¡®Luzes¡¯ brilla en su estreno
La revista period¨ªstica despega con el objetivo de ser ¡°naci¨®n port¨¢til¡±
Los 200 ejemplares que volaron del ¡®stand¡¯ del Culturgal en Pontevedra y los 700 suscriptores y 1.700 ejemplares vendidos confirman que la criatura ha nacido sana y con buen peso. La revista ¡®Luzes¡¯ empez¨® fuerte este mes su aventura de la mano de sus directores, Xos¨¦ Manuel Pereiro y Manuel Rivas, que bebe en parte de aquella ¡®Luzes de Galicia¡¯ de los ochenta y noventa y del posterior y casi hom¨®nimo suplemento cultural de EL PA?S, del que ambos siguen siendo colaboradores. De la mezcla de trayectorias e ideas ¨C¡°yo quer¨ªa hacer la ¡®Rolling Stone¡¯ en Galicia y Manolo el ¡®New Yorker¡±- r¨ªe Pereiro, ha surgido un proyecto period¨ªstico ambicioso en la forma, porque recupera el papel y los textos largos en gallego, y en los objetivos. ¡°Una naci¨®n port¨¢til, en el sentido de espacio de creaci¨®n¡±, define Rivas.
Con Iago Mart¨ªnez como coordinador, la idea empez¨® a fraguarse hace m¨¢s o menos un a?o y entre las premisas iniciales parece que estuvo la de invertir todas las convenciones que sobre el devenir de la profesi¨®n se vienen repitiendo en los ¨²ltimos tiempos. ¡°Yo digo que el futuro es el papel, para cabreo del personal¡±, bromea Pereiro, que pasa a explicar que el auge de la informaci¨®n diaria en la web ha creado un d¨¦ficit de otras formas de periodismo escrito que ahora empiezan a cubrirse. Menciona el caso de ¡®Newsweek¡¯, que ha anunciado recientemente que recupera su versi¨®n impresa. ¡°Quisimos hacer una revista en la que escriba gente a la que le guste leer¡±, dice. Y entre estos se pueden contar a Santiago Jaureguizar, Agust¨ªn Fern¨¢ndez Paz, Manuel Jabois, Montse Dopico o Diego E. Barros, como muestras de una lista amplia y abierta, junto a un comit¨¦ de redacci¨®n no limitado a periodistas, con la presencia de Julio G¨®mez, Juan Janeiro, Ant¨®n Lado, Tati Mancebo, Manuel M. Barreiro, Bel¨¦n Regueira, Jos¨¦ Manuel Sande y Mar¨ªa Y¨¢?ez.
A la hora del enfoque, los impulsores se han fijado en el rigor. ¡°Hay una apuesta por lo que se cuenta y c¨®mo se cuenta, una autoexigencia que espero que se note¡±, indica Rivas. Pereiro coincide. ¡°Somos muy ¡®repunantes¡¯. No vale mandar rollos. Alentamos las propuestas pero los textos se editan y a veces se devuelven, se miran por el forro y el env¨¦s¡±.
¡°El soporte supone una segunda vida. Inserta ensayo, narraci¨®n, poes¨ªa [¡] para recuperar el periodismo de las preguntas esenciales, de los porqu¨¦s¡±, apunta Rivas, que desarrolla la idea: ¡°En medio de esa crisis existencial del periodismo hay un cierto orgullo de reivindicarlo como un bien com¨²n, de que su naturaleza es la misma que puede tener el pan, el agua o la leche. Reivindicamos a ese tipo de gente que a¨²n lleva el pan debajo del brazo, ese Ulises contempor¨¢neo. El Leopold Bloom que se mete en el ¡®toilet¡¯ a leer el peri¨®dico¡±. La propuesta parece haber calado. Con las debidas cautelas, Pereiro indica que las expectativas son buenas, que las llamadas de interesados en distribuir la revista llegan desde librer¨ªas hasta grandes superficies. Estos d¨ªas se prepara el segundo n¨²mero, que se vive ¡°con una cierta excitaci¨®n er¨®tico creativa¡±, seg¨²n siente Rivas. Si en el primer n¨²mero se apost¨® por la Rosal¨ªa de Castro ¡®queer¡¯, para el a?o que entra uno de los retos es, cuenta Pereiro, ¡°retratar ese Santiago confuso, del C¨®dice Calixtino, la Xunta y ese Pazo de Raxoi en que est¨¢ imputado todo el mundo¡±
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