El primer refugiado de CEAR
Sheikh Omar Kalokoh llam¨® a las puertas en 1989 de una ONG, que brinda ayuda a los refugiados y atiende a 4.000 inmigrantes al a?o
Sheikh Omar Kalokoh tiene 58 a?os, natural de Sierra Leona. A finales de los 80 lleg¨® a Bilbao, buscaba asilo como desertor del ej¨¦rcito de su pa¨ªs. El a?o pasado llegaron a Espa?a 2.600 personas que, al igual que Kalokoh, perseguidas en sus pa¨ªses, buscan protecci¨®n. De ¨¦stas, unas 100 recalan en el Pa¨ªs Vasco, seg¨²n datos de la ONU, y a las que atiende la Comisi¨®n Espa?ola de Ayuda al Refugiado (CEAR) Euskadi, que el pasado martes recibi¨® el premio Ren¨¦ Cassin por su defensa de los derechos humanos de manos del lehendakari, I?igo Urkullu.
Esta ONG, fundada en 1989 ¡ª10 a?os antes naci¨® la matriz nacional¡ª, acompa?a a las personas que solicitan asilo no s¨®lo prest¨¢ndoles atenci¨®n jur¨ªdica, tambi¨¦n social, econ¨®mica, de vivienda, de idioma, de trabajo... enumera el presidente de CEAR Euskadi, Javier Galparsoro, fundador de la instituci¨®n, que atiende a un promedio de entre 3.000 y 4.000 personas al a?o. ¡°Tambi¨¦n hemos ampliado nuestro espectro a los inmigrantes m¨¢s vulnerables¡±, explica Galparsoro.
El abogado fund¨® la ONG junto a otro colega de profesi¨®n, ¡°dos lun¨¢ticos¡±, que se sintieron ¡°fascinados por toda aquella gente que empez¨® a venir de ?frica¡± con demasiadas historias de persecuci¨®n a sus espaldas.
Galparsoro, de los miles de casos que ha atendido, recuerda de forma especial dos. Cuando viaj¨® a principios de los 90 hasta Skopje, la capital de Macedonia, para acompa?ar hasta Euskadi a 120 bosnios, que hu¨ªan de la guerra, y que acogieron seis municipios vascos. ¡°Salimos de Madrid a las cinco de la ma?ana y por la noche llegamos a Foronda. Ni salimos del aeropuerto de Macedonia pero la imagen es imborrable. Aquellas naricillas pegadas al cristal. Ser¨ªa un ocho, 10 de diciembre¡±, rememora Galparsoro, incapaz de olvidar a ¡°esos ni?os, a aquellas se?oras mayores vestidas por completo de negro¡±. Y la gran acogida que tuvieron en Euskadi.
La segunda imagen que se cruza por la cabeza del presidente de CEAR Euskadi es la del entierro que tuvo que organizar para un joven de Guinea Conakry. Lleg¨® como poliz¨®n hasta el puerto de Bilbao, donde fue encontrado pr¨¢cticamente muerto en las aguas de la R¨ªa. Nunca supo su nombre, nunca pudo llamar a su familia para contarles que su hijo hab¨ªa muerto, pero intent¨® que su despedida tuviera la dignidad que merece cualquier persona. Organiz¨® un entierro musulm¨¢n y sus restos descansan en el cementerio de Barakaldo.
Las cifras
El a?o pasado llegaron hasta Espa?a 2.600 personas en busca de asilo. De las que 100 recalaron en Euskadi, seg¨²n datos de la ONU. En todo el mundo hay 42,5 millones de refugiados, de los que 330.000 llegan a Europa cada a?o.
Del total de refugiados que llegan a Espa?a muy pocos consiguen que se les reconozca como tal. El primer tr¨¢mite administrativo deja entre un 20 y un 30% de estas personas fuera del proceso. La segunda fase se salda con un 90% de rechazos, seg¨²n datos de CEAR.
CEAR Euskadi prev¨¦ para el pr¨®ximo a?o un repunte en la llegada de personas procedentes de Siria y de Mal¨ª en busca de asilo.
CEAR Euskadi ha crecido en estos m¨¢s de 30 a?os de historia hasta conformar un equipo de unas 33 personas. Abogados, asistentes sociales y periodistas intentan ayudar a las personas que solicitan asilo. ¡°Es muy complicado coger a una persona que viene de fuera, de lejos, que no conoce la cultura del sitio al que llega, que tiene otra religi¨®n y que viene asustado¡±, ilustra Galparsoro.
Una sensaci¨®n que Kalokoh todav¨ªa no ha podido olvidar. ¡°Al principio todo es raro, muy duro¡±, explica abrumado por tel¨¦fono desde Helsinki, ¡°la cultura, el idioma, la manera de pensar es diferente, todo es extra?o¡±. Kalokoh prefiere no dar detalles de qu¨¦ le empuj¨® a salir de su pa¨ªs y se limita a asegurar que ¡°motivos pol¨ªticos¡± pero a continuaci¨®n y sin que se le pregunte agradece la labor de instituciones como C¨¢ritas Bizkaia y Logro?o ¡ªposteriormente se mud¨® a un pueblo de La Rioja¡ª. ¡°Tuve una suerte enorme, a todo el mundo no le pasan estas cosas¡±, confiesa Kalokoh que recal¨® en Bilbao tras una traves¨ªa de huida que primero le llev¨® a Canarias y Barcelona. No consigui¨® el asilo ¡ªel 90% de las personas que lo solicitan en Espa?a, tampoco¡ª pero pudo regularizar su situaci¨®n por otros cauces.
Tras conseguir asentarse en La Rioja, encontr¨® trabajo en una f¨¢brica de muebles y luego perderlo, Finlandia se dibuj¨® en su horizonte. Tiene dos hijos, una chica de 18 a?os y un chico de 15, vive separado y trabaja en ¡°una empresa de alojamiento¡±.
Galparsoro tambi¨¦n tiene otra imagen grabada en la memoria, la de la primera persona que acudi¨® en su auxilio en busca de asilo, y que le empuj¨® a fundar CEAR. El abogado trabajaba de asesor externo de Cruz Roja en 1989 cuando ¡°una persona de Sierra Leona llam¨® a la puerta de la ONG. Dijo que se sent¨ªa perseguida y que quer¨ªa pedir asilo pol¨ªtico¡±. El presidente de CEAR Euskadi se compr¨® un mapamundi para saber donde estaba Sierra Leona y luego un libro donde se recog¨ªa la normativa reguladora de la ley del asilo. ¡°Siempre lo he dicho. No es habitual que demos nombres de nuestros clientes por cuestiones de confidencialidad, pero lo tengo grabado: Sheikh Omar Kalokoh¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.