La belleza, al servicio de la codicia
En El feo, Marius von Mayenburg muestra el sencillo entramado de instintos b¨¢sicos
Dinero y deseo, motores de la econom¨ªa de libre mercado. En El feo, Marius von Mayenburg muestra, a trav¨¦s de un tajo seco transversal, el sencillo entramado de instintos b¨¢sicos que motivan las decisiones de compra y venta en el capitalismo. Lette, su protagonista, ingeniero cuyo imaginario y afectos se sit¨²an al margen del mundo empresarial donde trabaja, recibe, en la primera escena, un rev¨¦s formidable: su jefe le ha apartado de la presentaci¨®n p¨²blica del invento que ¨¦l ha concebido y desarrollado, porque "su cara no vende".
Sembrado el germen de la desconfianza en s¨ª mismo (y del desamor propio consiguiente), Lette, feliz ignorante de su fealdad hasta entonces, le pide a su esposa que le confiese si, adem¨¢s de admirarle, le gusta; y en vista de que no mucho, decide operarse para competir con esas hermosuras a las que una mayor¨ªa de empresas fichan para el mostrador de ventas.
Las l¨ªneas maestras y el detalle de la par¨¢bola est¨¢n trazados por Mayenburg con claridad y firmeza, como las de los cuentos de los hermanos Grimm. Buscando recobrar la dignidad personal que la decisi¨®n de su jefe le ha arrebatado, Lette se embarca en una peripecia que acabar¨¢ adentr¨¢ndole en ese lado del espejo al que su ingenuidad, su integridad moral y su desafortunada fisonom¨ªa le ten¨ªan vedado el paso.
EL FEO
Autor: Marius von Mayenburg. Int¨¦rpretes: ?scar de la Fuente, Rebeca Valls, Mario Tard¨®n y Fran Calvo. Escenograf¨ªa y vestuario: M¨®nica Boromello. Luz: David Elcano y Ra¨²l Alonso. Direcci¨®n: Paco Montes. Teatro del Arte, hasta el 29 de diciembre.
El joven autor alem¨¢n encadena sin soluci¨®n de continuidad escenas breves bienhumoradas, corrosivas y certeras, lo que obliga a sus cuatro int¨¦rpretes a cambiar de papel a la vista y sobre la marcha, sin oscuros ni mutaciones escenogr¨¢ficas o de vestuario que retarden el ritmo vivaz con que se suceden los saltos en el espaciotiempo, las transfiguraciones de Lette (y del trato que a la vista de su nuevo rostro todos le dispensan), las dudas identitarias que le acechan a partir de entonces, los rituales de venta y de seducci¨®n que se ve obligado a interpretar¡
Paco Montes, su director, imprime en esta funci¨®n tan centroeuropea, cuyo ambiente opresivo evoca el que V¨¢clav Havel crea en El comunicado (retrato de la empresa en las econom¨ªas de planificaci¨®n centralizada), una luz, un tempo y un estilo interpretativo mediterr¨¢neos, que la vuelven acaso menos terrible y expresionista y m¨¢s divertida, sin perder calado. Los actores secundan su empe?o eficazmente y resuelven a cara descubierta, con humor y agilidad las mutaciones continuas de lugar, identidad y cronolog¨ªa. Firme eje sobre el que pivota el espect¨¢culo, ?scar de la Fuente exhala humanidad, bonhom¨ªa, rectitud y una debilidad de car¨¢cter muy al cabo de la calle. Rebeca Valls encarna con brillo a las tres evas de Ad¨¢n, Fran Calvo sopesa atinadamente la potestad de los personajes en que se biloca, y Mario Tard¨®n imprime un relieve suave a las figuras del subordinado trepa y del hijo castrado emocionalmente.
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