n de los servicios p¨²blicos con un nuevo modelo que agrupa los contratos y se centra en los est¨¢ndares de calidad soslayando los medios para lograrlos. Se exige que la calle est¨¦ limpia o las papeleras vac¨ªas sin tener en cuenta cuanto personal hace falta para ello. El Gobierno municipal destaca la calidad, el ahorro para los madrile?os y las ¡°sinergias¡± del sistema. Sin embargo, ha retirado de los pliegos la obligatoriedad de asumir las plantillas que cubr¨ªan el servicio hasta ahora.
El oficial de segunda de mantenimiento Antonio Mart¨ªn sigui¨® la huelga de los barrenderos con algo de envida. ¡°Nosotros no tenemos ese poder, no podemos dejar las calles sin barrer como ellos, no somos tantos. Nadie hubiera notado nuestra protesta¡±, asegura. Mart¨ªn, que durante 22 a?os al servicio del Ayuntamiento pas¨® de contrata en contrata cada vez que se renovaba la adjudicaci¨®n, se ha quedado esta vez en la calle.
Desde agosto pleitea junto a sus compa?eros para intentar demostrar que les rige el convenio de la construcci¨®n, que obliga a subrogar a los trabajadores m¨¢s all¨¢ de las condiciones que fije el Ayuntamiento, en lugar del convenio del metal, que no contempla ese mandato.
M¨¢s conflictos a la vista
?El pr¨®ximo contrato integral que ser¨¢ adjudicado ser¨¢ el que aglutina a los trabajadores que se encargan del alumbrado p¨²blico, los sem¨¢foros, los t¨²neles y el mantenimiento de la M-30. Las plicas se abren el 9 de diciembre. Hay convocadas huelgas para ese d¨ªa y el siguiente.
?Los empleados de las contratas de mantenimiento de los jardines hist¨®ricos est¨¢n a la expectativa de una nueva adjudicaci¨®n, igual que los que arreglan el pavimento.
?El contrato que iba a ser pionero del nuevo modelo, el del servicio de recogida de basuras, ser¨¢ el ¨²ltimo. Qued¨® desierto hace un a?o porque solo se present¨® una oferta, que ped¨ªa m¨¢s dinero del propuesto por el Ayuntamiento. Se est¨¢n ultimando unos nuevos pliegos de condiciones.
Su suerte es parecida a la de los empleados de la lavander¨ªa central de los hospitales de la Comunidad de Madrid. Sanidad ha privatizado el servicio, lo que supone reducciones de sueldo de hasta un 40%: del mileurismo a unos 600 euros al mes por empleado. Ayer acab¨® un encierro de 11 d¨ªas. El servicio cambia hoy de manos con la plantilla en permiso retribuido de forma indefinida en tanto se aclare la situaci¨®n.
Los argumentos y la f¨®rmula no son nuevos. Hace m¨¢s de un a?o, la Comunidad de Madrid agrup¨® en contratos m¨¢s reducidos los servicios de limpieza de los institutos de secundaria y de los centros de salud, con ahorros de hasta el 30% en el precio y consecuencias similares para los trabajadores. En ambos casos se recortaron las jornadas y los efectivos, adem¨¢s de reducirles los sueldos.
La situaci¨®n de las limpiadoras de instituto fue denunciada por CC OO y UGT y lleg¨® al Tribunal Superior de Justicia de Madrid, que ha anulado las reducciones de jornada. La adjudicataria, Eulen, recurri¨® la sentencia. Sanidad mult¨® con 70.000 euros a las contratas de los centros de salud por incumplimiento parcial del contrato.
La Inspecci¨®n de Trabajo consider¨® ¡°insuficiente¡± el actual personal y ha requerido que los responsables aumenten el n¨²mero de horas. ¡°Este modelo de negocio no se sostiene, hay que establecer unos m¨ªnimos de calidad e higiene, pensar despu¨¦s en la plantilla y calcular a partir de ah¨ª el precio, no al rev¨¦s¡±, critica Jes¨²s Mart¨ªn, presidente de la Asociaci¨®n de Empresarios de limpieza de Madrid (AELMA) que dio la voz de alarma hace m¨¢s de un a?o, cuando las limpiadoras de institutos se echaron a la calle con mucho menos eco que los barrenderos. ¡°Sanidad y Educaci¨®n reconocen ahora que la f¨®rmula no funciona y deben cambiar esos contratos, nuestros argumentos est¨¢n calando¡±, a?ade el representante de AELMA.
Portavoces oficiales de ambas consejer¨ªas niegan que se vayan a rescindir los contratos. En Educaci¨®n se?alan, adem¨¢s, que ¡°solo el 3% de los centros¡± ha presentado alguna incidencia revisada por la comisi¨®n de seguimiento del contrato, sin que hasta ahora se hayan impuesto sanciones.
Las Administraciones tienen que ahorrar. Madrid, con una deuda que ronda los 7.000 millones de euros, redujo 630 millones tras adjudicar el servicio de limpieza viaria y jardines a cuatro empresas por 1.943 millones de euros. Las adjudicatarias (OHL, FCC, Ferrovial y Sacyr) a?adieron 180 millones para obras. Puntuaba sobre todo la que m¨¢s bajara la oferta econ¨®mica y m¨¢s subiera el dinero para arreglos. Tres de las cuatro empresas plantearon m¨¢s de un millar de despidos y rebajas sustanciales de sueldo que desembocaron en una huelga de 13 d¨ªas y las im¨¢genes de los desperdicios a pie de calle copando las portadas internacionales.
La protesta acab¨® sin despidos, pero con un expediente de regulaci¨®n temporal de empleo de un mes y medio por trabajador. Eso equivale a un 12% menos de plantilla para limpiar Madrid. El mismo d¨ªa que acabaron los paros, la alcaldesa Ana Botella pidi¨® una ley de huelga ¡ªel real decreto que regula este derecho es de 1977¡ª y Mariano Rajoy cogi¨® el guante con una propuesta para regular los servicios m¨ªnimos.
Tras la huelga de los barrenderos, los trabajadores que se encargan del alumbrado p¨²blico, los sem¨¢foros, los t¨²neles y el mantenimiento de la M-30 para el Ayuntamiento de Madrid han convocado huelgas preventivas a partir de los d¨ªas 9 y 10 de diciembre. El contrato que aglutina estos servicios a¨²n no se ha adjudicado, pero temen una sangr¨ªa de despidos o recortes considerables de sueldo.
Los contactos y las negociaciones son continuos. El 9 de diciembre se abren las plicas. Los que se encargan de los jardines hist¨®ricos est¨¢n a la expectativa, igual que los que arreglan el pavimento, pendientes tambi¨¦n de lo que fije su contrato.
El portavoz municipal del PSOE, Jaime Lissavetzky, ha pedido copia de los contratos para el mantenimiento de alumbrado y denuncia, tras revisar las ofertas para limpieza viaria, que supon¨ªan hasta 2.900 empleos que el Ayuntamiento obvi¨® u ocult¨®.
David Ortega (UpyD) critica que el contrato est¨¢ ¡°mal planteado¡± por intentar articular servicios de bajo coste en la capital. El Ayuntamiento da por zanjado el conflicto de la limpieza y advierte de que ¡°no va a cambiar¡± el modelo de contratos ni a ¡°imponer el n¨²mero de trabajadores a las empresas¡±, seg¨²n el concejal de Medio Ambiente, Diego Sanjuanbenito. La Defensora del Pueblo ha pedido al Ayuntamiento que recapacite.
El oficial de segunda de mantenimiento Mart¨ªn y el resto de la plantilla denunciaron ante la oficina del Defensor del Pueblo su ¡°indefensi¨®n e inseguridad jur¨ªdica¡±. De un d¨ªa para otro, se quedaron ¡°en la calle, sin trabajo, sin ingresos, sin indemnizaciones¡±, le explicaban a la defensora, Soledad Becerril, en su queja.
¡°Est¨¢n abocando a 56 familias a la exclusi¨®n social. ?C¨®mo vamos a pagar nuestras hipotecas? ?C¨®mo vamos a dar de comer a nuestros hijos?¡±. La respuesta, le¨ªda en el pleno por la edil Raquel L¨®pez (IU), daba un rev¨¦s al Ayuntamiento. Becerril pide al equipo de Botella que ¡°extreme la diligencia y agote los medios previstos en la ley, para favorecer la estabilidad en el empleo de los trabajadores afectados por nuevas concesiones¡± y le recuerda que puede introducir cl¨¢usulas para ¡°combatir el paro y establezcan penalidades para caso de incumplimiento¡± o ¡°incluso hacerlo obligatorio¡±.
El Ayuntamiento considera que finalmente no ha habido despidos entre los barrenderos por la ¡°flexibilidad¡± de la reforma laboral. A los 56 expulsados de mobiliario urbano se suman otros 350 empleados de limpieza viaria que no fueron subrogados. La gran promesa electoral del PP para las municipales de 2011 fue crear 150.000 empleos en cuatro a?os. Desde entonces, el paro en Madrid ha aumentado casi cinco puntos, 55.000 personas m¨¢s hasta superar los 309.000 parados, seg¨²n datos municipales.
La concejala Raquel L¨®pez (IU) ha llevado 27 veces a plenos y comisiones el asunto de los contratos integrales desde 2010. Su partido denuncia que el Ayuntamiento no puede ser ¡°parte de la cadena de precariedad¡± laboral instalada con la crisis econ¨®mica. L¨®pez visita adem¨¢s asiduamente asociaciones de vecinos para pedirles ¡°que se solidaricen con lo que est¨¢ pasando e intentar evitar que se criminalice la huelga¡±. La m¨¢s sonada, a?ade, est¨¢ por llegar.
El buque insignia de los reajustes del servicio, el contrato que el Ayuntamiento intent¨® gestionar el primero y que finalmente ser¨¢ el ¨²ltimo, es el que rige el servicio de recogida de basuras. Qued¨® desierto hace un a?o porque solo se present¨® una oferta con una propuesta econ¨®mica superior a la que fijaba el Ayuntamiento.
Una portavoz municipal se?ala que se est¨¢n ultimando los pliegos y que se sacar¨¢ a concurso ¡°cuanto antes¡±. La oposici¨®n le acusa de retrasar ¡°a prop¨®sito¡± esta adjudicaci¨®n y ¡°parcelar¡± los conflictos por miedo a una huelga a¨²n m¨¢s visible que la de los barrenderos.
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