El mundo m¨¢gico e imaginario de Zo¨¦

Esta vez no se podr¨¢ sentir esa extra?a sensaci¨®n que invad¨ªa al espectador como de saltar a otra dimensi¨®n al traspasar los pesados cortinajes que daban entrada a la grand chapiteau, la enorme carpa azul y amarilla que se ha convertido en una especie de se?a de identidad del Circo del Sol.

La compa?¨ªa canadiense regresa a M¨¢laga desde este jueves y hasta el domingo 8 ¨Cdespu¨¦s viaja a Sevilla, donde estar¨¢ del 18 al 22 de diciembre- con su espect¨¢culo Quidam, pero esta vez adapt¨¢ndolo a las dimensiones del Palacio de los Deportes Mart¨ªn Carpena, tal y como ya ha hecho recientemente en recintos de otras ciudades europeas, como el Lanxess de Colonia o el Royal Albert Hall de Londres.

Pero la ausencia de la gran carpa circense no resta un ¨¢pice de atractivo y fantas¨ªa a Quidam, uno de los tres montajes m¨¢s importantes de la historia de la compa?¨ªa y una de sus ¡°columnas vertebrales¡±, en palabras de su director en Europa, Shawn Kent.

El montaje podr¨¢ verse en M¨¢laga y en Sevilla

Estrenado en Montreal en 1996, Quidam re¨²ne todos los ingredientes que cualquier espectador puede esperar de un espect¨¢culo del Circo del Sol. Las acrobacias copan gran parte del montaje, con sorprendentes n¨²meros de aros a¨¦reos, pir¨¢mides humanas, banquines, contorsiones, equilibrismos, ruedas alemanas y trapecios de cuerda. Y el humor est¨¢ garantizado con la actuaci¨®n de un clow que aporta una visi¨®n contempor¨¢nea del payaso tradicional.

Tampoco falta en Quidam ¨Cque puede traducirse como ¡°transe¨²nte an¨®nimo¡±- su esencia teatral, una constante en todos los espect¨¢culos del Circo del Sol.

¡°Quidam no lleva al espectador a un mundo imaginario de sorpresas y magia, al contrario, nos muestra una emanaci¨®n de nuestro propio mundo, habitado por gente real, con defectos y problemas relevantes. La protagonista, la peque?a Zo¨¦, est¨¢ aburrida; sus padres, distantes y ap¨¢ticos, la ignoran. Su vida ha perdido todo significado. Buscando el llenar ese vaci¨® dentro de su existencia, ella misma se introduce en un mundo m¨¢gico e imaginario - el mundo de Quidam - donde conoce a personajes que la motivan a liberar su alma¡±, explica el director de Quidam, Franco Dragone.

M¨¢s de 50 artistas procedentes de todo el mundo y un equipo t¨¦cnico de m¨¢s de 30 personas hacen posible este espect¨¢culo, en el que la m¨²sica juega un papel primordial. Las composiciones creadas por el canadiense Benoit Jutras, miembro de la compa?¨ªa, son interpretadas en vivo por seis m¨²sicos que tocan una gran variedad de instrumentos, como el viol¨ªn, violonchelo, percusiones, saxofones, guitarras cl¨¢sica y el¨¦ctrica, y teclados. Y el m¨¢s dif¨ªcil todav¨ªa: todo sin perder de vista los movimientos de los artistas, ya que la m¨²sica ha de ir sincronizada con los n¨²meros.