Barcelona: algo m¨¢s que cruceros y enventos
Necesitamos un pacto de ciudad que priorice las pol¨ªticas destinadas a combatir la creciente desigualdad social
La elecci¨®n de Barcelona como capital europea del voluntariado 2014 es una muy buena noticia para las personas voluntarias, para las entidades sociales que cuentan con su colaboraci¨®n desinteresada y para la sociedad en general. La distinci¨®n nos permitir¨¢ poner en valor el reconocimiento de su trabajo, pero sobre todo tendremos ocasi¨®n de reflexionar y definir m¨¢s claramente su funci¨®n, que no debe identificarse con la posibilidad de cubrir determinados servicios a bajo coste.
Estamos acostumbrados a que Barcelona se proyecte como ciudad tur¨ªstica por excelencia, escala de cruceros de lujo, sede de un sinf¨ªn de congresos y exposiciones, e incluso ¨²ltimamente escenario de bodas millonarias de magnates internacionales. Si todo ello contribuye al esplendor de nuestra ciudad, bienvenido sea, siempre y cuando se conserven los valores que la han hecho tan atractiva.
Sin embargo, creo que Barcelona deber¨ªa distinguirse tambi¨¦n por ser una ciudad inclusiva en la que todas las personas se sintieran actores corresponsables de un proyecto com¨²n de ciudad, capaz de ofrecer un entorno donde vivir dignamente y en cuya construcci¨®n poder participar desde la proximidad. Hoy, en muchos de nuestros barrios no se dan estas condiciones. Las situaciones de pobreza severa que sufren familias sin ning¨²n ingreso, con todo tipo de privaciones y d¨¦ficits sociales y econ¨®micos, hace que buena parte de la poblaci¨®n se sienta muy lejos de congresos, cruceros y bodas suntuosas.
No podemos aceptar la inactividad como modelo de vida y, desgraciadamente, gran parte de nuestros j¨®venes viven hoy atrapados en ella
El Ayuntamiento deber¨ªa gobernar para todos los ciudadanos con el objetivo de responder a las necesidades de cada una de las personas que viven en cualquier rinc¨®n de la ciudad. Una de las responsabilidades de los poderes p¨²blicos es actuar para construir una sociedad cohesionada y redistribuir las riquezas de manera que se evite la exclusi¨®n y el riesgo a la fractura social, lo cual significa priorizar pol¨ªticas que compensen las desigualdades que nuestro modelo socioecon¨®mico genera y acrecienta cada d¨ªa en mayor medida.
El hecho de contar con unas arcas municipales econ¨®micamente saneadas deber¨ªa traducirse en una mayor inversi¨®n en pol¨ªticas sociales, priorizando a las personas por encima de los intereses econ¨®micos privados. Un acci¨®n de gobierno justa ser¨ªa aquella que permitiera a todos los ciudadanos ejercer plenamente sus derechos y deberes, disfrutar de un acceso equitativo a unos servicios de calidad, participar democr¨¢ticamente en la vida de la ciudad y ser valorados como personas con las diferencias, libertades y peculiaridades que cada uno tenga.
El ¡®Acuerdo ciudadano para una Barcelona inclusiva¡¯, firmado por numerosas entidades sociales y que en tiempos de bonanza signific¨® un motor transformador de la ciudad a favor de la cohesi¨®n y contra la pobreza, debe recuperar su potencialidad e identificar ciertos ejes de actuaci¨®n prioritaria, sobrepasando incluso el marco competencial que le corresponde dada la naturaleza espec¨ªfica de su capitalidad.
Me refiero a incrementar la vivienda social para cubrir el d¨¦ficit actual, estudiar una nueva prestaci¨®n que aglutine las diferentes ayudas existentes y garantice una renta de subsistencia para las personas que no disponen de los ingresos necesarios, y proteger a la familia como recurso para crear un entorno educativo y de seguridad para la infancia. Sin estos esfuerzos, la pesada losa del fracaso escolar que arrastramos desde hace a?os continuar¨¢ lastrando nuestro desarrollo.
Por ¨²ltimo, necesitamos un pacto de ciudad que genere actividad para las personas que no tienen trabajo. No podemos aceptar la inactividad como modelo de vida y, desgraciadamente, gran parte de nuestros j¨®venes viven hoy atrapados en ella.
Quiz¨¢s con motivo del a?o europeo del voluntariado, Barcelona podr¨ªa a?adir un nuevo m¨¦rito por el cual ser reconocida en Europa: el de contar con una ciudadan¨ªa activa que cree en el valor de la colaboraci¨®n de todos los miembros de la comunidad y trabaja para el bien com¨²n. Esta actitud podr¨ªa convertIrse en un recurso formativo de desarrollo personal y preparaci¨®n para el mundo laboral que favorecer¨ªa, adem¨¢s, la emergencia de nuevas profesiones y oportunidades de convivencia y solidaridad.
Aprovechemos el a?o para trabajar en esa direcci¨®n y lograr que todas las personas pueden aportar y, a la vez, recibir algo del resto de la ciudadan¨ªa.
Teresa Crespo, presidenta de Entitats Catalanes d'Acci¨® Social
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