Magos, borricos y muchos caramelos

Si usted se levanta este lunes rodeado de trozos de carb¨®n, no se preocupe. ¡°El carb¨®n no es un castigo, es algo que nos hace aprender y ser mejores cada a?o¡±, ha explicado durante la Cabalgata de Reyes el mago Gaspar (que guardaba un extraordinario parecido con un concejal de UPyD, Mariano Palacios) antes de comenzar la parade. Le acompa?aban, como siempre, los reyes Melchor y Baltasar (que guardaban tambi¨¦n un extraordinario parecido con los concejales Jos¨¦ Antonio Gonz¨¢lez de la Rosa del PP y Pablo Garc¨ªa Rojo del PSOE). Ya en sus carrozas, en tonos blancos, rojos y negros, han causado el delirio entre los ni?os que se api?aban al otro lado de las vallas de seguridad. Cada uno tiene su favorito, aunque alg¨²n chaval, algo despistado dec¨ªa ¡°esta es la Cabalgata de Dal¨ª¡±, ante la mirada entre at¨®nita y orgullosa de su padre.

Magos, borricos y muchos caramelos

Ven¨ªan precedidos de mucha magia, que fue el tema del desfile dirigido por los Hermanos Carral. Se vio a los personajes de El Mago de Oz bajo un arcoiris, al Mago Merl¨ªn acompa?ado del rey Arturo empu?ado su Excalibur, a Aladino, o a un grupo de magos persas, como Arturo: ¡°Venimos de la lejana Persia donde suceden las cosas m¨¢s extra?as, pero estamos relacionados con la compa?¨ªa teatral Morboria. Mira como suenan mis cuchillos. ?Son peligrosos!¡±. Tambi¨¦n de animales como los entra?ables borricos o las muy celebradas ocas: ¡°Son 80 ocas m¨¢gicas que, desde hace 14 a?os, aparecen para ayudar a los Reyes y luego vuelven a desaparecer¡±, seg¨²n cuenta su pastor Miguel¨ªn, que viene de Palencia ataviado con un turbante. Y animales fant¨¢sticos como un unicornio blanco de cuatro metros o una enorme lechuza inflable que sobrevolaba la Cabalgata haciendo picados ante el asombro de la muchachada.

Los m¨¢s peque?os desarrollan nuevas tecnolog¨ªas para captar caramelos, que es, al final, de lo que aqu¨ª se trata: colocan bolsas de pl¨¢stico, cajas y hasta paraguas invertidos para recoger la lluvia de dulces. La mitad se quedan a medio camino entre las carrozas y las vallas de seguridad y si uno pasa por delante escucha decenas de voces blancas gritando: ¡°Ac¨¦rcame esos carameeeeelos¡±. Sus Majestades iban precedidas por los miembros del escuadr¨®n a caballo de la Guardia Civil, que cabalga muy serio. ¡°A ver si sonre¨ªs un poco, que es gratis¡±, les gritan unos ni?os, hasta que los guardias se ablandan: todav¨ªa es Navidad.

La cosa acaba en Cibeles, donde Melchor se dirige a la multitud con ¡°la esperanza de un mundo que sea mejor, en el que desaparezca la pobreza, la injusticia, la violencia y el drama del paro¡±. Los fuegos artificiales dan por finalizada la fiesta y todos pronto a la cama: qu¨¦ nervios. Unas 800 personas han participado en esta Cabalgata, que ha costado 670.000 euros de dinero p¨²blico y 330.000 euros de aportaci¨®n privada. Los ¨²ltimos en pasar son los trabajadores de los servicios de limpieza, que en un plis lo dejan todo como si aqu¨ª no hubiera pasado nada y, en realidad, todo esto hubiera sido solo una ilusi¨®n.