El juez absuelve a Albiol pese a admitir que ¡°ofendi¨®¡± a los gitanos rumanos

El alcalde de Badalona, Xavier Garc¨ªa Albiol, se pas¨® de frenada cuando afirm¨® que todos los gitanos rumanos que viven en la ciudad son delincuentes. Esa y otras expresiones, junto a la difusi¨®n de unos panfletos xen¨®fobos cuando era jefe de la oposici¨®n, ¡°ofendieron¡± al colectivo. Son las conclusiones del juez, que sin embargo ha absuelto a Albiol porque cree que no pretendi¨® incitar al odio contra los gitanos rumanos, sino solo dar a conocer un problema que afectaba a vecinos de los barrios de la periferia.

¡°Calificar a alguien de delincuente es ofensivo y vejatorio¡±, dice el juez, quien recuerda que la libertad de expresi¨®n no ampara el insulto. Pese a que esas expresiones, empleadas por Albiol en 2010, ¡°formaban parte de una actividad pol¨ªtica¡±, fueron ¡°una patente e innecesaria exageraci¨®n¡±. Para explicar problemas de incivismo, a?ade el titular del juzgado de lo penal n¨²mero 18 de Barcelona, Ignacio de Ram¨®n, ¡°no hac¨ªa falta decir que todos ellos eran delincuentes, vulnerando as¨ª el honor de quienes no hab¨ªan cometido ning¨²n delito¡±. Albiol tambi¨¦n llam¨® ¡°plaga¡± y ¡°lacra¡± al colectivo.

Esas consideraciones tienen, en realidad, poca importancia. El proceso penal, incide el juez, ¡°no tiene como finalidad valorar la personalidad del acusado ni su conducta en general, ni juzgar sus declaraciones desde un punto de vista moral o pol¨ªtico¡±. El objetivo es dirimir si cometi¨® un delito. Y el juez concluye que no. El fiscal de delitos de odio Miguel ?ngel Aguilar y SOS Racismo ¡ªque ejerci¨® la acusaci¨®n particular¡ª pidieron un a?o de c¨¢rcel para Albiol por un delito de provocaci¨®n a la discriminaci¨®n racial.

El concepto de ¡°provocaci¨®n¡±, admite el juez, se presta a interpretaciones. Salvo en una sola sentencia ¡ªla que conden¨® a casi tres a?os de prisi¨®n al librero neonazi Pedro Varela¡ª los jueces han tendido a interpretarlo de forma ¡°restrictiva¡±. As¨ª debe hacerse, concluye, en el caso de Albiol. Adem¨¢s, se?ala el juez, los casos no son comparables: Varela fue responsable de distribuir material con expresiones ¡°mucho m¨¢s graves¡± sobre, por ejemplo, los jud¨ªos. El Tribunal Supremo, recuerda el juez, entiende que debe haber una incitaci¨®n a cometer alg¨²n tipo de hecho contra el colectivo. El juez afirma que tendr¨ªa que haber ¡°argumentos extraordinariamente convincentes¡± para ir contra el criterio del Supremo, y rechaza aplicar las normas y tratados internacionales sobre derechos humanos esgrimidos por las acusaciones.

Ni los folletos ni sus declaraciones a los medios de comunicaci¨®n ¡°constituyeron una incitaci¨®n a realizar ning¨²n acto, salvo a votarle en las siguientes elecciones¡±. Y considera que no actu¨® ¡°con la finalidad de generar racismo, antisemitismo o discriminaci¨®n¡±. Sus actos ¡°pod¨ªan tener la intenci¨®n de poner de manifiesto un problema para que se le pusiera soluci¨®n, en favor de los ciudadanos¡±. Esa es la interpretaci¨®n m¨¢s favorable hacia el acusado y, por tanto, la que debe prevalecer.

El juez admite que, como se?al¨® la fiscal¨ªa, Albiol busc¨® conseguir el apoyo de los vecinos de los barrios perif¨¦ricos ¡ªLa Salut, Sant Roc, Llefi¨¤¡ª afectados por problemas de convivencia y e incivismo. Pero lograr votos, remacha, es una ¡°cosa perfectamente leg¨ªtima y no reprobable¡±.

Es ¡°comprensible¡± e incluso ¡°deseable¡±, matiza la sentencia, que se tenga ¡°una gran sensibilidad¡± en materia de racismo. Pero las declaraciones de Albiol no se dirigieron contra una etnia, sino un colectivo ¡°mucho m¨¢s reducido y muy concreto: los gitanos rumanos que resid¨ªan en Badalona¡±. M¨¢s bien, a?ade, al contrario: ¡°Albiol insiste siempre en que no quiere criticar a todos los rumanos, y que su relaci¨®n con los gitanos es excelente¡±. Tras conocer la sentencia, Albiol la tild¨® de ¡°justa¡± y exhort¨® a quienes le han acusado a disculparse. ¡°La justicia ha estado a la altura y ha sido justa para los que peor lo est¨¢n pasando y viven el problema¡±.