La hucha del proletariado

¡°A Federico Garc¨ªa Lorca se le considera un autor cumbre del siglo XX, se le estudia en universidades de todo el planeta, sus obras se representan en Pek¨ªn, Berl¨ªn, Nueva York¡­ Y a d¨ªa de hoy, sigue enterrado en un puto barranco, sin nada que lo identifique. ?Crees que en Inglaterra podr¨ªan tener a Shakespeare en el fondo de un pantano? ?Que el gobierno alem¨¢n consentir¨ªa que Brecht estuviese en una acequia? ?Que el ruso olvidar¨ªa a Ch¨¦jov bajo un solar?¡±. Los di¨¢logos de La chica de la agencia de viajes nos dijo que hab¨ªa piscina en el apartamento no tienen desperdicio. Sus coautores, el director y dramaturgista Pablo Gisbert y las actrices Tanya Beyeler y Cris Celada, disparan con bala y en la direcci¨®n oportuna. Parecen en paz consigo mismos y en guerra con el mundo, parafraseando a uno de sus personajes.

La compa?¨ªa barcelonesa El Conde de Torrefiel rehace el teatro de ideas desde una perspectiva actual: las que vierten en esta funci¨®n no son el sustento de una trama dram¨¢tica, como en Ibsen y sucesores, sino que aparecen enunciadas en los extensos mon¨®logos con los que una morena y una rubia dialogan durante un ocioso fin de semana playero. A micro, con agudo sentido del humor y con un tono neutro que no dista del que el grande de los grandes almacenes usa por megafon¨ªa para anunciar las ofertas expuestas en la planta quinta, Cris Celada y Tanya Beyeler, actrices certeras, arrojadas e imperturbables, teorizan en zapatillas sobre el giro moral que la humanidad ha dado con el cambio de siglo, la funci¨®n perversa que cumplen el orden y la geometr¨ªa y la relaci¨®n de ciertos gobiernos con sus cinematograf¨ªas, pero tambi¨¦n sobre el sexo y el amor.

La presencia de protagonista y deuteragonista como int¨¦rpretes solistas ¨²nicas, su entonaci¨®n desrealizada y las elocuentes intervenciones en momentos clave de un coro polimorfo pero mudo, emparentan formal y ¨¦ticamente con la tragedia esqu¨ªlea esta pieza teatral de est¨¦tica y concepto tan contempor¨¢neos. Hay tambi¨¦n un corifeo (ora heavy solista, ora relaciones p¨²blicas de una fiesta, que devendr¨¢ en org¨ªa en el ¨¦xodo), al que Gisbert, con suma iron¨ªa, hace desempe?ar el papel del ¨¢ngelos (mensajero).

En el trazo del montaje y del escenario (un suelo blanco prolongado en una pantalla donde se proyectan parte del di¨¢logo y el relato del narrador omnisciente), el director valenciano trae el pop art a colaci¨®n (?esos recortes apastelados con los que Octavio Mas ilustra la org¨ªa!), pero tambi¨¦n el arte conceptual (v¨¦ase la escult¨®rica amalgama desnuda que forman las dos chicas). Un espect¨¢culo espiritoso, dial¨¦ctico y dulcemente corrosivo.

LA CHICA DE LA AGENCIA¡­

Texto: Pablo Gisbert, Tanya Beyeler y Cris Celada. Dramaturgia y direcci¨®n: P. Gisbert. Int¨¦rpretes: C. Celada, T. Beyeler, Gloria March Chulvi, Isaac Torres, Tatiana Garland, Andreu Mart¨ªnez, David Mallols, Amaranta Velarde, Alejandro Ruffoni. Luz: Octavio Mas. Compa?¨ªa: El Conde de Torrefiel. Teatro Pradillo. Hasta el 8 de diciembre.