Adegi, la Diputaci¨®n y dos residencias
El Superior ve ma?ana la denuncia de la patronal guipuzcoana contra la institucion por injerencias en la negociaci¨®n del convenio de centros de ancianos
239 d¨ªas de huelga, o casi siete meses. 200 trabajadoras de las residencias de ancianos Berra y Villa Sacramento, gestionadas por la firma SARquavitae, las dos en San Sebasti¨¢n, constituyen el ¨²ltimo eslab¨®n de un conflicto que ha marcado parte del curso social y pol¨ªtico en Gipuzkoa. Las alrededor de 4.200 personas que trabajan en el sector, principalmente mujeres, repartidas en m¨¢s de un centenar de centros, fueron convocadas por ELA el pasado 13 de mayo a una huelga indefinida en protesta y lucha por sus condiciones laborales. Una movilizaci¨®n, que aunque todav¨ªa tiene como prop¨®sito para este 2014 conseguir que en esos dos ¨²ltimos centros se alcance un acuerdo, de momento, tiene en su haber que el sector haya podido sortear la reforma laboral del Gobierno central. Tambi¨¦n, haber sido el catalizador que termin¨® por hacer saltar por los aires la relaci¨®n entre la Diputaci¨®n de Gipuzkoa y Adegi. ¡°Esta pelea ha tumbado la reforma laboral.
Se est¨¢n blindando las condiciones y se han mejorado¡±, defiende Idoia Elutzondo, de ELA, sindicato que tiene, con un 55%, mayor representaci¨®n en el sector, ya de por s¨ª ¡°muy precarizado¡±. ¡°Se ha conseguido mantener la ultraactividad, blindar los despidos con 45 d¨ªas por a?o trabajado, como antes de la reforma laboral, se ha cerrado la puerta a la flexibilidad...¡±, resume Elutzondo, como breve compendio de los logros que las trabajadoras han conseguido, al ir alcanzando acuerdos de forma paulatina con las empresas que gestionan las diversas residencias o centros de d¨ªa. En la misma idea insisten fuentes de la Diputaci¨®n de Gipuzkoa, que subrayan el valor de lo alcanzado por las trabajadoras de las residencias del territorio. ¡°Ha sido una de las mayores movilizaciones que se han producido en Euskadi y que ha dado frutos¡±. ¡°Se est¨¢n firmando convenios bianuales, que recogen una subida salarial equivalente al IPC, y con car¨¢cter retroactivo¡±, a?aden las mismas fuentes. Que la movilizaci¨®n en parte haya dado sus frutos influye, y mucho, el papel desarrollado por la Diputaci¨®n de Gipuzkoa en todo el conflicto.
Adegi no dud¨® en llevar
La instituci¨®n, responsable ¨²ltima del servicio y pagadora de las trabajadoras, siempre se consider¨® parte implicada, como defienden y subrayan desde la Diputaci¨®n, y lanz¨® una propuesta de 8,2 millones de euros para mejorar las condiciones laborales de las empleadas. El Consejo de Diputados ha aprobado a lo largo del 2013 tres paquetes econ¨®micos, a medida que los centros y los trabajadores han alcanzado un acuerdo, pero la iniciativa de la Diputaci¨®n se encontr¨® desde un principio con la oposici¨®n de la patronal. Adegi no dud¨® en llevar en marzo ante los tribunales a la Diputaci¨®n por injerencias en la negociaci¨®n del convenio colectivo. Era la primera vez que la patronal tomaba una decisi¨®n de tal magnitud contra la instituci¨®n y sobre la que todav¨ªa no se ha escrito el ¨²ltimo cap¨ªtulo. La sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia ver¨¢ ma?ana el asunto, despu¨¦s de que este diciembre desestimara las medidas cautelares solicitadas por Adegi, entre otros argumentos, por la proximidad de la celebraci¨®n del juicio.
La resoluci¨®n judicial llegar¨¢ despu¨¦s de un tortuoso camino en el que primero, Adegi emprendi¨® acciones legales por la v¨ªa de lo contencioso administrativo, para llegar finalmente a la sala de lo Social del TSJPV. Pero no ha sido el ¨²nico enfrentamiento entre patronal y Diputaci¨®n por el conflicto de las residencias y tampoco el ¨²nico que ha terminado ante la justicia. Adegi interpuso el pasado verano una querella por amenazas durante las negociaciones contra el diputado de Pol¨ªtica Social, Ander Rodr¨ªguez, que finalmente fue desestimada tras la declaraci¨®n de 25 empresarios, recuerdan desde la Diputaci¨®n. Tampoco la instituci¨®n foral se ha mantenido al margen y no ha dudo en responder cada uno de lo que ha considerado ¡°ataques¡± de la patronal, de forma significativa a trav¨¦s de su portavoz, Larraitz Ugarte.
Las dos ¨²ltimas
Gipuzkoa cuenta con m¨¢s de un centenar de residencias y centros de d¨ªa para ancianos. Un sector que este 2013 ha vivido probablemente el conflicto laboral m¨¢s largo, tras casi siete meses de huelga, y sin visos de solucionarse para dos de esos centros; Berra y Villa Sacramento, los dos ¨²nicos que contin¨²an en huelga y que cuentan con alrededor de 200 empleados, como recuerdan desde ELA. Y donde, al menos en el primero de ellos, el conflicto se ha recrudecido.
16 trabajadoras fueron despedidas de Berra, una medida que el sindicato considera "ilegal" y que ha recurrido ante los tribunales, que resolver¨¢n el pr¨®ximo 13 de enero, "pero que ya han considerado", seg¨²n ELA, "que a esas trabajadoras se les ha negado el derecho a la huelga". Los representantes del resto de sindicatos del centro alcanzaron un preacuerdo con la direcci¨®n, en el que se recog¨ªa en uno de sus puntos la paralizaci¨®n de las movilizaciones, un extremo que las trabajadoras de ELA no secundaron y que la empresa consider¨® una justificaci¨®n para despedirlas, seg¨²n las mismas fuentes. Los enfrentamientos entre el sindicato y el centro se han sucedido a lo largo del a?o, en el que la central ha denunciado en alguna ocasi¨®n una "campa?a de acoso y persecuci¨®n".
ELA defiende como clave de que las trabajadoras hayan mantenido la movilizaci¨®n desde el pasado mayo el trabajo previo realizado con ellas, y la convicci¨®n por la consecuci¨®n de unos objetivos claros. Siete meses en los que se ha tenido que echar mano de la caja de resistencia y sobre los que el sindicato que tambi¨¦n saca algo m¨¢s en claro, la necesidad de cambiar los ratios de servicios m¨ªnimos en el sector, demasiado altos para la central.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.