Apenas uno de cada diez perceptores de ayudas sociales logra un empleo
El porcentaje se desplom¨® al 3% en octubre pasado, ¨²ltimo mes contabilizado
Lanbide ha empezado a salir en 2013 del agujero en el que se sumergi¨® el a?o pasado al asumir de golpe las dos principales ayudas sociales que se conceden en Euskadi, la Renta de Garant¨ªa de Ingresos (RGI) y el Complemento de Vivienda, al mismo tiempo que empezaba a gestionar las pol¨ªticas pasivas de empleo tras recibir su transferencia. Un atolladero que ha hecho que las ayudas sociales se hayan ¡°comido¡± el resto del Servicio Vasco de Empleo, seg¨²n ha reconocido el Gobierno.
En los primeros 12 meses, Lanbide ha priorizado dar respuesta a las solicitudes de ayudas en el peor momento de la crisis por delante de todo lo dem¨¢s, lo que ha permitido que se cumplan los plazos legales ¡ªdos meses de tramitaci¨®n¡ª para m¨¢s del 70% de expedientes, lo que antes no ocurr¨ªa. Si bien ese aspecto est¨¢ en v¨ªas de ser encauzado, el principal objetivo por el que hace dos a?os las ayudas sociales pasaron a ser gestionadas en Lanbide no se ha cumplido: evitar que los perceptores se cronifiquen en esa situaci¨®n e impulsarles a lograr una salida laboral.
¡°Lanbide no hace intermediaci¨®n laboral, que es la raz¨®n de su existir, y encima no gestiona bien la RGI¡±, lamentaba el consejero de Empleo y Pol¨ªticas Sociales, Juan Mar¨ªa Aburto, en febrero pasado, poco m¨¢s de un mes despu¨¦s de asumir la cartera.
Los datos, condicionados por la crudeza de la crisis, demuestran que la escasa intermediaci¨®n laboral que realiza Lanbide acaba en buen puerto y cun contrato de trabajo en muy contadas ocasiones. Concretamente, un promedio mensual del 13% entre 2012 y este a?o. Al mes, son 2.408 personas que han recibido ayudas sociales las que han conseguido alg¨²n tipo de contrato, cuando por t¨¦rmino medio las que no logran una alternativa a la de percibir dichas ayudas son otras 15.773. Los datos excluyen a los pensionistas que cobran una parte de la RGI y a los inmigrantes sin permiso de trabajo.
M¨¢s v¨ªas de acceso
De esos 2.400 contratos mensuales de promedio, el 16,4% ¡ª395¡ª son empleos indefinidos. Pero el porcentaje se ha reducido al 7% seg¨²n el ¨²ltimo dato disponible, de octubre pasado. El resto se trata de salidas laborales de car¨¢cter temporal, lo que hace que, en el mejor de los casos, los perceptores se alejen del sistema de garant¨ªa de ingresos durante una temporada y despu¨¦s accedan a cobrar el paro, a cuyo t¨¦rmino vuelven a la RGI. En algunos casos, detallan colectivos sociales, los contratos son solo por ¡°unas pocas horas¡±.
Si bien los promedios arrojan unos datos limitados, el an¨¢lisis mes a mes muestra c¨®mo la tendencia, lejos de apuntar a una mejora, indica reducciones extremas del n¨²mero de perceptores colocados, al menos temporalmente. Y es que la cifra de personas que reciben la RGI y pueden trabajar ha ido creciendo constantemente desde el mes de enero de 2012 ¡ªsolo hay ligeras ca¨ªdas en oto?o de ese a?o y en enero del actual ejercicio¡ª, pasando del m¨ªnimo de 15.034 a principios del a?o pasado a los 21.119 del pasado noviembre. En cambio, el n¨²mero de los que han logrado un contrato ha ido cayendo en picado, seg¨²n los datos aportados por el Gobierno en respuesta a la parlamentaria popular Laura Garrido.
En esta situaci¨®n, con el ¨²ltimo dato de contratos firmados, correspondiente a octubre de 2013, solo el 3,1% de los perceptores de la RGI que pueden trabajar lograron un empleo. Son 655, de ellos 43 indefinidos y el resto, temporales. Es el porcentaje m¨¢s reducido de los dos a?os en los que Lanbide ha asumido la atenci¨®n a los perceptores de ayudas y est¨¢ lejos del mejor dato ¡ªel 19,5% de perceptores que logran un empleo¡ª, alcanzado en enero de 2012. En ese a?o, los resultados no bajaron del 14%, mientras que en el actual en ninguno de los meses se ha alcanzado ese porcentaje.
El dato llega cuando se cumple el segundo aniversario de la modificaci¨®n legal que traslad¨® las ayudas sociales al Servicio Vasco de Empleo para impulsar la entrada al mercado laboral y que, en su tr¨¢mite parlamentario, supuso otros cambios para endurecer el acceso a la RGI y aumentar los controles.
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