El r¨ªo negro

Es como un r¨ªo que se lo lleva todo por delante y en el que carece de sentido intentar aislar las corrientes que lo componen. Pasa raudo o calmo, pero pasa desliz¨¢ndose por la frontera de la orilla, humedeci¨¦ndola, haci¨¦ndola permeable, desgast¨¢ndola y calando, sin grandes alborotos, sin inundaciones. Es ese r¨ªo llamado Van Morrison, agua brotada de la m¨²sica popular, agua de incontables gotas hermanadas sin disimulo por la manera en la que el artista irland¨¦s tiene de transgredir las fronteras estil¨ªsticas hasta convertir la m¨²sica en un magma, en un r¨ªo espeso de lava negra en el que todo se une. No hay gotas, no hay objetos flotando, no hay materiales aislables en el fluir ¡­.es m¨²sica negra masticada por un blanco. Es la m¨²sica vista por Van Morrison.

En su sexta visita a Barcelona Van Morrison ofreci¨® un concierto impecable en el que no pareci¨® sudar. Es cierto, s¨ª, los conciertos del chaparro vocalista tienen un algo de piloto autom¨¢tico, de velocidad de crucero que hacen suponer, imaginar, c¨®mo debe ser un concierto en el que su protagonista vaya m¨¢s all¨¢ del irreprochable ejercicio de estilo que siempre despliega en escena.

O quiz¨¢s, simplemente, ya no valga la pena pensar en nada m¨¢s que en lo que se oye y ve, ya que a estas alturas un Van Morrison ya en el tramo apacible de su vida, est¨¢ para las emociones que expresa y no para las que sus seguidores m¨¢s din¨¢micos querr¨ªan sentir a trav¨¦s del desgarro de su voz, ya con menos empuje, o de unos arreglos m¨¢s impetuosos que erizasen la piel en lugar de acariciarla.

Que no sirva ello para hacer desdoro de un concierto que, record¨¦moslo, fue r¨ªo en el que todo, jazz, soul, blues, rhythm and blues, rock, versiones y temas originales, fueron un todo. Tambi¨¦n la fecha de las composiciones fue hermanada en el repertorio, donde convivieron temas de primer¨ªsima ¨¦poca como Moondance con gui?os de su ¨²ltimo trabajo como Close enough for jazz, todos ellos dichos bajo un sombrero que ocult¨® el ce?o de un se?or bajito a¨²n con reda?os.

Y, aunque no sea completa responsabilidad del se?or con reda?os, no estar¨ªa de m¨¢s plantearse los resultados art¨ªsticos de los conciertos en relaci¨®n con lo pagado por ellos. Si alguien pag¨® 190 euros y se plante¨® asuntos relativos a pilotos autom¨¢ticos, debi¨® sentir escozor.

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