?Felices fiestas!
El portavoz socialista repasa la situaci¨®n en la que se encuentra la capital en estas fechas
Insist¨ªa Dem¨®crito en que ¡°la vida sin fiestas es como un largo camino sin posadas¡±, por eso son tan necesarios para nuestro reposo estos d¨ªas que se avecinan. Necesarios y bienvenidos, porque ha resultado tan intenso el a?o, y tan abundante la sorna con que los siempre ingeniosos madrile?os han asistido a cada intervenci¨®n p¨²blica de los gobernantes de su ciudad, que es un gusto comprobar que a la postre todo acaba y que 2013 est¨¢ teniendo la consideraci¨®n y buen gusto de llegar a su punto final.
Se echa la vista atr¨¢s y casi todo parece horrible, especialmente para los m¨¢s de 250.000 parados registrados en nuestra ciudad y para aquellos sectores m¨¢s vulnerables en estos tiempos de crisis. Suele pasar: se tiende a desear que acabe el a?o que agoniza confiando en que el que llega sea m¨¢s generoso y justo con todos. Y es que, como insinu¨® el fil¨®sofo, el tiempo no es m¨¢s que el espacio de nuestros recuerdos, y es muy humano rechazar los m¨¢s cercanos mientras a?oramos los antiguos, esos que nunca volver¨¢n, o se conf¨ªa en los venideros, por si se muestran m¨¢s propicios.
Es natural pensar que haya muchos madrile?os que, repasando los logros de su Ayuntamiento, tengan razones sobradas para pensar que, han quedado en manos del banquillo, de un equipo suplente que, como sucede en el f¨²tbol, se alinea solo para los partidos de tr¨¢mite. Y Madrid no puede ser nunca un tr¨¢mite. Su alcaldesa o alcalde deben ser una persona con capacidad para gestionar los problemas reales de la ciudadan¨ªa a la que representa y con la suficiente fuerza para ilusionar y sumar a la gran mayor¨ªa en torno a un nuevo proyecto para Madrid. Es importante respetar los compromisos para generar estabilidad en la instituci¨®n. No podemos asistir a otro baile de sillas como el de este mandato, en el que ha habido cinco cambios de Gobierno. Sirva como ejemplo, el ¨¢rea de Las Artes, que ha tenido tres titulares diferentes en poco m¨¢s de dos a?os.
Eso explica que el Ayuntamiento de Madrid funcione a trompicones, que el caos adquiera cada vez un mayor protagonismo y que sus gobernantes tengan dificultades, incluso, para dar respuesta a las necesidades m¨¢s elementales de los vecinos.
Su alcaldesa debe ser una persona capaz de gestionar los problemas
La contaminaci¨®n aumenta; las basuras convirtieron las calles en intransitables; los turistas disminuyen; la gesti¨®n pol¨ªtica se ha rendido al negocio; la deuda de cada madrile?o es desmesurada; el fiasco de los Juegos Ol¨ªmpicos ha dejado a Madrid sin un plan B; la carencia de pol¨ªticas culturales ha empobrecido a los distritos; el ansia privatizadora desmorona la riqueza de Madrid; las tragedias no tienen responsable; las necesidades primarias azotan a muchos vecinos y hasta los mismos trabajadores municipales asisten, perplejos, al caos administrativo interno y al continuo vaiv¨¦n de las indecisiones de sus concejales.
Necesitamos construir una ciudad inteligente, que defin¨ªa Jos¨¦ Antonio Marina, como ¡°la que permite resolver las cuatro grandes necesidades y aspiraciones del ser humano (¡) sobrevivir, disfrutar, vincularse socialmente y ampliar las posibilidades vitales¡±. Una ciudad inteligente es la que favorece la consecuci¨®n de estos cuatro deseos. Y una ciudad est¨²pida es aquella que la entorpece. El tiempo de las ciudades inteligentes es, a la vez, el tiempo de las ciudades capaces de apostar simult¨¢neamente por la igualdad y la diversidad: igualdad para convivir y diversidad para vivir en ellas. Pero hoy no es tiempo de hurgar en desaguisados. Estamos en v¨ªsperas de d¨ªas festivos y con los ojos puestos en el a?o que va a nacer, y por tanto mi deseo es que no alborotemos en estas fechas de regocijo con el repaso de una realidad que nos disgusta. Olvidemos pues por unos d¨ªas nuestro enojo y dispong¨¢monos a estrechar lazos de afecto y fraternidad, tratando de pensar que cada vez queda menos para poder volver a presumir de la ciudad m¨¢s hermosa y cosmopolita del mundo, de una ciudad acogedora, libre, apacible, universal, entra?able, habitable y solidaria al servicio de sus vecinos, en lugar de obligar a los vecinos a cargar con el peso de estar al servicio de sus gobernantes. Una ciudad que un d¨ªa se convirti¨® en la f¨¢bula de Europa y que desde el extranjero fue calificada como la capital de la alegr¨ªa.
Sirvan estas palabras, en consecuencia, de felicitaci¨®n a todos los madrile?os en estas fiestas y para transmitirles mi confianza en el futuro, as¨ª como para expresarles mis mejores deseos para lo verdaderamente importante, que es la salud y el bienestar, en este a?o que empieza y en el que cuentan con mi compromiso de no descansar ni un instante hasta que cada madrile?o goce de la vida que merece y que ahora no le saben ofrecer.
Jaime Lissavetzky es el portavoz socialista del Ayuntamiento de Madrid.
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